Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 65

QUERIDOS PASAJEROS:

Diciembre ... el año a un paso de terminar ... la esperanza del reencuentro en el afecto fiestas mediante ... Todo en positivo y con aire de optimismo. Como este emprendimiento literario que acaba de cumplir sus primeros SIETE añitos de vida y sigue alentando la ¿utopía? de que un mundo mejor es posible y que los escritores tienen en sus manos la posibilidad de realizar un aporte fundamental. Por eso el trencito prosigue recorriendo los caminos de la patria y aledaños, visitando viejos amigos e incorporando nuevos.
Y basta de palabras pues la locomotora humea impaciente y la campana está sonando para partir...

Se dió la orden y el tren enfiló para los pagos de BERISSO, en la provincia de Buenos Aires, pues allí debía ascender mi viejo amigo (no por cuestión de edad sino de afectos) HORACIO URBAÑSKY. Medico sanitarista, dirigente comunitario y escritor. En las letras desde 1950: Narrativa, poesía, conferencias, periodismo, colaborando con el Archivo Historico Bonaerense y participando de Encuentros Literarios en Argentina y Uruguay. Actua permanentemente como Jurado. Recibió, por su trayectoria los Premios "Horacio Rega Molina" de San Nicolas, Buenos Aires; "Poeta Ivan Vazov" de la colectividad Búlgara de Berisso, Bs. Aires; el reconocimiento por su permanente asistencia al Encuentro anual "Oscar Guiñazu Alvarez" de Villa Dolores, Córdoba y el Gran Premio de Honor "Almafuerte" de la Sociedad de Escritores de la Provincia de Bs. Aires (SEP). Aquí nos trae un par de poemas, con su estilo claro y emotivo que, espero, disfruten.


ENTREVERO

Arribaron provincianos                 Tampoco coyas jujeños
a la aldea del trabajo,                     portadores de charangos
fundado por saladeros                   y paisanos sanluiseños,
que elaboraban tasajo                    rionegrinos y pampeanos.
y jinetes bien criollos                     Un brindis con mendocinos
muy diestros con sus facones        hizo burbujear El Plata,
cumplían sin sofocones                  sumándose sanjuaninos
con reses, cueros y cuajos.            y oriundos de Catamarca.
El puerto, con el canal                   Correntinos, misioneros,
atravesó el Río Santiago                 junto a sus huainas donosas,
y logro como un halago,                forjaron nidos señeros
conectar todo el Planeta.                en la tierra salitrosa,
Arsenal y frigoríficos                      sumándose al entrevero
poblaron las escolleras.                  gauchos de Chaco y Formosa,
Petróleo, Base Naval,                     fueguinos, santafesinos,
encendieron las riberas                   los porteños y riojanos
con cientos de jornaleros               con sus leyendas y trinos
de idéntico pensamiento                 y sentimiento cristiano.
cabal, genuino, sincero,                  Animosos argentinos
de procurarse el sustento.               flanqueados por extranjeros
Siderúrgica, Astilleros,                   transidos de desarraigo
completaron el paisaje                    asumieron laboreos,
junto a los montes y quintas           culminando en un hechizo
en natural maridaje.                        con un dictamen rotundo
                                                        armaron este Berisso,
 Y llegaron santiagueños,                sin dudar: "Puerto del mundo".
cordobeses, tucumanos,
neuquinos, santacruceños,
chubutenses, entrerrianos.
Y no faltaron salteños
con la guitarra en las manos.                


ANTES Y DESPUÉS

Sentenciaron:
"La civilización es,
antes de Cristo
y después de Cristo".
También es
-pensé-
antes y después del fuego y de la rueda.
Antes y después del oro,
de Grecia,
de Roma
de Gautama y de Mahoma,
de Marco Polo,
la brújula y América.
Antes y después de Copérnico
y Galileo,
de Gutemberg y Lutero.
Antes y después de la perspectiva,
del Dante,
de Rilke,
de Descartes.
Antes y después de la igualdad,
la libertad y la fraternidad.
Antes y después del microscopio,
de Pasteur,
de los antibióticos.
Antes y después de Hiroshsima,
de Chernobyl,
de la cibernética.

