El trencito emprende un nuevo viaje, siempre
dispuesto a la tarea de unir diferentes geografías as través de la palabra.
Palabra que no reconoce fronteras, que pone un rayo de luz en la oscuridad, que
alimenta el amor y la esperanza, que representa deseos, ilusiones, penas y
todas las dificultades que nos toca transitar en nuestro cotidiano devenir.
Allá vamos entonces !!!!!!
El andén estaba muy animado mientras la locomotora
preparaba la partida. Sonó la campana y ascendió en esta ciudad nuestra primera
pasajera, quien ya nos acompañó en otro recorrido: OLGA REINOSO.
Conocidísima figura de las letras piquenses, amiga, tiene un largo camino
transitado. Les recuerdo su biografía. Nació el 25 de mayo
de 1951 en Capital Federal, pero transcurrió su infancia en un ignoto pueblo
del norte de La Pampa
llamado Embajador Martini. Reside en GENERAL
PICO (prov. LA PAMPA ).
Después de recibirse de maestra ingresó en la Universidad Católica
de Córdoba donde cursó hasta 5º año de la carrera de Abogacía. En 1977 se
estableció en Buenos Aires donde vivió durante 11 años, momento en que regresó
a La Pampa y se
radicó en General Pico. Escribe poesía desde los 12 años, pero hace poco
descubrió placenteramente el cuento y el ensayo. Publicó tres libros de poemas:
"Estar con vos" (Rayuela,
1982), "Palabra de mujer" (Pico
Duplicaciones, 1991), y "A
Quemarropa" (Fondo Editorial Pampeano, 1998). Uno de narrativa “Cuentos con descuento” (Mis Escritos,
Buenos Aires, 2007)y una ficción autobiográfica: “La Sembradora ”
(Ediciones Llantodemudo, Córdoba, Argentina, 2011) y el Ensayo: “Educar para la Paz : he aquí la cuestión”
que fue premiado por el Ministerio de Cultura y Educación de La Pampa con un viaje a Cuba
para asistir al Congreso Pedagógico 2001. Tiene dos libros inéditos: “Crímenes impunes y otras maldades”
(narrativa) y “Nadie es la patria”
(artículos de opinión). Es una de las fundadoras del Grupo de Escritores
Piquenses que presidió durante dos años. En julio de 2008 se jubiló como docente
del área de Lengua luego de haber trabajado en todos los niveles de la
educación (EGB, Polimodal, Adultos). Actualmente es una “Jubilosa jubilada” que
sigue dando apoyo escolar, coordina Talleres Literarios y participa en todos
los actos culturales a los que se la convoca. Asistió a Talleres Literarios en la Sociedad Argentina
de Escritores; y luego con Ester de Izaguirre; Liliana Lukin; Juan Carlos
Martini Real. Realizó Cursos sobre narrativa y poesía, con los escritores:
Enrique Anderson Imbert; Manuel Mujica Láinez; María Granata; Luisa Mercedes
Levinson; Federico Peltzer; Abel Posse. Fue jurado en concursos literarios de
diferentes provincias. Participó en la
Feria del Libro de Buenos Aires y en el Proyecto “Escritores
Pampeanos recorren la provincia”. Coordinó Talleres Literarios en Eduardo
Castex, General Pico, Caleufú y Parera. Cursó Narración Oral con Maryta
Berenguer y actualmente integra una Red de Cuenta Cuentos con sede en España.
Asistió como Ponente a Congresos Internacionales de Escritores en Buenos Aires
(Borges y la ética), Puerto Mont (Chile) (Mirta Isabel Amestoy), Montevideo
(Uruguay) (Misoginia y literatura), Caracas (Venezuela) (Delmira Agustina),
Rancagua (Chile) (El oficio del escritor), Zamora (Michoacán, México) (Recitado
de poemas), Bogotá (Colombia) (Ni el lenguaje ni su falta son inocentes) y
Panamá (La influencia de las redes sociales en la literatura). Ha obtenido
numerosos premios en certámenes de todo el país. Participó en: * Festival
Nacional de Teatro 1992- Mar del Plata. * Programas culturales en Radio
Belgrano, Radio Municipal y Radio América de Capital Federal. FM Imaginaria, FM
Líder y AM Radio 37 de General Pico, La Pampa. * Encuentros Nacionales y Provinciales de
escritores. * Feria del Libro. * Poesía Abierta. Fue jurado en concursos
literarios de diferentes provincias. Participó en la Feria del Libro de Buenos
Aires y en el Proyecto “Escritores Pampeanos recorren la provincia”. Hoy nos
deja un cuento que pinta una realidad. ¡Disfrútenlo!
