Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 161

QUERIDOS PASAJEROS:

 

La primavera quiere despuntar por estos sures, mientras la pandemia no nos da tregua. Pero no es tiempo de bajar los brazos y darse por vencido. Y mientras alimentamos la esperanza de un futuro mejor las voces de nuestros escritores siguen iluminando los días. Porque es nuestro destino irrevocable continuar difundiendo la palabra.

Y aquí y ahora parte el tren … haciendo previamente una FE DE ERRATAS.

 

Ocurre que por un descuido confundí la biografía de una escritora que participó en el viaje Nº 160. Aquí va la que corresponde: INÉS MARÍA QUILEZ DE MONGE. Nació en La Francia (Pcia. Córdoba) el 15 de Octubre de 1947. Desde los 9 años vive en SAN FRANCISCO (Prov. de CÓRDOBA). Desde pequeña amó las poesías, en su juventud comenzó a escribirlas, ya jubilada concurrió a Talleres Literarios. Actualmente integra el Taller “Letras y Sonidos” de la ciudad de San Francisco. Publicaciones literarias; “Mis Recuerdos” “Aleteos del alma” “Versos del Corazón”. Participó en Antologías de diversas categorías y lugares. Obtuvo numerosos premios literarios en Certámenes, Regionales, Nacionales e Internacionales. Agradece a la vida el haberle dado esta posibilidad de escribir, un don que la ilumina y perfuma el alma. 

 

La locomotora dejó escapar su humito mientras el andén se alejaba. Y el trencito puso rumbo a la cordillera para recibir a nuestro primer pasajero RODOLFO LOBO MOLAS. Reside en la ciudad de CATAMARCA (Pcia. de Catamarca), Poeta, Escritor, Piloto Comercial de Avión,  Piloto de Planeador, Locutor, Periodista, miembro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Ha publicado el ensayo Catamarca, Ensueño y Leyenda a través de la Universidad Nacional de Catamarca  y el libro de poesías  Los pájaros de la lluvia  a través de su propia editorial Phaway. Ha sido editado en diversas publicaciones en la web, ha participado de numerosos encuentros literarios y actos culturales con su obra, participó de 18 antologías nacionales  y 19 internacionales de microficción, poesía y narrativa y obtuvo diversos premios y distinciones como Distinción al Mérito “San Fernando”, de la Municipalidad de San Fernando del Valle de Catamarca, Distinción “Reconocimiento al aporte de las artes a nuestra comunidad” del Poder Legislativo de Catamarca,  Distinción de la Honorable Cámara de  Senadores de la Nación por un primer premio obtenido en México y premios nacionales e internacionales como Premio III Concurso de Cuentos y Relatos, por cuento, Sociedad Italiana de San Pedro, Buenos Aires, Premio Certamen Nacional de Sonetistas Bialet Massé, Córdoba, Argentina, Premio en el Primer Premio Literario Internacional Letras de Iberoamérica, poesía, de la Revista En Sentido Figurado, México, Premio Certamen Celeste y Blanco, poesía, Biblioteca Popular Almafuerte, Pergamino, Buenos Aires, Premio Décimo Quinto Certamen Literario Nacional “Leopoldo Lugones”, Cuento breve, Necochea, Buenos Aires, Premio Certamen Nacional de Microrrelatos Bialet Massé, de La Hora del Cuento y SALAC, Córdoba, Argentina, entre otros. Su obra se ha publicado en Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, España, Estados Unidos, México, Perú, Venezuela y Argentina.

E Mail: lobomolas@gmail.com

 

AMOR AZUL

A mi esposa Gladys Heredia

 

Por qué llegas a mí, tú, de este modo,

tan diferente de lo conocido,

sueño de amor azul, vital latido

que encontré del camino en un recodo.

 

Ojos de miel, morena piel salvaje,

la vida se desborda por tu risa,

el eco de tu acento va en la brisa

y cae hecho rocío en el paisaje.

 

Quédate en mi, agreste y misteriosa,

soplo de amor de mi doliente rosa

estrella de mi noche y de mi sino.

 

Fuego que estás quemando mis entrañas,

río de luna y plata con que bañas

la sombra que otoñal va en mi camino.

 

 

TENÍAS EN TU PIEL….

