QUERIDOS PASAJEROS:
Vamos a abandonar por un rato tanta mala noticia, tanto desastre, tanto desamor, para gozar de estas letras que por sobre las artificiales fronteras nos unen en un abrazo fraterno. Y nuestro camino se inicia hoy con dos homenajes a poetas desaparecidos en estos pasados meses: ARIEL PETROCELLI y HORACIO GOSLINO.
De Ariel solo puedo decir que disfruto desde hace años la audición de sus temas, muchos de los cuales también canto. La fuerza de su poética y la capacidad descriptiva de su paisaje son incomparables. Por eso este breve pero sentido recuerdo.
De Horacio me quedan sus cartas, sus poemas, el recuerdo de tantos encuentros compartidos, las risas, los abrazos, ese entrañable cariño que la distancia jamás pudo vencer. Su partida ha dejado un hueco en mi corazón, por eso quiero recordarlo hoy, aunque sea parcialmente, a través de su magnífica obra.
ARIEL PETROCELLI
Nació en Campo Santo (provincia de Salta) en 1937 y falleció en la ciudad de Salta el 17 de septiembre de 2010. Poeta y compositor se destacó en la composición de música folklórica de Argentina. Es considerado uno de los cinco poetas fundamentales del cancionero argentino. Ariel Petrocelli fue un prolífico compositor que ha compuesto innumerables canciones clásicas del cancionero argentino y latinoamericano como Para ir a buscarte, Cuando tenga la tierra (con Daniel Toro), El antigal (con Lito Nieva y Daniel Toro), Zamba del ángel (con Hugo Díaz), El Seclanteño, La Bagualera, etc. Con su esposa Isamara había formado un dúo y compuesto varias canciones como Yerba buena del amor, Arrieros de Salta, Chacarera del alma, Así es la forma con que te amé, Pero la vida es ajena, etc.
Como homenaje aquí transcribo la letra de la “Zamba del Ángel”:
ZAMBA DEL ANGEL
Letra y Música: Hugo Díaz y Ariel Petrocelli
Dijo mi madre que cuando
me lleve la vida a la ruta del pan
y ella falte a cuidarme
y no esté su consejo
ni esa luz que la sangre sabe dar,
habrá un ser que a mi espalda
con mi forma y con alas
y que ángel se llama, y es mi bien.
Dijo también que aquel ángel
invisible a todos y también a mí,
el que en aires de sombra
por un viento en el alma
me daría en su saviala verdad.
Así fue que seguro
eché rumbo a la vida
con la fuerza del ángel en mi andar.
Estribillo
Después, con el tiempo me fui
por soles que van a la ansiedad,
pero el ángel no estaba
lo perdí por la infancia,
de la escuela a la casa, tiempo ayer...
Soledad del intento
de gritar con los sueños
la verdad que en el hombre no se dio.
Cuando la luna en su viaje
me rompe las noches en un ángel de alcohol,
me desangro en las mesas
y la luz de un amigo
es el ángel que guarda mi dolor,
y la calle me junta
con un ángel distinto,
con un hombre cualquiera, como yo.
Duele saber que la cosa
que quise de niño era piel de ilusión,
y que el ángel camina
con los pies del cansancio
que nos trepa a la vida por luchar,
y se muere el relato
de la madre que un día
nos dio un ángel de guía con su amor...
Letra y Música: Hugo Díaz y Ariel Petrocelli
Dijo mi madre que cuando
me lleve la vida a la ruta del pan
y ella falte a cuidarme
y no esté su consejo
ni esa luz que la sangre sabe dar,
habrá un ser que a mi espalda
con mi forma y con alas
y que ángel se llama, y es mi bien.
Dijo también que aquel ángel
invisible a todos y también a mí,
el que en aires de sombra
por un viento en el alma
me daría en su savia
Así
eché rumbo a la vida
con la fuerza del ángel en mi andar.
Estribillo
Después, con el tiempo me fui
por soles que van a la ansiedad,
pero el ángel no estaba
lo perdí por la infancia,
de la escuela a la casa, tiempo ayer...
Soledad del intento
de gritar con los sueños
la verdad que en el hombre no se dio.
Cuando la luna en su viaje
me rompe las noches en un ángel de alcohol,
me desangro en las mesas
y la luz de un amigo
es el ángel que guarda mi dolor,
y la calle me junta
con un ángel distinto,
con un hombre cualquiera, como yo.
Duele saber que la cosa
que quise de niño era piel de ilusión,
y que el ángel camina
con los pies del cansancio
que nos trepa a la vida por luchar,
y se muere el relato
de la madre que un día
nos dio un ángel de guía con su amor...
HORACIO GOSLINO
AMIGO
No sé en que recodo de la sangre
se congregó la chispa del milagro
No sé si estaba escrito
o si la letra nació desde tu mano
No sé si vos llegaste por la brisa
o si la brisa fue la excusa de encontrarnos
Lo cierto es que la anchura de tu orilla
fue el elegido sitio del abrazo
No sé si hubo llovizna o hubo estrellas
viento, neblina o temblor de pájaros
Lo cierto es que quedó un rincón abierto
para ubicar tu nombre en mi costado
Y somos desde entonces luz que vuelve
regreso, andén, complicidad y diálogo
Esa secreta forma de la piedra
que se queda clavada en los zapatos
Un reencuentro de sueños y miradas
trepando por la piel del calendario
ASUMIR LA DISTANCIA
Ahora que el camino
desenreda veletas
y desliza la aurora
hacia el sitio del viaje.
Ahora que las manos
dibujan en la ausencia
anecdotarios tibios
con el polvo del aire.
Ahora,
habrá que comprender
que la distancia
es una opción que duele
más allá del acaso.
Callaron la palabra
cortando la lengua de los que hablaron.
Callaron el paisaje
vaciando los ojos
de los que vieron el amanecer
y para siempre lo aprendieron.
Callaron la sangre
de los que quisieron amar
sin retaceos
machacando su cuerpo
acribillando sus entrañas.
Pero no pudieron acallar mi poema
porque no lo encontraron.
No tenían sus señas.
Sabían que existía
que crecía en las sombras
entre las ramas de los árboles.
Supieron que era una espina
que dejaba, al clavarse,
un escozor profundo
pero nunca lo hallaron.
Lo buscaron en la sierra,
en el monte,
en las calles,
detrás de cada barricada.
Hasta en el templo fueron a buscarlo.
Casa por casa fueron, vestidos de fantasmas.
Revisaron los libros,
el cajón de recuerdos
y la carta de amor
olvidada debajo de la lámpara.
Lo revisaron todo
pero no lo encontraron.
Cuando se fueron,
colgando de su odio
se llevaron mi verso
y nunca lo supieron.
En cada espacio violentado
dejaban una sílaba latiendo.