E Mail: literamo25@yahoo.com.ar
EL PECADO
Isabela estaba aterrada. Sentada en el umbral de la
cocina, tiritaba de miedo y de frío. Sus breves cuatro años no sabían qué hacer
con la oscuridad de la noche campesina. Ni siquiera se animaba a mirar al cielo
para ver si había estrellas y si alguna le guiñaba un ojo.
Tenía ganas de hacer pis, pero no quería moverse. Estaba
adherida a la puerta como una enredadera. Sostenía las ganas porque sabía que ese era el pecado y que por él
estaba purgando el castigo. No tenía que hacerse pis, estaba mal, era sucio.
De pronto sintió un ruido. Quedó paralizada, sin aire,
mientras un líquido caliente, irreprimible, salía de sus profundidades y
surcaba sus piernas desnudas hasta desembocar en los mosaicos formando un
triste río de palizas y amenazas.
Su mamá siempre le pegaba cuando amanecía con la cama
mojada y le decía cosas feas.
Ella cruzaba sus piernitas y apretaba fuerte, pero el
agüita se escurría igual y ella sabía
que la delataría.
Escuchó las llaves de la cerradura y su corazón
aterrado dio una vuelta carnero en la pista del pecho.
La figura de su madre, gigante, terrible, se corporizó
en el marco.
- Espero que esta vez te cures
para siempre, asquerosa. ¡Ah, no! ¡Te volviste a mear! ¡Inmunda! Si no tenés
arreglo, viniste con la cañería rota. Andá corriendo a lavarte. ¡Con agua fría!
Isabela corrió y se encerró en el baño. Dejó su ropa en un balde y se lavó. Mientras
se secaba lloraba sin parar, en silencio. Seguía mojándose. Ella era una gota
de agua en busca de un océano que la contuviera.
Cuando salió del baño vio a su papá en el pasillo, tan
triste como ella. Corrió a abrazarlo y se colgó de su cuello. Él no dijo nada,
solamente le acariciaba el pelo. Ambos escucharon el repiquetear de las
chinelas maternas y se abrazaron más fuerte.
- Dame a esa mocosa que la
llevo a dormir y no tanto mimo que es una roñosa, me tiene podrida de lavar
sábanas y poner a secar el colchón…
- ¡No la toques! Yo me ocupo.
- Ah, jajaja. Era hora de que
ocuparas de algo, imbécil.
Isabela recostó su cabeza sobre el hombro varonil,
mientras iban a su cuarto.
El papá la acostó y le contó un cuento hasta que se
quedó dormida. Soñó que corrían para subir a un tren.
Al día siguiente despertó sequita. Se acurrucó en la
cama cuando escuchó pasos. Pero ante su sorpresa, fue su padre quien abrió la puerta. Parecía
otro, estaba vestido para salir. Fue entonces cuando vio las valijas.
El padre dijo:
- Nos vamos, Isabela.- ¿Y mamá? –preguntó ella con temor.
- Se queda.
Isabela no preguntó más. Le bastaba con saber que esa
mujer no los acompañaría. Y se sintió distinta. Sintió que todas sus canillas
funcionaban bien.
publicado
en “Conglomerado”
El trencito decidió visitar las serranías
cordobesas y fue así que nos encaminamos al encuentro de la siguiente pasajera:
LUISA ESTER CARBALLO. Nacida en VILLA TULUMBA (prov. de
CÓRDOBA) el 19 de Enero 1938. Actualmente reside en Córdoba
capital. Profesora de Economía Doméstica (Instituto Ntra. Señora de la Merced ). Especialista en
Gestión y Administración de Sistemas Educativos (Universidad de Playa Ancha,
Ciencias de la Educación ,
Valparaíso, Chile). Ha recibido premios en certámenes de poesía en su ciudad
natal. Y ha publicado en Antologías de editoriales de su provincia, en el
género Narrativa. Trae dos cuentos cortos con interesante desarrollo.