 

Tenías en tu piel una sonrisa

y en tu mirada un vuelo de palomas.

tus labios eran pétalos sagrados

brebaje de los dioses y los ángeles.

Serafín de luz en las tinieblas,

en las noches borrascosas de las penas.

Hasta que un día por la bruma del crepúsculo

te esfumaste convertida en sombra

 

 

OLVIDO

 

Por las ramas azules

baja el viento del silencio

inaugurando atardeceres,

anudando cadenas

de frío.

Los pájaros se quedan

sin infinito

y las manos

se desangran

por el río.

Adentro llueve angustia

en las maderas,

afuera está la niebla.

                                   Y el olvido.

 

 

HE BESADO TU PIEL…

 

He besado tu piel con mis silencios,

me abracé como un náufrago a tu espalda

y me salvaste de todos los naufragios.

Me resucito en ti cada mañana

por la magia de amarte sin palabras.

 

 

EL TIEMPO…

 

He recostado mi cabeza

en la perfumada suavidad de la almohada

y cerrando los ojos

he vuelto mis pasos en el tiempo

buscándote en las sombras del pasado.

Pero el tiempo

cargado de memorias

y sombras

y pasados

se ha negado a descorrer el velo

y no pude hallarte.

 

 

LOS PÁJAROS DE LA LLUVIA

 

Desde atrás de las nubes

la luna

repite el paso inaugural de su camino

y una claridad difusa

enciende el verde de los campos,

el fuego multicolor de las ciudades,

mientras…

desde el abismo sin fondo de la noche

crece el canto que anuncia la tormenta,

o el trino que presagia lluvia clara,

el rumor de los besos que se callan,

y el párpado que cierra la mirada.

Ellos anuncian la vida hecha poemas

la soledad de llanto hecha agua,

traen la voz del hombre cuando canta

y la tristeza gris hecha palabras.

Agua y misterio, sonrisa y lágrima:

los pájaros de la lluvia auguran con su canto

el insondable enigma

del agua calma sed  que moja y lava.

 

 

A TU AUSENCIA

 

        A Carlos Heredia

 

A veces me pregunto en qué viejos caminos

se escuchan los acentos de tu voz provinciana,

quién sabe en qué glorieta, qué zaguán  o persiana

se cuelan tus acordes con rumores de trinos.

 

Bajo qué cielos claros, brillantes mediodías

anunciarán que cantas palabras de esperanza,

poeta de otras voces, palabras con que alcanza

para calmar la sed de alegres melodías.

 

Arrullo sempiterno de las viejas palomas

tu eco es como un sol de las constelaciones

cada vez que apareces, cada vez que te asomas.

 

En la más honda ausencia de tu luz, el sol arde,

qué alboroto de silbos habría si regresaras,

qué cielo de glicinas azularía la tarde.

 

           de su libro “LOS PÁJAROS DE LA LLUVIA

 

La maquinista no podía privarse de saborear unas riquísimas nueces confitadas. Y mientras las saboreaba el trencito puso rumbo a Córdoba para recibir a nuestro segundo pasajero: ALFREDO LEMONNacido en CÓRDOBA (1960) ciudad donde reside. Abogado (jubilado) Obra poéticaCuerpo amanecido, 1988. Humanidad hecha de palabras, 1993. Sobre el cristal del papel, 2004. Libro de ensayosEl mono metafísico, 1991. Premios más importantes: “Romilio Rivero, Municipalidad de Córdoba”. 1985. "José Hernández", Colegio de Abogados de Córdoba, 1987. “Plaza de los poetas, José Pedroni”. 1992. “Escritores por la paz”, Sociedad Científica Argentina.1994. “Premio Jóvenes Sobresalientes” de la Bolsa de Comercio de Córdoba, 1994. “Asociación de Escritores Argentinos”, 1995. Sociedad Argentina de Letras, Artes y Ciencias”. 1995. "Sociedad de Escritores de Río Cuarto", 2005. Mención de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores Villa María, Premio “Primo Belletti”, 2007. Colabora en varios medios literarios del país. Algunos de sus poemas han sido traducidos al inglés, italiano, catalán y francés. Aquí nos deja su obra poética con onda filosófica.

E Mail: Alfredo_lemon@yahoo.com.ar

 

UNA POESÍA EN TIEMPOS DEL CORONAVIRUS


Cada época pone a prueba el espíritu de los hombres.