En cada muerte oscura y tenebrosa
dejaban un mensaje
para el canto del viento.
Por eso vive y crece mi poema.
Aunque yo me haya muerto.
DE MIS MANOS
No le creas a mis manos.
Dicen que sueltan palomas desde las cornisas
y apenas si dibujan
arrebatos de alas trashumantes.
Te prometen espasmos de tibieza
jugando en la comba de tu blusa
y apenas si trazan arabescos
en el aire empañado de la célula.
No le creas a mis manos
cuando buscan la intimidad de tu cintura
cuando recorren los pliegues de tu piel
cuando cortan la flor en los jardines.
En realidad son dos muñones de la ráfaga
dos caparazones sin sonido
anclados al fondo del océano.
No le creas a mis manos
cuando en tu nuca enredan
la nostalgia.
Míralas a contraluz
desde la palma al dorso
y hallarás laberintos en sus líneas
enmarañadas venas por donde surca
una vieja sangre
marcada por el fuego de otros días.
Si acaso en la concavidad cansada
de mi pulso
hiciera un alto tu ternura
déjalas descubrir el sitio
para que alguna chispa baje por la espalda,
hazles un hueco pequeñito
en tu soplido
para que vuelvan a empuñar
la fragua
SABER QUE ESTA EL POETA
el poeta sabe de señales en los caminos
de piel a contratarde
y de jirones cayendo en el vacío
el poeta estuvo en el lugar donde se izan llamaradas
expectante
al acecho
y rescató la lumbre
cuando la luna se llenó de miedos
es consigna en los labios
urgencia en las banderas
y pronuncia tu nombre
tan cercano
tan lejos
saber que esta el poeta es desandar las velas
es destejer el viento
y orillar los fantasmas
saber que está el poeta es pedir esperanza
porque él también sucumbe
y precisa la estrella donde ubicar el grito
para que no se muera de pena la distancia
saber que está el poeta es recordar la hora
del casi y del me animo
del te quiero
y vayamos
AMIGO
hemos tendido un puente
entre mías
tus manos y las
si tus fuerzas cedieran
resbalarán
mis
ojos
hacia la empuñadura del camino
para restaurarlo
y si aflojan
mis nudos
estarásamiladososteniendoelmadero
resulta necesario verificar las ataduras
cada día
asegurar las sogas
tensar barandas
calafatear hendijas
entre tus manos y las mías
hemos inaugurado
un tiempo
sin retorno
Habrá ahora que acomodar la piel en los estantes
reubicar los perfiles de todos los espejos
clasificar los dardos clavados en la noche
para que todos tengan
la necesaria marca que nos deja la lluvia
ha llegado el momento
de reiniciar el trámite y el pacto
por un lado: la fuerza de la sangre
célula primigenia
inevitable cauce donde acuden los ríos
eterna geografía, heredad de la espuma
desde la que aprendemos a reconocernos
y más cerca del beso
más acá de los genes:
la vocación de arrullo
que guardan las caricias
el radar del cometa atento al aleteo
la mano alerta a la caída
y todo el sol de frente para el último tramo
donde esparce su sombra
el árbol de la vida
tus indicios me suenan a revelada lumbre
a incógnita del nudo que sujeta maderos
a reválida cómplice.
tu originaria gota convoca
a todos los sucesos en un solo pabilo
donde se multiplican
por la sed del milagro
los retazos de antorcha y estampida.
y es tan de hamaca y sauce la chispa en las entrañas
tan simple
tan humana
tan escalón del tiempo
que me acosan temores
de morirme de espera
por no morirme antes
de estar en tu mirada.
POETA
Cuando intentó caminar sobre las aguas
supo qué era el milagro.
y recontó los panes y los peces
el vino en las tinajas
y el maduro renglón de la palabra
fundando la confluencia de los días.
Antes había sido
el aluvión de sílabas y truenos
la cuña en la llaga de la noche
la cadencia del viento
el estallido
- nadie habitaba el verso todavía -
Y hubo un solo testigo
en los relojes
Entonces fue el poeta
el mago ordenador del universo
la lengua de Dios
la estalactita
el despertar del beso en las entrañas
el germen del espasmo.
Cuando intentó escribir sobre las aguas
se despertó el milagro de la Vida
Cuando intentó caminar sobre las aguas
supo qué era el milagro.
y recontó los panes y los peces
el vino en las tinajas
y el maduro renglón de la palabra
fundando la confluencia de los días.
Antes había sido
el aluvión de sílabas y truenos
la cuña en la llaga de la noche
la cadencia del viento
el estallido
- nadie habitaba el verso todavía -
Y hubo un solo testigo
en los relojes
Entonces fue el poeta
el mago ordenador del universo
la lengua de Dios
la estalactita
el despertar del beso en las entrañas
el germen del espasmo.
Cuando intentó escribir sobre las aguas
se despertó el milagro de la Vida
A LA MUERTE DE LA CAJERA DEL SUPERMERCADO
A Andrea Juan
“Te dormiste, sin saber que te haría
un lugar en mis versos...”
Gladis Lopreto
Desde su taburete
dígitos de azucena
vuelcan
la cifra en el teclado de la registradora
y van
y vienen
recorren etiquetas
esas manos
destinadas al canje del instante.
La cajera del supermercado
cabellos de azafrán
deja en el ticket su perfume
su trigal
su casi mayoría de edad
el valor de su piel y de su vientre.
Ausente la doncella en la moneda
da el vuelto en caramelos
muchacha apenas madre
sola madre
por el escaso tiempo que dura la luna
en el estante
de la sección juguetes.
Andrea Juan
dicen que no marcaste un precio
dicen que te olvidaste de marcar
el precio de tus días
tu cabellera pan de miel y tu sonrisa
la austera longitud de tu almanaque.
Andrea Juan
dicen que te guardaste un vuelto
y vino la muerte a reclamarlo
intempestivamente
anónima cliente
metida en tu costado.
Andrea Juan
cuánto vale tu historia
tu dolida inocencia
muchacha apenas madre
sola madre
cuánto
en este viernes santo
en que enjugo el rocío de tus ojos
crucificados
por la máquina torpe
de calcular la vida.
Y ya el tren debe partir para visitar a los amigos que esperan ....
Sonó la campana, la locomotora humeó con fuerza y nos dirigimos a TOAY, en esta provincia de LA PAMPA, para recibir a nuestro primer pasajero: PANCHO DUQUE. Es el seudónimo de Francisco Alfonso, nacido en Colonia "El Guanaco" en la zona rural de Winifreda (La Pampa) y residiendo actualmente en TOAY. Se dedica al negocio inmobiliario. Su obra muestra el paisaje de la provincia y recrea, a través de sus poemas, la historia de estas tierras. El ranquel, la cautiva, el gaucho, los inmigrantes, van delineando el pasado y presente de esta pampa. Algunos de sus libros son: "La chacra de Don Vicente", "Mi tierra pampa", "Ecos de malones", "Winifreda: colonización, fundación y desarrollo socio-económico 1900-1950". He seleccionado para ustedes algunos de sus poemas. ¡Que los disfruten!