E Mail: luisaester@yahoo.com.ar
LOS AMIGOS DE ALFREDO
No te
conviene salir justo cuando viene la tormenta, es peligroso, yo digo por lo que
dice la gente, claro, vos no crees pero las cosas suceden- le dijo la mujer a
su marido.
Los truenos
y el viento venían rugiendo del sur. Los eucaliptos se hamacaban con violencia
y una nube negra como un carro con potros desbocados venía del norte, hasta que
se enfrentaron y fue el caos.
El camino
sinuoso que tenía que trazar Alfredo Andina era de extremo a extremo. El
chaparrón empezó a cubrir todo.
Había una
desviación posible, pero la mujer también le había advertido que no tome ese
camino por las cosas que han ocurrido. Al tornado lo tenía encima. La camioneta
se balanceaba de un lado al otro, los surcos que iba abriendo eran cada vez más
profundos, para colmos tenía que ir esquivando unos perros que se interpusieron
en el camino. Era necesaria mucha paciencia y Alfredo no la tenía.
Los
perros ladraban y lloraban. El barro y las ramas llegaban hasta el chasis y eso
bastó para que los canes treparan a la chata.
Todo era
agua y viento por lo que decidió desviar el camino para guarecerse en algún
sitio. El viaje ahora sólo era impulsado por encontrar un lugar seguro y una
tranquera abierta de par en par se le presentó de repente.
-Nunca he visto esta tranquera-
dijo, entró y detuvo la chata
Los
perros se descolgaron como si conocieran el lugar, rodearon a Alfredo, ladrido
y llanto encaramado con el viento, lo despojaron de todo coraje.
-Esto
aterroriza al más valiente de los humanos-dijo y continuó la marcha. Alfredo se
dejó guiar por los perros que lo sacaron
de la huella trazada, cruzaron por una chacra sin sembrado. E l agua en ese lugar había sido escasa, el viento
apenas había arrastrado algunas ramas, por lo que decidió frenar y aguardar un
rato
- Es
mejor que regrese- dijo y silbó a los perros.
Sus ojos seguían toda la amplitud de la chacra, los
perros habían desparecido de su vista .Insistió con los silbidos, silencio
total, ningún sonido de nada se escuchaba.
- Bueno,
yo no los traje, pero nos habíamos hecho amigos- dijo y arrancó
Mientras más avanzaba todo era desconocido. Iba y
volvía, una y otra vez, costeando el alambrado y no encontró la tranquera,
había desaparecido.
Ya era
boca de noche y la desesperación se apoderó de él, su cuerpo empezó a sentirlo
como ausente. Frenó y descendió de la camioneta, las piernas poco le
respondían.
Los
perros volvieron agitados lo olfatearon y lamieron sus manos, la vista de
Alfredo ya no los percibía.
En un
momento Alfredo soltó un grito y cayó, en el piso otro grito más leve
-¡Virgen Santa!
¿Qué es esto?- alcanzó a decir.
El
cielo tenía un gris negro. Alfredo estaba como conectado en otro espacio en
otro lugar. Sus ojos se salieron de sus órbitas, los perros enfurecidos lo
desconocieron, se le abalanzaron y quedaron ahí ahuyentando a los cuervos.
EL EXTRAÑO EPISODIO DE EUSEBIO CARRERA
Eusebio tomó
el camino de las jarillas sin mayor apuro, vestido con elegancia campesina,
saco y botas de cuero tostado, bombacha tableada y sombrero aludo que lucía con
aire de patrón.
Después de
cabalgar varias leguas, en busca de buena
hacienda, cansado se descolgó del moro, lo ató en una rama, le liberó el
hocico para que pastara y buscó un tronco o piedra para sentarse, mientras
desenvolvía la tabaquera para armar un pucho. El paisaje era desamparado y
triste. En ese momento, en medio del silencio, una víbora de cascabel con su escalofriante sonar se arrastraba
junto a sus pies. Echó el cuerpo atrás y le arrojó tierra con las botas La
víbora agitaba la cabeza para uno y otro lado- pero él la obligó a retirarse al
medio de la calle para matarla.