Ni fin de la historia ni apocalipsis:

paciencia en los problemas/ prudencia en los peligros.

 

Hoy la realidad tiene el argumento de un thriller trepidante.

 

Un estornudo puede ser un big bang.   

La picadura de un mosquito puede resultar un misil:

dengue, zika, chicunguña.

 

¿Cómo alejar estas nubes que amenazan el pulmón del planeta?

 

Cautela!

Confianza!

Conciencia de fragilidad.

Ningún enemigo atacará antes de hora.

 

Apuesta al porvenir y al infinito!

 

Salta!

 

La muralla no es tan alta

ni tan profundo el precipicio.

 

Refúgiate en la pasión salvífica de las palabras!

 

Ampáranos literatura!

 

Vamos por la resurrección!

 

 

CUANDO LA MADRUGADA ES NOCHE TODAVÍA

 

Otro virus perverso recorre el mundo

y nosotros,

confinados a un retiro físico forzoso

y con una zozobra existencial planetaria.

 

Cuándo volverá la primavera?

Qué debemos sanar?

Se alejan los fantasmas con incienso y mantras?

 

Barriletes sin cuerda,

el azar es el disfraz hacia cualquier horizonte.

 

Quisiera poner en orden mi espíritu

pensar un mañana apacible

un tiempo futurable

 

pero en lo más desierto de este desierto

no alcanzo

 

Serán nuestras batallas fortaleza de virtud?

pruebas de fe?

 

La historia es una búsqueda de no saber qué.

 

Entender esta obra escrita por un idiota resulta fascinante.

 

La vida no es sueño Calderón!

De la barca que se incendia en la nieve somos testigos!

 

Crecer es ir perdiendo

 

¿el esfuerzo traerá ventura?

 

Nos despedimos de Alfredo y de los amigos y amigas cordobeses y la locomotora enfiló hacia la ciudad de Buenos Aires, para recibir a FERNANDO SÁNCHEZ ZINNY. Poeta y merodeador asiduo de la lectura, del ensayo y de la historia, nació en el barrio porteño de Palermo hace ya demasiados años, reside en BUENOS AIRES. Viajó a menudo consigo, frecuentó oficios varios y tuvo la fortuna de merecer algunos reconocimientos que mucho debe agradecer, como el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía; el Premio Esteban Echeverría, de Gente de Letras, la faja de honor de la SADE y algunas distinciones municipales. Conoció el mundo del periodismo y el de la docencia y cuenta en su haber con una quincena de libros y un puñado de muy buenos amigos.

 

E Mail: fszinny1@gmail.com

 

 

(Tras dispersa belleza)

 

Partir ahora

hacia la luz que encima transparencias a las arboledas,

al pie de las anteúltimas bandadas…  Soy el que soy

y a veces no lo soy:

me hallé en el mundo, pero no se acercó la sed al ansia

ni ungió la libertad el desnivel del llanto,

ni he visto el rostro.

 

Tras dispersa belleza en leguas de planicie

y a orillas de un río seco,

la tarde infunde su oración ambigua

y tras su paso enciende el canto de los grillos

en el oído del ciego.

 

Desidias del candor, rachas del extravío

y hosca sabiduría del perdón retaceado,

ahora que nos vamos, ahora que la vorágine es ya tan sólo una palabra

y todo se resguarda tras rumores afables,

bajo el azul ahondado por labios temblorosos.

  

 

(Un puerto)

 

Embarcaciones, libertad, una remota lucidez abruma lejos

y achica todo hasta el tamaño de la pena:

no envidio ese destino, no hablo con esos hombres, no escapo de mi vida.

 

Pero igual vuelvo, distraído. Porque atrae

la señera cadencia de lo desconocido, la persuasión ajena

de que un día veré no barcos de juguete sino una costa informe desde la

nave verdadera.

 

Lo incomprensible es claro y transparente. Fue un aroma perdido,

las noticias de nadie, la risa de las jóvenes, la procesión sin pausa de las

nubes,

esa impiedad que manifiesta la superficie gris del desamparo.

 

Hace ya mucho. Anudaba el puerto adioses, manos blancas y desoladas.