E Mail: gestoriaalfonso@yahoo.com.ar
A LUAN LAUQUEN
(Laguna del Guanaco)
Un rayo de plata refleja la luna
mientras me retrata en su claridad,
bordeada de montes de caldén y puna,
entre las lomadas escondida estás.
Vives olvidada en el verde llano
pese que tu vida dio hospitalidad,
a tribus sureñas, hijos de araucanos.
sangre de la sangre de Caupolicán.
Rondan tus recuerdos salvajes jirones
de un antepasado ido sin volver,
cuando en tus riberas gestaban malones
en la tolderías del guapo Pincén.
Cuando el viento agita tu tranquilo encanto
y las aguas hacen enturbiar tu paz,
piensa aquel día que un grupo de blancos
al mando de Lagos los viste pasar.
Con mil lagrimones tu vera se empaña
porque de ese día no volviste a ver,
a esos hijos Pampas que de tus entrañas
arrancó las armas de aquel Coronel.
El murmullo suave de tímidas olas
con un canto triste evoca al pasado,
cuando más de un blanco de noche y a solas
pensando en su Europa lagrimeó a tu lado.
Y el viento que arrastra desde la ladera,
el bullicio alegre de aquellos domingos,
cuando en el boliche, viola y verdulera,
el baile mezclaba a criollas y gringos.
Hoy todo es recuerdo, nostalgia es todo eso.
Si hasta de tristeza se ha muerto el caldén.
Los blancos te odian, pues para el progreso,
ya sos un estorbo, vieja Luan Lauquén.
NOSTALGIAS RANQUELINAS
Ranquel …
El viento del Oeste
con su canto agreste
clama por tu ser.
Ranquel …
Llaman las praderas
con voz lastimera
desde su vergel.
Ranquel …
Devuelve con su eco
el cauce reseco
del osteño Atuel.
Ranquel …
Rebota aquel grito
en el infinito
bosque de caldén.
Chilcas y jarillas
por tu ausencia lloran,
y en su llanto imploran
el verte volver.
Las estrellas brillan
con luz empañada
en las madrugadas
de tu Loventué.
Y desde su orilla
penando esa ausencia
ruega tu presencia
el Chadileuvú.
Y en la parda arcilla
se ven rastrilladas
de tu retirada
con rumbo hacia el sur.
Ranquel …
Hijo de esta tierra
que tras sucia guerra
el blanco robó.
Ranquel …
Guarda la arrogancia
la fe y la confianza
que como semblanza
Nguenechen te dio.
Y un día no lejano
junto a tus hermanos
los montes y llanos
volverán a vos.
Poemas del libro “ECOS DE MALONES”
MUJER CAMPESINA
Muchacha de campo
sencilla, hacendosa,
de manos callosas
y rostro de encanto;
que sabes de llanto
como de alegrías,
y en monotonía
se tiñe tu ampo.
Que de noche admiras
la luna lejana.
Que cada mañana
cuando el aire aspiras,
bendice tu vida
y la torna pura,
áurea cual zafira.
Muchacha campestre
muy joven madura,
que vendes ternura
salvaje y agreste.
Que el cielo celeste
envidia tu albura,
y la nube oscura
llora por tenerte.
Porque no hay momento
para ocio en tus días,
porque la apatía
no está en tu contexto,
y por todo esto
cuando enamorada,
amas apurada
por falta de tiempo.
Porque es sacrificio
y lucha tu vida,
por ser tan sufrida
y exenta de vicios.
Por los mil oficios
que ejerces a diario,
vaya este rosario
como fin de juicio.
RECADO LADERO
Viejo recado ladera
que fue orgullo de mi padre,
cuando forzudo y compadre
oficiaba de carrero.
Hoy sos estirados cueros
con los bastos descosidos
y te han echado al olvido
calificado de estorbo.
Te han tratado como morbo
y a la basura tirado,
sin respetar tu pasado
cuando con el carro aquel
eras parte del sostén
de un hogar bien conformado.
Ya no tenes las bajeras
que hacían de alivio al lomo,
ni las argollas de cromo
de la cincha verijera.
La reforzada encimera
son arpilleras podridas,
y las correas corroídas
por la falta de engrasado,
al basural la han tirado
como cosa que no sirve.
Hasta parece increíble
que vos, mi viejo recado,
te hayan así arrojado
por viejo y por inservible.
DON SALUSTIANO LUNA
Yo soy Salustiano Luna
hombre de campo y criollazo,
que aprendió a tirar el lazo
no bien dejara la cuna.
Criado entre el pasto puna,
los molles y el alpataco,
hermanado a los matacos
y a los ñanduces matreros,
abrigado con los cueros
curtidos de los guanacos.
Con siete años cumplidos
tropereaba con mi padre,
y lo digo con alarde:
que no era ningún dormido.
Fui en el pago conocido
como el “pibe domador”
pues no hubo bellaqueador
que no lo hubiese subido,
con coraje y decidido
tan sólo por el honor.
Aprendí muchos quehaceres
y oficios en la campaña
con mucha paciencia y maña
y pidiendo pareceres.
Dejé de lado placeres
por dedicarme al trabajo.
Fui receptor de agasajos
tanto de hombres o mujeres,
por cumplir bien los deberes
en las changas a destajo.
Fui boyero, alambrador,
peón de campo, fui bolsero,
en la cosecha horquillero
trabajando sol a sol.
Oficié de esquilador
a tijera y en comparsas,
donde supe de alabanzas
aunque nunca fui el mejor,
pero igual le di valor
para aumentar mi semblanza.
Batatié como soguero
en botones y sortijas
igual que en costuras lisas
a pocos les tuve miedo.
También trabajé de hachero
cuando llegaba el invierno,
y para ello viviendo
en toldos de paja y cuero,
aunque siempre marcó cero
el haber de mi cuaderno.
Hoy ya con setenta y tantos,
doy por completa mi agenda,
y les digo pá’ que entiendan
los jóvenes con mi canto,
que pa’ evitar todo llanto
y algún momento de histeria,
sigan la huella intermedia
del quehacer y el sacrificio,
pues quien tenga cien orificios
tendrá el doble de miserias
Del libro “MI TIERRA PAMPA”
Siguió su ruta el trencito con rumbo al oeste, pues nos esperaba la bella CATAMARCA y una nueva pasajera: MARTA VILLARROEL. Nació en la ciudad de Córdoba y allí cursó sus estudios, recibiéndose de Médica Cirujana, profesión que ejerce en la provincia de Catamarca, donde vive desde hace más de 20 años. Allí residió en el interior y, actualmente, en la capital. Escribe desde siempre, desde que era una niña. Hace varios años ingresó al Taller Literario “La Cueva”. Ha participado en Jornadas de Lecturas, Ferias de Libro en La Rioja y Catamarca, Talleres en el interior de la provincia, Encuentros de escritores. Asimismo participó en Certámenes Literarios, donde varios de sus cuentos y relatos obtuvieron distinciones. Tiene libros inéditos. Aquí nos trae un par de cuentos cortos para apreciar.