De repente
unas voces en disputa se acercaban y como fantasmas enceguecidos se vieron
obligados a frenar ante él, descendieron de sus caballos estos dos hombres con
rebencazos, insultos y polvareda.
Un doradillo
y un tobiano quedaron zapateando y abalanzándose en medio de la disputa. En el
entrevero, Eusebio, atónito, se abrió paso
-Oigan- les
gritó
-Hay una
víbora encrespada ahí –señalando el suelo
Fue cuando uno de ellos se retorció en un grito,
tomándose la cabeza, y cayó.
El otro
montó en el tobiano y torciendo el rumbo, se alejó a toda carrera sin dejar
rastros.
Eusebio echó
una mirada en derredor suyo. La víbora había desaparecido.
Se acercó al
hombre que despedía vino pendenciero en su aliento
-¿Qué pasó
amigo? –le preguntó
Un leve
quejido fue la respuesta
A Eusebio le corrió un escalofrío en todo su cuerpo, se
quitó el sombrero, le cerró los ojos bañados en sangre por los golpes y se
limpió en la ropa.
Apenado
miró al doradillo, le quitó el apero y el freno, le pegó un chirlo en las ancas
y montó en su moro, saliendo a tranco largo.
La luz del
sol bostezaba en el horizonte.
Degustamos unos criollitos riquísimos y, ya que
estábamos cerca, la locomotora enfiló hacia el aeropuerto de Pajas Blancas,
pues había recibido un mensaje de que nuestra próxima pasajera nos esperaba en
VENEZUELA. Y hacia allá volamos para recibir a EMILIA
MARCANO QUIJADA. Nacida el 27 de Diciembre de 1960 en Ciudad Ojeda
estado Zulia, Venezuela. Reside actualmente Nacida en PORLAMAR, Isla MARGARITA (VENEZUELA). Se inició en la poesía de la
mano de su madre, Hursulina Quijada de Marcano, admiradora del poeta Juan de
Dios Pesa. “Siempre recuerdo como nos
recitaba a mis hermanas y a mi todos los poemas que se sabía de memoria. Es de
mi madre y de su amor por la poesía que brota desde niña en mi el germen por lo
literario”. Escritora por afición Emilia ama la lectura, la buena música y
el cine de autor. Su poesía va orientada a lo social, retratos, escenas y
personajes ligados a su niñez y vivencias. El año 2005 ingresó a un tratamiento
de rehabilitación a la adicción a las drogas que salvó su vida y le dio un
nuevo rumbo a su pasión literaria. En Septiembre del 2010 fundó la página de
Facebook “El club de las poetisas”
que actualmente cuenta con miles de mujeres seguidoras en toda América y
Europa. Hoy sigue dedicada de lleno a sus actividades literarias. Nos trae un
cuento, reflejo de la cotidianeidad. Espero les guste.
E
Mail: emily-1960@hotmail.com emiliamarcano@yahoo.es
TRES DE SANGRE
Como se queja la gente en los hoteles
de mala muerte.
Que si el estacionamiento, que si las llaves, que si la puta no colabora
y en vez de hacer sexo los roba y se larga. Todas las noches hay un rosario de
cabrones quejándose por todo. Y pensar que solo van por una hora aspirando
echar siete polvos y ni dejan propina, pero no se olvidan de llevarse el jabón
y las toallas con olor a lejía.
- Pancho, apaga el televisor del dieciséis, que al viejo no se le para
con las películas!
- Jajaja.. y como no chico! Trajo 50 gramos de mercancía de la mejor, ya mandó a buscar más cigarrillos.
- Vete. Luego revisas el tres. No sé qué pasa con el jodido cuarto ese.
El aire acondicionado no enfriaba en esa habitación. Pero era el cuarto
que más pedían, siempre había parejitas que buscaban el cuarto tres fijo, sobre
todo los sábados. Era el único con vista al garaje y el único con ventanas
corredizas.