Otras manos rugosas soltaban las amarras entre ruidos y avisos

y el amor se vestía de penumbra, quizá celoso de la hamaca marinera.

 

Figura de lo vano y de lo inútil, el muelle con muchachas y con viejos

vierte impura certeza: ellas van a peinar cabellos canos,

ellos tienen en vista un viaje apenas suba la marea.

Así es la vida, su caución fondeada, la eterna decepción del viento.

 

Detrás el canto, su fragancia recurrente impregnada de asombro y

entusiasmo.

Verá otro yo la libertad: ya no más la distancia fabricará barquitos de

juguete… Los ojos de otro yo verán el agua sucia con briznas,

suciedades, maderos, podredumbres.

 

 

Haiku

 

Muy lejos, juntos,

la juventud, el oro,

un dios opaco.

 

Giro del cielo,

los hombros pesarosos,

día cumplido.

 

Verde en las ramas,

la fuga de las horas

y este desvelo.

 

¡Cuántas porfías

deshilacha la tarde,

ya para siempre!

 

La libertad

-bostezo o decadencia-

no es tigre, es gato.

 

Vaga esperanza

o promesa o consuelo,

en el ocaso.

 

Sabiduría:

el todo tan borroso,

la flor tan nítida.

 

En alta sombra

un fondo de ladridos

tras el silencio. 

  

 

Barbijos


-Lo que angustia es la esperanza.

-Un día no saldré a hacer compras; no voy a necesitar nada.

-Los poetas dicen lo que dicen todos, pero lo dicen dos veces.

-La ventana no muestra el mundo, únicamente muestra nuestro mundo.

-El enojo es el consuelo del que se ignora a sí mismo.

-No es malo que queden cuentas sin pagar; lo malo es olvidarlo.

-Un idioma extraño en que el amor no existe.

-Se acerca un lobo, veo sus dientes… Pero no soy la presa.

-Todo es bueno una vez que ha pasado.

-Nunca es el diluvio: siempre queda en sólo una gran inundación

 

Y en la Reina del Plata también aguardaba el paso del tren un nuevo amigo: NESTOR QUADRI. Vive en el barrio Parque Avellaneda en BUENOS AIRES. Es de profesión ingeniero, docente universitario y autor de numerosos libros técnicos. Desde principios del año 2006, y luego de jubilarse, comenzó a escribir cuentos y poesías, participando en numerosos concursos literarios.

Ha publicado los libros “Cuentos sin nombres” (2009), “Inquietudes literarias” (2011),  “La caja del tiempo” (2013) “Cuentos del Parque Avellaneda” (2014) en Editorial Alsina. Buenos Aires.

E Mail: nestorqu@yahoo.com.ar

 

LARGA ESPERA EN EL ANDÉN

 Cuando trato de rememorar el origen y las causas del problema, me tengo que remontar a aquella vieja estación suburbana. Mientras esperaba el tren, observaba desde el andén la estela de rieles de hierro, paralelos e inacabables, apoyados sobre balastos y durmientes. Me rodeaban impacientes viajeros de diversos lugares, que esperaban taciturnos, en esa diaria y monótona rutina laborable.

Se escuchaban los pregones de vendedores ambulantes, en tanto un perro de escuálida estampa, recorría la estación en busca de su porción diaria. Ese humilde andén añoraba muchas escobas y se destacaban al final a la derecha, las puertas sucias de los procaces baños, donde muchos inadaptados se sentían poetas.

Un cartel luminoso indicó que el tren venía atrasado y mientras esperaba parado, poco a poco, iban llegando más y más pasajeros. Sentarme era imposible, porque los escasos bancos disponibles estaban ocupados.

Por fin, después de una larga espera, apareció el tren a lo lejos, que entró en la vieja estación ante una multitud de pasajeros esperando. Cuando se detuvo, fui comprimido en la puerta del vagón hacia el interior, empujado por aquellos que desesperadamente trataban de ingresar. Fue recién al llegar a destino, cuando comprobé la desaparición de mi billetera.

  

La locomotora estaba algo cansada por lo que decidió retornar a su andén pampa. Y aquí los espera con sus cuentos y poemas (más una minibiografía) en: letrasenelanden@gmail.com

Un abrazo (con barbijo) y ¡hasta el próximo viaje!

 

CRIS

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