E Mail: mjvje@hotmail.com
RECUERDOS DE OTOÑO
Abril es el mes más hermoso del año. Me gusta su musicalidad. Abril..., parece que suenan campanitas al nombrarlo.
Cuando era pequeña escuché una canción en la radio: “Era tiempo de otoño, abril, quizás recuerdes/ era tiempo de otoño, abril y yo te amaba” y desde entonces empecé a querer ese mes y su otoño de una manera especial.
Córdoba renace en abril. El otoño se cuela en todos los rincones, dejando una estela de melancolía.
No era así en mi infancia. Yo disfrutaba de los días que se acortaban sensiblemente, del sol que se volvía amigo e invitaba a pasear por plazas y parques. Las hojas de los árboles relegaban sus rozagantes tonos verdosos y viraban sus colores al dorado, rojizo, amarillo limón, desprendiéndose de las ramas que las tenían prisioneras durante el verano, para volar con la más suave brisa. Yo las corría, gritando desaforadamente, me gustaba pisarlas y oír el crujido al romperse, las estrujaba y soltaba el polvillo al viento, riendo, alegre, traviesa. Chapoteaba en los charcos que olvidaba la lluvia, sin preocuparme por los zapatos que amenazaban con despegarse.
Salía del colegio al mediodía y caminaba unas cuadras conversando con mis compañeras, riendo por la más simple tontera, sin prisa para ir a almorzar, sin remordimientos por hacer esperar a mi mamá, sin pensar en las horas de estudio que vendrían después.
Pasaba las tardes con la nariz metida en los textos de historia, geografía, tratando de descifrar la diferencia entre la cultura griega y romana, sus dioses, sus mitologías, nunca me gustaron, nunca los aprendí, los memorizaba para “zafar” al día siguiente y olvidarlo poco después. Me gustaban los cálculos matemáticos, perseguir por los renglones números y cifras, cambiarlas de lugar, me parecía fácil, un juego, mientras escuchaba la radio a la hora de la siesta. Papá me decía que la apagara para poder concentrarme y yo la ponía a muy bajo volumen para que él no la escuchara.
Ana Luisa era mi compañera de aventuras. Pequeña e inquieta, corría incansablemente, al viento sus cabellos colorados, su risa contagiosa. Era la cabecilla de las travesuras por el barrio, yo la seguía con un poco de miedo, pero ella estimulaba mi avidez de aventuras infantiles, siempre reprimida por una madre demasiado respetuosa de las leyes de urbanismo... El mayor peligro que nos acechaba era que nos retaran en las esquinas donde nos escondíamos después de tocar los timbres de todas las casas de la cuadra.
Elisa era mi compañera de banco, la amiga incondicional con la que compartí los últimos años de la infancia y toda la adolescencia. Era menuda, tímida, con una gran sonrisa que le formaba dos hoyuelitos en las mejillas. Hablábamos en voz baja, juntando nuestras cabezas y “poniéndonos al día”, en las horas de clase o en los breves recreos. ¡Cuántas cosas teníamos para decirnos, cuantas “novedades” de un día para el otro!
Tenía amigas con las que nos reuníamos para criticar a las otras, las que no formaban parte de nuestro grupo, las que nos parecían tontas y frívolas. Nos reíamos de ellas, imaginándolas reunidas, a su vez, para criticarnos a nosotras.
Recuerdo esos días de escuela iluminados con una luz especial. Luz matinal que nos acompañaba en el patio, en el izamiento de bandera, desafinando las canciones patrias, luz que inundaba el aula y nos obligaban a asomarnos a la ventana y espiar la vida que se desarrollaba afuera, el continuo movimiento de la avenida llena de autos, ómnibus, gente corriendo. Las mañanas eran eternas, las horas de clase largas y, más de una vez, aburridas, las pasaba bostezando disimuladamente, llenos los ojos de lágrimas de sueño, pero eran más los momentos en que me divertía, riendo de todo, soñando con el futuro, sin miedo, confiada en lograr todo lo que me propusiera.
Han pasado tantos años...
Hoy es abril, nuevamente.
El viento azota la ventana de mi habitación y miro las gotas de lluvia que brillan iluminadas por el farol de la esquina. No puedo dormir. Dejo la ventana y vuelvo a la cama.
Suspiro.
Los recuerdos me invaden obsesivamente, me dejan un sabor dulce pero nostálgico. Esa luz que iluminaba mi vida se mete en mi cuarto reemplazando las tinieblas nocturnas y me parece estar nuevamente en el aula del colegio, con mis compañeras, con las amigas entrañables que no he vuelto a ver. Vilma fija su mirada en la vereda, tratando de ubicar al chico que la pasa a buscar a la hora de la salida, Liliana repasa la lección de física, Mónica sueña con el viaje a Bariloche, Patricia calcula las materias que tiene que rendir en diciembre. Las miro, ¿las sueño? Sonrío, ¿esa niña juguetona, esa adolescente de risa fuerte como no recuerdo haber reído últimamente, soy yo? Hubo un tiempo en que fui así, alegre, despreocupada, ¿o es sólo lo que quiero recordar? También tuve días tristes, lloré porque me sentía sola, fea, incapaz de lograr algún objetivo, pero no quiero pensar en ello o la luz empieza a apagarse.
Hoy, esta noche, vuelvo a tener 12, 15, 17 años. Vuelvo a la Córdoba que dejé y que ya no existe, a las veredas llenas de hojas crujientes, a la hora de salida de la escuela. Vuelven mis amigas a esperarme para caminar sin prisa, riendo. El mundo es todo nuestro, el futuro también.
Afuera sigue lloviendo, pero no escucho la lluvia. El sol, un sol brillante, un sol sólo mío, ilumina hasta los últimos rincones de mi cuarto, hasta los últimos pliegues de las sábanas...
TANTA LOCURA
Me gusta encender un fósforo en la oscuridad, mirar como se consume la llama balanceándose con cada movimiento del aire, soplarla hasta hacerla desaparecer, como si tuviera el poder de dominar las luces y las sombras.
No siempre fue así. Fui aprendiendo de a poco, cuando papá regresaba borracho de la calle y comenzaban las eternas peleas con mamá. Con Lautaro nos entendíamos con una mirada y cuando la vieja escalera de chapa crujía ante los pasos desiguales de papá, nos abrazábamos asustados porque ya sabíamos que luego llegarían los reclamos de mamá, los gritos, los golpes, ella sangrando en el bañito sucio del fondo y yo llevándole toallas para que se limpiara.