- Allí están los cigarros del vejete. Voy a ver qué pasa con el aire.
- Toca primero Pancho eh? Hay un tipo con dos rubias del chino. Y hace
media hora que joden.
Pancho subió las escaleras. En dos saltos estuvo al frente de la puerta, tocó. Tac, tac, tac. Esperó... Tac, tac. Se encogió de hombros. Tac, tac! La puerta entreabierta se abrió, Pancho opto por asomarse.
Las mujeres estaban desnudas en la cama, una con un cuchillo clavado en
medio de las tetas. La otra estaba encogida casi a los pies de la primera,
parecía como si estuviese dormida, pero no. Tenía la espalda cosida a
puñaladas. Toda la cama era carne y sangre. Todo el cuarto tres era un río
rojo.
Del tipo ni pista. Nadie le vio entrar y nadie le vio salir, eso fue lo
que le dijimos a la policía.
A las dos semanas el tipo volvió al hotel. Pagaba 150 a la primera que le
llegase.
Ni la loca Maruja quiso acompañarle.
- Yo no me meto al tres. Demasiado calor en ese cuarto hijo de puta.
Disfrutamos
un paseo por las playas hermosas de esta isla pero ... debíamos regresar, pues
en la provincia de Buenos Aires aguardaba mi amigo FELIPE PROTZUKOV. Nace en
Berisso, Capital del Inmigrante, Provincia de Buenos Aires, en el cenit del
verano de 1925. Y reside en TAPALQUÉ
(prov. de BUENOS AIRES). Conoce
amigos del arte que lo impulsan a valorar el mundo de las letras. Es incluido
en el libro “Berisso, trabajos
literarios”, editado por la
Comuna de su ciudad natal. Luego se suceden colaboraciones en
diarios y revistas literarias. Obtiene premios en certámenes de poesía
ilustrada; integra el “Panorama poético
bonaerense”, el “Panorama poético
argentino” y la antología “1800
poetas argentinos”, tres obras del Fondo Editorial Bonaerense(FEB). Junto a
otros poetas, comparte encuentros de poesía que se celebran anualmente en Villa
Dolores, Córdoba. Las Termas de Río Hondo en Santiago del Estero y Monte
Hermoso, Pcia. Bs. Aires. En 1980 y también bajo el sello de la FEB , publica “Isidro”, historia de un inmigrante
extranjero ganado por el abandono, con muy buen éxito de crítica y público. En
1982, edita el poemario “Los Yoes”,
una indagación de las virtudes y los defectos humanos. Desde Tapalqué prosigue
abonando su creatividad junto a su manera sencilla de vivir, utilizando el ocio
útil para volcarlo con plenitud a sus inquietudes literarias y filosóficas, que
le permiten seguir creciendo interiormente y entregarnos sus conclusiones a
través de la palabra escrita. Hoy nos deja sus poemas. ¡A disfrutarlos!
DESEO
Aun,
es de noche...
Larga y enemiga noche.
¡Que negra oscuridad
envuelve mi cuarto!
Solo la cambiante lucecita
del reloj,
va marcando los minutos
de éste insomnio:
Uno, dos, tres.
Presiento sobre mi piel,
la caliente arena de la costa.
Cuatro, cinco, seis...
Sus ojos son celestes,
parecen verdes, azules intensos,
profundos, como el mar.
Quiero zambullirme en sus ojos.
Sus brazos, son de olas.
Sus manos, acarician como el agua.
¡Quiero sacarme ésta arena que me ahoga!
Si pudiera respirar su brisa,
compartir, su orilla virgen,
echar a los vientos la espuma,
herir con mis pasos,
sembrar la nueva huella,
gritar, ese encuentro con gaviotas...
Y sólo abrazo la almohada,
con éste deseo, sin ojos,
sin mar, sin arena
y éste beso ardiente
que en las noches me quema
esperando huérfano
sobre mi boca.
Larga y enemiga noche.
¡Que negra oscuridad
envuelve mi cuarto!
Solo la cambiante lucecita
del reloj,
va marcando los minutos
de éste insomnio:
Uno, dos, tres.