El antes y el después
reafirman con Heráclito,
que todo muta constantemente.

El antes y el después,
harán proseguir la palabra,
aunque la eternidad y el silencio,
descarnen,
inexorablemente,
al poeta.


Degustamos unos vinitos con los amigos berisenses, con ganas de seguir un rato más, pero el deber nos reclamaba y así la locomotora resopló, arrancó y el trencito emprendió una larga marcha. Pues nos esperaba en SANTIAGO DEL ESTERO otro viejo amigo: CARLOS FIGUEROA. Vive  en su reducto de la ciudad de  Santiago del Estero,  donde reside, luego de regresar de un largo viaje por Europa en 1968. Desde ese año se incorpora a un movimiento de escritores jóvenes reunidos alrededor de la Sociedad Argentina de Escritores, Filial Santiago del Estero, de la cual es miembro desde hace mas de 36 años. Ha  recibido numerosos reconocimientos de   distintas entidades públicas y privadas de su provincia y de provincias vecinas. Publica en diarios y revistas locales y nacionales, y participa de numerosos encuentros de poetas. Lleva publicados seis libros de poesía: "Los juguetes del sueño", "Diàlogo secreto", "Señales de dos mundos", "Soles de la memoria", "Dìas sin regreso" y  "La palabra encendida", editados entre los años  1978 y 2008.  Integra la Antologìa “ Poesia Argentina  Contemporánea”, Tomo I, Sección Décimo Séptima.- Traigo aquí sus poemas escritos desde el corazón.
E Mail: cfigueroa75@hotmail.com     

                                
                    OTRO VIENTO  PASA

                                           ( del libro “La palabra encendida)

      Repetida sinfonía del mar
es esta  borrasca que golpea la costa
donde   se aferra mi memoria.
Todavía vemos titilar la  lejana luz
que  iluminara   nuestros rostros felices,
a pesar que  las sombras siguen merodeando
 el muelle de  los días  transparentes.
Sólo brillaba tu blusa en  la ventana
que aun  permanece inalterable.
Hoy, a lo lejos otro viento pasa
ajeno a nosotros, ignorándonos.
Mientras idealizamos el amor;
quién podrá  recobrar la tarde
 que guardó tu recuerdo.


                MESA DE COSTURAS

Estas  allí, en la inútil  espera,
de las manos  que fueran
tu fiel compañía.
Hoy  nos habla  tu  muda  presencia
porque  no recibiste  el lenguaje,
ese don que Dios legó a los hombres
“para salvarlos   del silencio de la materia”.
Anoche  soñé con  tu figura
y junto a  ti   a   mi madre en su tarea;
cada cual  con  su  destino de sangre y de madera.
 Esta  humilde  cosa  me trajo  un pensamiento vivo:
 que llegó  como  una antorcha
 para   iluminar  los refugios del olvido.


                     FARFALLA

 Farfalla  es sólo una palabra  lejos
para nombrar  a nuestra mariposa.
¿ De donde  este recuerdo, los colores
que alegran el campo después de la lluvia?.
Así  vienen ellas, como aladas  mensajeras
al vaivén  de los días, trayéndonos  sin quererlo
una imagen casi olvidada , hito  de una época
que se llevó la distancia.
¿Por qué  duele  entonces
la belleza de una danza de mariposas?


                  CRÓNICA DE UNA VIDA NEFABLE

Como el paciente hornero
modela su mundo de barro,
así un padre construye su imagen
que un día se habrá de borrar.
El fluir de las horas
quebranta su silueta de efímera presencia,
mientras el amor pone escudos de niebla
sobre las huellas que deja el tiempo al pasar.
De pronto, un padre se va
como una tenue lluvia de otoño
y nos asalta una dolorosa duda de eternidad.
Después miramos al cielo,
buscamos consuelo en  la sonrisa
 que marcó nuestra infancia,
pero esta no bajará a iluminar el hogar.
El tiempo: ese tenaz invento de los dioses
va esfumando también su recuerdo.
Brumas en las costas del olvido,
barcas sin  fe,  que navegan  sin saber donde atracar.