Una tarde lluviosa, mientras jugábamos contando las goteras que caían sobre la tapa del inodoro, mamá preparó un bolso y nos miró, no sé si con enojo o con tristeza, pero se fue sin decirnos nada, sin un beso ni una caricia. Sólo nos dejó una última palabrota destinada a papá, que todavía no regresaba de la fábrica donde “se le iba la vida”, como decía cuando estaba más sobrio.
Mamá no volvió jamás y papá siguió llegando tarde y borracho, golpeando su cuerpo contra el marco de la puerta, y Lautaro se cobijaba en mis brazos porque sabía que papá nos llamaría a los gritos para pedirnos un plato de comida, o para amagarnos un golpe con esa mano grande y pesada que tenía y que sonaba como látigo en nuestras espaldas.
Fue entonces cuando escondí por primera vez una cajita de fósforos en el bolsillo del único saquito que tenía, demasiado liviano para detener el frío que se colaba entre los agujeros de los codos. Lautaro tenía un pantalón grande para su cuerpecito flaco. Se lo había dado la gringa de la panadería, que a veces nos miraba con lástima, cuando entrábamos a su negocio a buscar el pedacito de pan que nos alimentaría por dos o tres días. Preparábamos una sopa con las verduras que recogíamos en los basurales y mojábamos allí el pan, sorbiendo gustosos el jugo tibio que nos calentaba el alma, helada de tanto andar pidiendo por las calles desiertas.
Con Lautaro reíamos, jugábamos, repasábamos las pocas letras que conocíamos, sumábamos cucharas y cuchillos e inventábamos historias de duendes y fantasmas. Después escuchábamos los pasos en la escalera de chapa y callábamos nuestra risa, nuestra voces, nos mirábamos en silencio y corríamos al escondite que había descubierto una tarde de sol, un viejo armario que estaba en el pasillo, donde cabíamos los dos y nuestro miedo de encontrarlo a papá antes de cerrar la puerta y envolvernos en esa profunda oscuridad. Yo sentía el temblor en el cuerpo de Lautaro y veía mi miedo en su mirada, pero sonreía, era la mayor y tenía que cuidarlo, protegerlo, era mi responsabilidad, ya que no éramos la responsabilidad de nadie. Encendía un fósforo y nos mirábamos las caritas sucias.
_ No tengas miedo _ le decía yo _ papá nunca nos encontrará acá, no dejaré que te pegue, no me va a tocar nunca más...
Soplaba y la llama se apagaba. Me sentía inmensa, podía encender otro y hacer que la luz venciera las tinieblas y ver los ojitos de Lautaro y su sonrisa confiada, lo apagaba y papá pasaría de largo, gritando nuestros nombres, insultando a mamá, en ese monólogo que precedía al sueño.
No sé cuánto tiempo pasamos así, antes de que el armario resultara demasiado chico para los dos o antes de que papá nos descubriera y nos sacara a los tirones de nuestro refugio. Recuerdo el dolor en la cabeza, después de que nos arrastró de los cabellos y de que nos golpeó con el cinto. A Lautaro le sangraba la nariz y yo quise lavarle la cara pero papá me lo impidió.
_ Dejálo _ me dijo _ que se haga hombre. Siempre mariconeando, llorando y buscándote para que lo consueles...
La remera se le manchaba de sangre y yo pensaba que me iba a costar limpiarla después. Tal vez por eso no me fijé dónde ponía el plato de sopa y lo derramé en las piernas de papá, que se levantó de un salto y me cacheteó sin piedad, hasta que no pude más y lloré, buscando yo, esa vez, la protección de mi hermano. Lautaro me llevó a un rincón de la pieza, pero papá estaba descontrolado, amenazaba con mandarme a trabajar a la calle.
_ A ver si servís para algo y traés unos pesos _ decía _ mañana mismo te llevo con el Turco, que ya sabrá qué hacer con vos...
No sabía quién era el Turco, pero intuí algo horrible y Lautaro me dijo al oído.
_ No te preocupés, no dejaré que te haga daño, te lo prometo.
Esa mañana que fui tempranito a buscarle una botella de vino a papá, lo vi conversando con un hombre alto, de bigote grande, que después supe que era el Turco. Ambos me miraron y sonrieron con malicia, me di cuenta de que hablaban de mí.
_ Demasiado flaca _ dijo el Turco _ pero siempre hay uno al que le gustan las chinitas chicas, ya voy a conseguir un cliente para ésa.
Me tomó de un brazo y yo solté la botella que se estrelló en el piso, salpicando los zapatos lustrados del Turco y las zapatillas gastadas de papá.
_ ¡Chinita de porquería! _ gritó él, levantando la mano _ ¡No servís para nada!
Fue ahí que Lautaro apareció con el cuchillo largo y se lo clavó en el costado. El Turco gritó al ver la sangre y corrió de inmediato. Papá nos miró con los ojos grandes, sin hablar, parecía que no encontraba palabras, tan luego él, que siempre tenía insultos y amenazas para cada momento. Los ojos se le fueron cerrando despacio y cayó para atrás entre el griterío de la gente, que no sé de dónde salió, si antes habíamos estado sólo los tres y Lautaro que llegó callado, como una sombra.
Lo llevaron a la comisaría y a mí a una casa que no conocía, donde no hablaba con nadie y donde no sabían qué responderme cuando preguntaba por mi hermano, la única persona en este mundo con la que quería estar.
Por eso vine, señor juez, para hablar con usted y con toda esta gente. Me pidieron que les diga la verdad y esa es la verdad. No sé si a mi hermano le agarró un ataque de locura, como dice el abogado, que de ser un chico buenito, calladito, que sólo andaba conmigo por las calles y las plazas, que no se metía ni hablaba con nadie, pueda ser capaz de atacar, calladito también. En ese momento no parecía él, era como si me lo hubieran cambiado y en su lugar estuviera un chico diferente, con una mirada distinta, sin miedo, sin nada, como si no tuviera sentimientos. Yo también pensé que le había dado la locura...
Pero ya no estoy segura de nada. No sé quién está peor. Si mi hermano que hizo lo único que podía al ver que me llevarían a trabajar a la calle, o los que nos dejaron crecer tan solos, llorando en el armario, encendiendo fósforos para hacer más corta la noche, los que permitieron que pasáramos días sin comer, sin ir a la escuela como los otros chicos, sin que nadie se ocupara de nosotros, cuidándonos como mejor nos salía. No sé si la locura pasó por mi mamá que nos abandonó o por mi papá que nunca nos quiso y nos pegó tanto, o por el Turco que iba a venderme a alguno al que le gustaran las chinitas chicas y flacas. No sé.