Presiento sobre mi piel,
la caliente arena de la costa.
Cuatro, cinco, seis...
Sus ojos son celestes,
parecen verdes, azules intensos,
profundos, como el mar.
Quiero zambullirme en sus ojos.
Sus brazos, son de olas.
Sus manos, acarician como el agua.
¡Quiero sacarme ésta arena que me ahoga!
Si pudiera respirar su brisa,
compartir, su orilla virgen,
echar a los vientos la espuma,
herir con mis pasos,
sembrar la nueva huella,
gritar, ese encuentro con gaviotas...
Y sólo abrazo la almohada,
con éste deseo, sin ojos,
sin mar, sin arena
y éste beso ardiente
que en las noches me quema
esperando huérfano
sobre mi boca.
NIETZDCHIANA
Como
una marioneta, sin hilos,
respondo cuando miran,
saludan,
desprecian o envidian.
Como una marioneta sin hilos
cuando el día es radiante,
alegre, gris o funesto.
Cuando mi fe delira
en desaliento,
horadando andamiajes
de arenas sin respuestas.
Como Marionetas sin hilos,
galopando,
jinetes del tiempo,
gritan las mentiras de ese YO
que *piensa luego existe*.
Las mentiras de ese YO
con *libre albedrío*,
¡Que nunca nació!
¡Que está vivo y no existe!
Que es una ola de agua,
la vara de un junco,
un soplo de viento,
la caña, un sonido.
Y ese aliento....
que galardonado de humano,
solo aspira
ser Artesano
de sus propias mentiras.
respondo cuando miran,
saludan,
desprecian o envidian.
Como una marioneta sin hilos
cuando el día es radiante,
alegre, gris o funesto.
Cuando mi fe delira
en desaliento,
horadando andamiajes
de arenas sin respuestas.
Como Marionetas sin hilos,
galopando,
jinetes del tiempo,
gritan las mentiras de ese YO
que *piensa luego existe*.
Las mentiras de ese YO
con *libre albedrío*,
¡Que nunca nació!
¡Que está vivo y no existe!
Que es una ola de agua,
la vara de un junco,
un soplo de viento,
la caña, un sonido.
Y ese aliento....
que galardonado de humano,
solo aspira
ser Artesano
de sus propias mentiras.
FRENESÍ
De
día,
busco una flor
con perfume de mujer;
balanceándose, cadenciosa,
sedienta de brisas,
ansiosa
de profundas bondades,
suplicante
de vientos salvajes
pidiendo ¡mas y mas!
Ese lujurioso movimiento
de roce y espina,
hasta que la tarde
se duerma con el sol.
De noche,
a obscuras,
busco una mujer
con aroma de flor;
¡Sensual!
Con pétalos blancos
iluminando su belleza,
descubriendo sus corolas
sedientas de aguijones,
¡Mas y mas ponzoñosos
hasta que el pistilo
derrame su néctar!
y las sombras
apaguen su último farol. busco una flor
con perfume de mujer;
balanceándose, cadenciosa,
sedienta de brisas,
ansiosa
de profundas bondades,
suplicante
de vientos salvajes
pidiendo ¡mas y mas!
Ese lujurioso movimiento
de roce y espina,
hasta que la tarde
se duerma con el sol.
De noche,
a obscuras,
busco una mujer
con aroma de flor;
¡Sensual!
Con pétalos blancos
iluminando su belleza,
descubriendo sus corolas
sedientas de aguijones,
¡Mas y mas ponzoñosos
hasta que el pistilo
derrame su néctar!
y las sombras
Nos despedimos de Felipe luego de haber mateado
largamente y emprendimos el retorno. Y aquí estoy esperando vuestras
colaboraciones (cuento o poesía) más una minibiografía. Les recuerdo que si
quieren consultar números anteriores los encontrarán en la página web. Será
hasta la próxima. Un abrazo
CRIS FERNÁNDEZ
Cris Fernández
ResponderEliminarAmei o blog. Parabéns pelo espaço dedicado à poesia. Sou Poetas Del Mundo. Atividade no Rio de Janeiro.
Um abraço
Celi Luz