                     AHORA

No quemes tu piel me decías
con ese gesto maternal que no se olvida.
Ahora que no estas, en vana rebeldía
salgo a la impiedad del sol
para volverme sombra;
lástima que tu voz se aleja.
Ese débil murmullo
es lo único que me ata todavía
a la realidad de tu ausencia.


                AMOR EN LAS CALLES

 Sus dedos  apenas se rozaban,
 era  un   leve gesto de amor  a  la distancia,
mientras  una danza de fuego
descubría la pasión
en el nido de sus manos.
Testigo fui del  mágico momento
en la vida de dos  jóvenes menonitas.
El   mundo  era  entonces
 unos ojos azules
que sonreían  a  la palidez de la mañana.
Así el  día  transcurrió  con alegría
porque hoy,  en las calles
la poesía,  me habló,
de su tema mas preciado.

                  GORJEOS EN EL SUR

  La cachirla sueña
    entre la piedra y el cielo
    en las islas  Georgias del Sur.
    Es la  única  que canta
    en esos páramos de frío  y desolación.
   Artista solitaria, su cálido trino
   quiebra el silencio y derrumba la nieve
   donde tutela la sombra  de Dios.
   La distancia  ya  no existe,
   es una  utopía  del deseo
   cuando creo, escuchar en el viento
   la soledad de su voz.



La chacarera nos había atrapado y allí estábamos meta bailar y comer las inigualables empanadas santiagueñas (esas de piernas abiertas ... que "chórrean"...) cuando se nos acercó allí mismito un nuevo amigo, dispuesto a seguir viaje en el trencito: JUAN MANUEL ARAGÓN. Nació el 13 de junio de 1959 en TUCUMÁN. Nos cuenta: "Estudié hasta tercer año de abogacía y abandoné. Hasta los tres años viví en Tucumán, luego mi familia vino a Santiago, primero en el barrio San Martín, de La Banda y luego en el pasaje Figueroa. Mi primaria íntegra la hice en la escuela Enrique Wollman, de Ledesma, Jujuy, donde se mudaron mis padres por cuestiones de trabajo y desde los 11, de vuelta en Santiago y en Sol de Mayo, departamento Jiménez". Tiene un libro “PLATITA” y así dice: Platita comenzó como un juego. En el Nuevo Diario me encomendaron que escribiera un cuento de una página por semana para un suplemento que mandaban a Buenos Aires. Tenían que ser asuntos santiagueños, para los comprovincianos que viven allá. Pero, un jefe de redacción me encomendó que no fueran cuentos muy folklóricos porque del quimil y el rancho ya se ha dicho todo. Entonces me acordé de los cuentos que circulaban de boca en boca en mi familia y en algunas familias del campo que he conocido. A mí me llevaron a Sol de Mayo, en el departamento Jiménez, cuando tenía seis meses de edad. Y he vuelto a ese pago desde entonces. Debo decir que para mí, ese lugar de mi infancia y adolescencia significa y significó muchísimo. Siempre he considerado que pasar mis vacaciones en otra parte era perder el tiempo. Cuando mis amigos contaban que habían pasado en Mar del Plata o las sierras de Córdoba yo pensaba que eran unos tontos, que no sabían lo que era tener unas vacaciones como la gente. Así que era cuestión de ponerse a recordar esos tiempos. A esos cuentos le agregué otros que había escrito antes y algunos, como Platita, que me contó el amigo Isabelino Cuenca, de La Banda. Tengo que decir que hoy me avergüenzo de ese libro, pues cada vez que lo abro, en cualquiera de sus páginas, hallo cosas para corregir, agregar, suprimir. El resto de mi obra son más cuentos, algunos editados en algunos sitios de internet, otros en revistas alternativas de Santiago y Buenos Aires y otros inéditos del todo, a los que todavía les estoy dando vueltas, a ver si tienen algo para mejorar. Y mis notas "De última", en el Nuevo Diario"  Aquí les dejo unos relatos cortos, escenas de su entorno.
E Mail: juanmanuelaragon@gmail.com