Yo sólo quiero que saquen a Lautaro de ese hospital donde lo encerraron para seguir cuidándolo como siempre. Ya no habrá nadie que nos haga daño ni nos vuelva locos, a ninguno de los dos, si es que alguno de nosotros lo estuvo alguna vez...
Como les digo, ahora no me parece tanta locura de Lautaro. Devuélvanmelo, les prometo que nunca más nos verán de nuevo...
Con rueda de mate y pastelitos nos fuimos despidiendo de los amigos catamarqueños, pues la consigna de la locomotora era cruzar el país y poner rumbo a la capital, para que ascendiese allí MARÍA PUGLIESE.Nació y reside en BUENOS AIRES. Poeta y ensayista. Libros de poesía éditos: "De uno y otro lado". Ed. Filofalsía. Buenos Aires. "Esquirlas". Ed. La rama dorada. Buenos Aires. "Voces como furias". Ed. Último Reino. Buenos Aires. Libros de poesía inéditos: "A paso de hombre". Premio Sigfrido Radaelli, otorgado por la Fundación Argentina para la poesía, Bs. As. 1987-. "Cavernas". "Vigías en la noche". "Criptas de amor". Plaquetas: "Viento y cenizas y otros poemas". Colección Hojas de Sudestada dirigida por Ana Emilia Lahitte. Nro. 120. La Plata. 1990 - "Sobre un puente de cañas". Ed. Arché. Buenos Aires. 1990. Antologías: "Nacer en los ’50". Col. “Mundo de papel”. Madrid. 1987. "El grito y la rosa". –Revista Koeyu- Caracas, Venezuela. 1988. "Voces femeninas de la poesía actual". Ed. Amaru. Buenos Aires. 1989. "Anuario de poetas argentinos contemporáneos". Ed. del Dock. Buenos Aires. 1990. "Four argentine poets. Book II". Ed. Correo Latino. Buenos Aires.1991. "Breve muestra de poesía contemporánea del Río de la Plata". Bianchi Editores. Canelones, Uruguay. 1994. "Quatro poetas argentinos". IARARANA. –revista de arte, crítica e literatura- Nro. 4. Salvador-Bahía- Brasil. 2000. Premios y distinciones: Premio “Sigfrido Radaelli” al mejor libro inédito, otorgado por la FUNDACION ARGENTINA PARA LA POESIA, al poemario A paso de hombre (1987) - Mención en el Concurso Internacional de poesía “Pablo Neruda”, por su poemario Prodigios. Municipalidad de Vicente López, Buenos Aires. 1992 - Mención especial en el Gran premio “Libertad”, organizado por la Dirección de Cultura de la Municipalidad de Vicente López, Buenos Aires. 1987. Ensayos de su autoría que fueron editados en diferentes medios gráficos: El desierto y la memoria. –poesía argentina en la década 1980-90-. 1990. Antonio Machado y la ardua tarea de realizar lo desrealizado. 1990. Franz Kafka: La condena o el triángulo de la ausencia. 1990. Francisco de Quevedo y Villegas: Las máscaras de una carcajada. 1991. Ausencia y silencio en la poesía de Alejandra Pizarnik. Trae en esta oportunidad sus poemas.
La oscuridad
despeja cualquier incertidumbre
Sé de la vigilia y del sobresalto
Sé de brumas proféticas
al pie de callejones sin salida
con centinelas expectantes
Sé del coraje a paso de hombre
y de las emboscadas
y de seguir sin girar la cabeza
y de las amenazas a espalda descubierta
Así la oscuridad
se sucede en hileras
esos me amaron
esos todavía esperan
ése apuesta sus días a costa de mis noches
éste en presencia
mira sin comprender
No sé
del último eslabón que desanuda
tu respirar profundo
ni cuándo la mano se abandona
al borde de la almohada
ni de los murmullos
entre sueños
del descanso
No sé cómo cubrirte ni en qué cuidarme
ninguna estampa puede apartar la pena
que nubla mis sentidos
Así la oscuridad
se sucede en hileras
lamer de las migajas
o exhibir el ornamento de los vencedores
es preciso matar
o dejarse morir
Los pájaros multiplican sus chirridos
y los cedros con alarde
custodian las veredas
mullidas de hojas muertas
Nunca nos cobijaron
nunca oirán el eco
de las voces
de las risas
de los pasos
marzo en acecho
el impiadoso abril
despiezo mayo
como si lo hubiera elegido
como si se hubiera diseminado por el suelo
y alertara
hacia dónde irán las huellas
como si los presagios
fueran un espejismo
del trabajo minucioso de la historia
sin más ley que avanzar
como si todo el recorrido
lo hubiera trazado esta o aquella decisión
como si lo que dije
respondiera a una verdad absoluta
como si no hubiera sospechado
que de cualquier modo
vendría por mí
qué dirán
para compadecerse
a quién preguntarán
por qué
correrán a buscar
evidencias
y no hallarán ni un rastro
nada develará
lo felices que fuimos
cuando ya no importe
la evidencia gravará en su morada
inventarios de traición
se habrá instalado como peste
y cuando ya no importe
la cábala
los presagios
prescribirán vanidades
hasta mitigar hitos
de hastío
de resignación
vale la pena
aunque no importe
cuál es la diferencia
entre arrastrar con la fuerza de un buey
un cuerpo inerte
y no tener adónde ir
y si fuera arrepentimiento
y si cediera el lugar a la desolación
y si lo inútil
mostrara sus fauces
para socorrerme
a salvo
de qué
no era necesario
tanta mezquindad
desprovista de ritos y de máscaras
no era necesario
entre el soplo o el montón de hilachas
prefiero hilvanar cada retazo
empañado de lodo y sangre
prefiero restaurar sus fulgores
con las aguas del sudor y el llanto
no es lo que quisimos
no es lo que pudimos
ni siquiera su propia consecuencia
y aunque lo secretamente temido
sucede siempre
cualquier oprobio
ofrece alternativas
aquí lo dejo
lo empujo más allá
a Irma Cuña, en memoria (04.09.1932-16.05.2004).
Teníamos por costumbre
dialogar con el corazón
hurgar oscuros sortilegios
desmentir los oráculos de las manos
y las cartas
oramos de improviso a dioses solitarios
con los rostros expuestos al espejo del río
con la amada ciudad a las espaldas
trazamos en desmesos
la alevosía de las carcajadas
para que no nos sorprendiera
y ahora desconsuelo
Lo sé:
prescindirás
de su cuerpo pesado
y con alivio
silenciarás su infinito monólogo
en ausencia
Lo sé:
te espera
como un ángel paciente
por fin reiniciaremos
el lejano susurro del despido
y sin heridas
caminarás segura
hacia el reencuentro
Y también en la Reina del Plata esperaba otra pasajera: CLAUDIA AINCHIL. Nacida y residente en la ciudad autónoma de BUENOS AIRES. Co-fundadora de la Sociedad de Escritores Inéditos e Independientes de la Argentina, una ONGs que fomenta la escritura y la lectura. Su obra poética musical "Aunque el mundo caiga a los costados" (1990) fue elegida junto a otras obras y representada en la Sala Enrique Muiño del Centro Cultural General San Martín. Sus poemas son difundidos por distintos medios en: España, Cuba, Perú, México, Francia, Italia, EE.UU. y Chile entre otros; así como también en suplementos culturales de diarios del interior del país. Libros de poesía publicados: "Comienzo de comienzos, "Son cosas de ángeles", "Amores sin zapatos", “Remolinos a bordo”. Disfruten su poesía.
RETRATO DE UN VUELO
Es tarde? pregunto
el silencio humoso nos mira
queda atrapado en un esbozo
los viajes a anhelos indefinidos
vienen
es temprano? vorazmente
escaleras llevan a algún sitio
a extender piernas caderas pies
a lechos trance de amor sudorosos
y la muchedumbre agolpada queriendo saber
siempre queremos saber cuán oscura
es la profundidad.
Existimos a medida que nuestra condición de pasajeros
no permite detenerse en ningún sitio,
queremos saber si un instante equivale a eternidad
tal vez sólo es instante
entorpecido ademán de un aire alcohólico.
No supiste contestarme
otros tampoco pudieron desenredar la maraña
por eso estoy aquí
por eso estoy aquí? pregunto
resuelve la dimensión de tu vuelo
pero ten cuidado.
LOS ADIOSES
Los adioses como venas silenciosas
ingresando estallando
los adioses en el aire
en los ojos
sin palabras
un ocaso
los adioses
mutación cambio
cómo duelen
cómo nos dejan huérfanos...
Es tarde? pregunto
el silencio humoso nos mira
queda atrapado en un esbozo
los viajes a anhelos indefinidos
vienen
es temprano? vorazmente
escaleras llevan a algún sitio
a extender piernas caderas pies
a lechos trance de amor sudorosos
y la muchedumbre agolpada queriendo saber
siempre queremos saber cuán oscura
es la profundidad.
Existimos a medida que nuestra condición de pasajeros
no permite detenerse en ningún sitio,
queremos saber si un instante equivale a eternidad
tal vez sólo es instante
entorpecido ademán de un aire alcohólico.
No supiste contestarme
otros tampoco pudieron desenredar la maraña
por eso estoy aquí
por eso estoy aquí? pregunto
resuelve la dimensión de tu vuelo
pero ten cuidado.
LOS ADIOSES
Los adioses como venas silenciosas
ingresando estallando
los adioses en el aire
en los ojos
sin palabras
un ocaso
los adioses
mutación cambio
cómo duelen
cómo nos dejan huérfanos...
EN COMBATE
En combate
se atraviesan soles
apenas nuevecitos
recién inaugurados
lunas
llenas de mundos
cuartos que crecen y decrecen
también estrellas
en combate
espectadoras que no entienden
por qué se derrama tanto líquido
rojo
ojos de niños de mujeres
de hombres en combate
manos piernas cuerpos
nada se salva
corazones sueños
sueños grandes
inmensos
con alas que no conocerán el vuelo.
Se atraviesan sueños. En combate.
La radio chorrea escalofríos
esa viscosa sangre se adhiere
permanece
es plomo en las arterias,
y uno que es sensible tiembla
solloza
vocifera por un mundo distinto...
SERÁ...
Será que estoy un poco húmeda
de hueso y carne.
Será que el pasado fue parte de la novela
develada
atormentadas noches y secretos de amor
prohibido.
Será que en un tiempo remoto
la soledad oscureció instantes
y nadie salió en defensa.
Será que hay batallas que el destino
nos permite ganar
y otras no
como un sino que está escrito.
Será que uno va cambiando
los arrebatos dejan de ser incendio
y pasan a ser llama
o de ser ellos inhóspitos.
Será que la adultez corrompe
parte del asombro
y la ingenuidad de los primeros días.
O será que como el ave fénix
estoy nuevamente renaciendo
dispuesta a todo
por vivir
En combate
se atraviesan soles
apenas nuevecitos
recién inaugurados
lunas
llenas de mundos
cuartos que crecen y decrecen
también estrellas
en combate
espectadoras que no entienden
por qué se derrama tanto líquido
rojo
ojos de niños de mujeres
de hombres en combate
manos piernas cuerpos
nada se salva
corazones sueños
sueños grandes
inmensos
con alas que no conocerán el vuelo.
Se atraviesan sueños. En combate.
La radio chorrea escalofríos
esa viscosa sangre se adhiere
permanece
es plomo en las arterias,
y uno que es sensible tiembla
solloza
vocifera por un mundo distinto...
SERÁ...
Será que estoy un poco húmeda
de hueso y carne.
Será que el pasado fue parte de la novela
develada
atormentadas noches y secretos de amor
prohibido.
Será que en un tiempo remoto
la soledad oscureció instantes
y nadie salió en defensa.
Será que hay batallas que el destino
nos permite ganar
y otras no
como un sino que está escrito.
Será que uno va cambiando
los arrebatos dejan de ser incendio
y pasan a ser llama
o de ser ellos inhóspitos.
Será que la adultez corrompe
parte del asombro
y la ingenuidad de los primeros días.
O será que como el ave fénix
estoy nuevamente renaciendo
dispuesta a todo
por vivir
UN DIA
A través de los espejos
se sucedieron imágenes
memorias
resonaron batallas y regresos.
Algunos exilios oscuros
como fragmentos de soledad.
Un día, cuando infinito
y muchedumbre musitaban levemente
hubo un roce un batir de fuegos.
Era verano en los cuerpos
acontecía una brisa impúdica
veloz.
Transparente como el amor.
En vertiginosos abrazos
esparciste gorriones en mi nido
juntamos huellas para que quedaran
grabadas en la historia
borramos océanos
y espadas
a sorbos a caricias nos entregamos...
del libro "REMOLINOS A BORDO"
LLUEVE
Llueve como cortinas aisladas
en islas desiertas
merezco ser una gota
y llover y empapar por bocas
horas, instantes.
Llueve, regalarme el corazón
es un incentivo
para que nade entre las brumas
hasta la orilla
y llegue a tus lluvias
tus horas empapadas
mis cortinas en islas...
NIEBLA
Estoy estamos con
sin nada en común
con todo en la mano
en privado y multitudes
lluvias se han ido gastadas en la plaza
comidas digeridas alienadas
y un silencio se apoderó majestuosamente
de nuestras bocas abiertas
como vapor que sube de un navío
que baja al alborear
que mira y se va...