SIESTA
                                                                  A Gilda y José.
Un almuerzo opulento, sólo reservado para aquellas casas de pro que todavía quedan en la ciudad, podría ser el puchero criollo, repleto de esas exquisiteces que remiten inmediatamente, a la vieja casona de los abuelos.
La simple descripción de sus ingredientes puede dar una somera idea de esta delicia del tiempo de las vacas gordas. Carne, hueso y caracú eran el centro mismo de la receta, como quien dice el quid de la olla, su razón de ser, el mismísimo fondo de la cuestión. No debía faltar la papa, la batata y el zapallo o la calabaza y la zanahoria. Ni el repollo casi desarmándose, que le daba a la sopa. Entre diciembre y marzo o abril, el puchero llevaba choclo. Y en toda época, algún porotito desperdigado aquí y allá también podía ser. Si la opulencia llegaba hasta alturas de Everest, pongamos, el almuerzo se coronaba con un choricito colorado que había flotado a último momento entre sus hirvientes aguas. Como para demostrar que del placer al pecado hay un sólo y único pasito, cuando además había hervido un buen pedazo de morcilla, entonces los comensales tenían asegurado el infierno al que van a caer los golosos si no confesaban y comulgaban a la siesta, antes de crepar definitivamente de una buena indigestión.
Confieso que una o dos veces en la vida he almorzado este magnífico puchero, sin que me agarre el sentimiento de culpa que suelen tener quienes ofenden a Dios gravemente.
A veces pienso que quien se tomó el trabajo de redactar los siete pecados capitales debe haber reflexionado bastante antes de incluir la gula. Capaz que ese anónimo escritor sí degustó el puchero, en cuyo caso cabe la posibilidad de que se diera cuenta de que los otros pecados estaban de más, ya que con este sólo bastaba para asegurarse el perpetuo infierno. Es más posible que ni lo probara. Y por eso la gula es una más entre las faltas más graves contra el Creador. Una enormidad, amigos: el eterno fuego del Averno a causa de un plato hondo, una verdadera injusticia.
¿Quedarán ricachones que se le animen al puchero en estos tiempos de crisis y colesterol malo? Inviten, entonces.

VIDA
                                                                                                             A Marianela, con una sola ele.

En la película que yo digo, un muchacho se enamora de una chica pero ella no quiere saber nada porque es un vago mujeriego. Las amigas le piden que le dé bolilla:
-Mirá que es pintudo, che- le señalan. Pero no afloja.
Al tiempo, como casi todas las chicas hermositas del pago, en vez de elegir otro muchacho lindo, se casa con uno que tiene cara de nada, pero es trabajador, constante y nada de mujeriego.
Antes de que se vea el cartel que dicen fin, se nota que viven felices y comen perdices.
No es argumento para una película, diría cualquiera. Hay que hacer que la chica prefiera al vago y mujeriego, que al final se redimirá con un laburo que le conseguirá el futuro suegro en una fábrica de cerca de la casa y hará que olvide sus hábitos de tener más de una mujer por vez. Porque según dicen las chicas el amor todo lo puede. Mentira. Si es que existe, el amor no puede ir contra la naturaleza.
El muchacho mujeriego no se va a enderezar nunca; es probable que la chica medio descocada se componga alguna vez, pero el muchacho seguirá mirando con interés a las amigas de la novia. Y este sí es un argumento para una película.
Los verdaderos dramas que han de enfrentar un hombre y una mujer cuando se casen, difícilmente vayan a ser tratados en una cinta, los problemas de todos los días no son atractivos visualmente. A veces el cine no refleja las situaciones de la vida con verdad. La verdad, bien tratada, quizás sea más redituable, para los que saben contarla. Más útil para la vida, sobre todo.
No es malo que el reino de la mentira habite un cine, lo malo es creerle.


COMER
                                                                                                                                     A Sebastián Orosco.