LA NO PROHIBICIÓN
Dice prohibido
aunque seria mejor aire cortado
medialuna hecha a prisa
café hirviendo en el bar literario.
Se siente un límite inimaginable
bostezando lavandina de estación
con un boleto marcado en el punto exacto
y un dicho pajuerano, prohibido fumar.
Qué tonto si solo fuera eso
redondel mascullado en un tabaco negro
chirolas prendiéndose en un fósforo.
Acá la prohibición data de un siglo
y no es humo ni lengua
ni dos vacas pastando.
Llegar adonde habita el amor
es casi imposible, de ahí la prohibición
pero llegar adonde está mi amor
es lo más fácil
penetramos por una puerta subterránea
y él está intacto, con los brazos abiertos
y exento del peligro de una facta prohibición.
A través de los espejos
se sucedieron imágenes
memorias
resonaron batallas y regresos.
Algunos exilios oscuros
como fragmentos de soledad.
Un día, cuando infinito
y muchedumbre musitaban levemente
hubo un roce un batir de fuegos.
Era verano en los cuerpos
acontecía una brisa impúdica
veloz.
Transparente como el amor.
En vertiginosos abrazos
esparciste gorriones en mi nido
juntamos huellas para que quedaran
grabadas en la historia
borramos océanos
y espadas
a sorbos a caricias nos entregamos...
del libro "REMOLINOS A BORDO"
LLUEVE
Llueve como cortinas aisladas
en islas desiertas
merezco ser una gota
y llover y empapar por bocas
horas, instantes.
Llueve, regalarme el corazón
es un incentivo
para que nade entre las brumas
hasta la orilla
y llegue a tus lluvias
tus horas empapadas
mis cortinas en islas...
NIEBLA
Estoy estamos con
sin nada en común
con todo en la mano
en privado y multitudes
lluvias se han ido gastadas en la plaza
comidas digeridas alienadas
y un silencio se apoderó majestuosamente
de nuestras bocas abiertas
como vapor que sube de un navío
que baja al alborear
que mira y se va...
Dice
aunque seria mejor aire cortado
medialuna hecha a prisa
café hirviendo en el bar literario.
Se siente un límite inimaginable
bostezando lavandina de estación
con un boleto marcado en el punto exacto
y un dicho pajuerano, prohibido fumar.
Qué tonto si solo fuera eso
redondel mascullado en un tabaco negro
chirolas prendiéndose en un fósforo.
Acá la prohibición data de un siglo
y no es humo ni lengua
ni dos vacas pastando.
Llegar adonde habita el amor
es casi imposible, de ahí la prohibición
pero llegar adonde está mi amor
es lo más fácil
penetramos por una puerta subterránea
y él está intacto, con los brazos abiertos
y exento del peligro de una facta prohibición.
del libro AMORES SIN ZAPATOS
LA BRECHA
¿Cuándo declinará el filo rabioso
del atardecer en ascuas?
¿Cuándo los hechizos caducarán
llenos de estrellas y desprenderán
amaneceres de los mejores mundos?
¿Cuándo la brisa será de todos, y
podamos respirarnos sin preguntas?
¿Y cuándo el corazón soplando agua de rosas
será el ejército del alma?.
Antes que el viento congele los pasos
antes del fin de la ventura
antes de antes
y sobre todo antes de creer
que ya no queda nada
ni miradas, ni el dulce
beso de tus labios,
acuérdate de esto, encontraré
esa brecha,
y la haré mía.
AMOR EN MI
Amor en mí
ríos que brotan
y siempre pujan
y siempre andan
y ocasionan desbarajustes
y llantos niños
y llantos grandes
y me dan risa
y es linda esa costumbre
y hasta me ahoga
pero es tan preciso para estar viva
sus alas de ángeles
sus golondrinas
sus quiero y quiero
su idioma bello, tan necesario
e imprescindible
que si vinieran y me dijeran
que amar es feo
no les creería.
del libro “SON COSAS DE ÁNGELES”
INFORME DE OFICINA
Se levantan, desayunan
el tren da la señal de partida
ya arriba suspiran que la inflación
una bomba dos películas buenas
en reposición que el partido a la noche
y el sueldo que alcanza para un café
en Pekín.
Firman y se sientan en el mismo lugar
de siempre
hará un pase, estampará su firma
varias veces
sellará reirá comerá
con mal humor con buen humor con humor.
Se despedirán sintiendo afuera
ese aire cortado que todavía
no habían aspirado.
Toman el tren llegan comen
descubren que la televisión no está tan mala
sino apenas horrible en el momento
en que están solos
y se acuestan
clavando en un reloj sus horas.
LA BRECHA
¿Cuándo declinará el filo rabioso
del atardecer en ascuas?
¿Cuándo los hechizos caducarán
llenos de estrellas y desprenderán
amaneceres de los mejores mundos?
¿Cuándo la brisa será de todos, y
podamos respirarnos sin preguntas?
¿Y cuándo el corazón soplando agua de rosas
será el ejército del alma?.
Antes que el viento congele los pasos
antes del fin de la ventura
antes de antes
y sobre todo antes de creer
que ya no queda nada
ni miradas, ni el dulce
beso de tus labios,
acuérdate de esto, encontraré
esa brecha,
y la haré mía.
AMOR EN MI
Amor en mí
ríos que brotan
y siempre pujan
y siempre andan
y ocasionan desbarajustes
y llantos niños
y llantos grandes
y me dan risa
y es linda esa costumbre
y hasta me ahoga
pero es tan preciso para estar viva
sus alas de ángeles
sus golondrinas
sus quiero y quiero
su idioma bello, tan necesario
e imprescindible
que si vinieran y me dijeran
que amar es feo
no les creería.
del libro “SON COSAS DE ÁNGELES”
INFORME DE OFICINA
Se levantan, desayunan
el tren da la señal de partida
ya arriba suspiran que la inflación
una bomba dos películas buenas
en reposición que el partido a la noche
y el sueldo que alcanza para un café
en Pekín.
Firman y se sientan en el mismo lugar
de siempre
hará un pase, estampará su firma
varias veces
sellará reirá comerá
con mal humor con buen humor con humor.
Se despedirán sintiendo afuera
ese aire cortado que todavía
no habían aspirado.
Toman el tren llegan comen
descubren que la televisión no está tan mala
sino apenas horrible en el momento
en que están solos
y se acuestan
clavando en un reloj sus horas.
del libro “COMIENZO DE COMIENZOS”
La vueltita estuvo linda pero era hora de regresar al pago. Y aquí los espero para recibir vuestros trabajos (poesía o prosa) y la minibiografía. Como siempre estoy en: millaco@ciudad.com.ar
Puede demorar la publicación pero nada se pierde en los cajones ...
Hasta la próxima !! Un abrazo ...
CRIS