Cuando me enviaron a la selva a estudiar a los uluk, no sabía que iba a tener, una de las experiencias más fascinantes de mi vida. Una intérprete que conseguí entre ellos me dio algunas claves para empezar a entenderlos.
Tienen un lenguaje cargado de matices extraños. Con casi todas sus palabras con más de dos significados, según la entonación o el canto con que se las diga, cuando se los siente por primera vez, da la impresión de estar oyendo música. En algunos casos, cuando hablan más de medio minuto seguido, su discurso tiene la impronta de una canción. Pero si en el medio cambia una palabra, la oración entera tiene otro sentido. Tanto, que si se los hubiera traído a lo que pomposamente llamamos “la civilización”, habrían sido los más perfectos cantantes de ópera de los teatros más renombrados del mundo.
Estuve dos semanas en una carpa en las cercanías de su pueblo. Diariamente me juntaba con la intérprete y vagábamos por el pueblo desentrañando no solamente su lengua sino también algunas de sus costumbres. A sí mismos se señalan con la palabra “uluk”, que puede significar tanto “nosotros”, como “silla” o “pasen a lavarse antes de comer”, según las notas musicales con que la pronuncien.
Pero me tuve que volver a la semana de haber comenzado mis estudios. Me requerían en la ciudad. No fue un viaje en vano, porque finalmente me traje a la intérprete para que me enseñe el significado de complicadas frases de su pueblo, me ilumine sobre sus costumbres y me ayude escribir un libro en el que mostraré a los uluk como nunca nadie lo hizo antes.
La experiencia es fascinante, no solamente por el estudio, sino porque la intérprete es una bellísima morocha que parte la tierra. Por el momento sólo vivimos juntos, más adelante, quién sabe, en una de esas poblemos Santiago de ulukitos. Quizás también redacte un diccionario.

Nos despedimos de los pagos del mistol y, al tranquito lento, la locomotora emprendió el regreso. Ya era hora de guardarse y esperar el próximo viaje. Pero no quiso despedirse sin recordar que, poco ha, se recordó el DÍA DE LA NO VIOLENCIA FEMENINA. Por eso, como un bonus track les dejo aquí las palabras poéticas de  la amiga AMELIA ARELLANO de los pagos de San Luis. Sencillamente conmovedor.
A LA EULALIA LE FALTABAN 5 PAL PESO

Ha empezado a nevar y es primavera. Los copos se disuelven en la fonda oscura de la Eulalia. Claro, siempre se dijo a la Eulalia le faltaban 5 pal peso.
Nació silvestre, como las verbenas, pero el hombre y sus circunstancias decidieron por ella.
Cuando quedó guacha, se la llevó el patrón, y como el trabajo en la Estancia era mucho, decidió que no fuera a la escuela.
Creció como los yuyos, a merced del tiempo.
Cuando el frío le llovía en los ojos se tapaba, toda, toda, con la cobija de lana de su abuela, única herencia de su pasado.
Cuando las ubres, comenzaron a hincharse, la cabrillona fue cabra.
Como caen los chañares maduros, fue pariendo hijos.
Hijos de la sed. Del viento. Del hastío.

Siempre se dijo que a la Eulalia le faltaba 5 pal peso.
Su ley fue contraria a la de las bestias.
“Que nazcan hembras así aumenta la majada.”
Esta era la ley del hombre:
 “Que nazcan machos para que haya más fuerza de trabajo”.
Cuando la única niña se anunció, el parto vino complicado;  decidieron sacrificar la niña por la hembra reproductora.
Al poco tiempo el vientre fue creciendo como la luna llena.
-“Que se va en sangre”-
-“Que el aborto es pecado”-

Ahora las 40 primaveras yacen en una caja de madera.
Los copos se disuelven en la fronda ingrávida de la Eulalia.
Las cotorras rezan y murmuran.
No hay lágrimas, ni congojas, ni un te extraño.
Claro, a la Eulalia le faltaban 5 pal peso.


A todos los lectores amigos les recuerdo que pueden enviar sus trabajos (prosa o poesía) a: millaco@ciudad.com.ar. Amén de la obra agregar una minibiografía. Y van dos avisitos: 1.- AGRADEZCO a todos los que me hayan invitado a redes sociales (Sonico, Facebook y otras) pero NO participo (ni me interesa) en ninguna de ellas. 2.- A quienes han cambiado la dirección de MAIL se ruega ENVÍEN LA NUEVA. Pues tengo muchos correos "rebotados" sin forma de enviar el material.
Nos fuimos !!!!!!!!!!!!!!!!! Mis mejores deseos para una ¡¡FELIZ NAVIDAD!! y un buen comienzo del 2.010.Un abrazo
                                                                  CRIS