Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 67

QUERIDOS PASAJEROS:

El trencito está presto a partir .... Ya humea su locomotora y palpita de alegría ante el reencuentro con los amigos y amigas de latitudes diferentes. Siempre con la intención de hermanar ciudades y países a través de la común pasión por la literatura. Esta literatura que nos permite manifestar nuestros sentimientos y estados de ánimo, reflejar las voces de quienes no pueden hablar, pintar el mundo que nos rodea.
Y quiero iniciar este número con un poema que me enviara mi amiga AMELIA ARELLANO, poeta de SAN LUIS (Argentina), sobre la reciente catástrofe que se abatió sobre nuestro vecino: Chile. Tengo, además, una razón muy personal puesto que mi hija, nuestra ilustradora, hace cinco años que reside en ese país y lo que allí suceda me toca muy fuerte. No más palabras ... les dejo el poema ...

CHILE LLORA (27 de febrero de 2010)
 Una columna ciega de ceniza se tambaleaba en medio de la noche.
Yo te pregunto: ¿he muerto? Dame la mano en esta ruptura del planeta
mientras la cicatriz del cielo morado, se hace estrella”
 PABLO NERUDA
 Chile  me mira con sus ojos profundos y llora.
Con su mirada tierna de araucaria, de cactus, de gaviota.
Y llora, otra vez, llora.
No te vaya tan lejos, poeta a buscar el llanto.
Está aquí. Rojo llanto de ceniza y lodo.
Llora Santiago a los pies del Huelén.
Llora Michimalonco, Lautaro, Caupolicán.
Gabriela, Allende, Neftalí.
Valdivia se revuelca en su propio espanto
La tierra clama y estalla y detona su furia.
Huyen los obreros, los mineros, los niños.
Pálidas mujeres de rostros macilentos.
El guanaco y el puma. La alpaca y la vicuña.
Huye el verano y su violento olor a primavera.
Es reemplazado por el olor de muerte.
Las voces del Arauco son un grito de piedra.
Los Andes. Magníficos. Soberbios.  Se desgajan.
El cobre es una antorcha ciega.
La luna un temporal de sangre.
Vuelve el caballo desbocado del miedo.
Desafila la espada del relincho.
Corta las riendas, abre catacumbas.
Se levantan y caen, mapuches y pehuenches.
Hay una congoja de adobe que estremece
En medio del Desierto, María Elena, cubre sus llagas con salitre.
Chile me mira. Y me nombra y te nombra...y espera.
Amor, hermano, polen americano. Ave Fénix.
Sube tu sol por mi garganta, rasgúñame en el pecho...
Y lloremos hermano. No ha de ser el primero.
Tampoco él último lloro... ni el último, apasionado, canto.
********************************
¡Y partimos entonces...! Que el primer destino era BUENOS AIRES, la emblemática Reina del Plata donde nos esperaba mi amigo del alma LUIS SANTO ORIHUELA. Ya nos ha acompañado en otro viaje pero les "refresco" sus datos: Nació y vive en Buenos Aires, es psicodramatista y se ha jubilado en la función pública (Tribunales). Actualmente es coordinador de talleres literarios. Formado literariamente en los talleres  que Beatriz Isoldi ha dictado en SADE de Capital Federal y en forma particular,  ha participado en numerosas entregas de la revista “Metamorfosis”, antología que se publica anualmente. Es autor de un libro de cuentos: “Nardelli y los otros”. En la actualidad se encuentra en prueba de taller su segundo libro de cuentos de próxima publicación. Aquí les traigo un cuento corto muy "sabroso" y, creo, de actualidad. A disfrutarlo ...

UN HOMBRE DE ANTES


“Revista Cielo Azul”
Atención: Sr. Sergio
            Rogándole que sepa disculpar la letra desprolija y los errores de redacción en que pudiera incurrir quien es poco más que un autodidacta, tengo el agrado de remitirle esta misiva a fin de que se sirva inscribir mi nombre en la lista  “Futuros Novios” que publica cada semana esa Revista en la sección “Mensajes del Corazón”.
            Es la primera vez que acudo a los servicios de una agencia sentimental. Lo hago no por arrebato o porque carezca de oportunidades para relacionarme con señoras dentro de mi esfera social. Tampoco lo hago empujado por (permítaseme parafrasear el tango) “esa cruel condena que es la soledad”
            No señor Sergio, no me lleva la desesperanza sino el ansia de abrir mi serena existencia a nuevas emociones. Tengo mis años, para qué negarlo y bien vividos, pero luego de pensar con detenimiento he llegado a la conclusión de que todavía es posible encauzar ese deseo ferviente. Aún me llama el Amor y me entusiasma la posibilidad de compartir la vida con alguna buena mujer. A propósito me place decirle que no soy como otros (pocos o muchos, no sé) que suelen escribirle y que tienen veleidades  y pretensiones. Leo cada semana cosas como estas: “Deseo relacionarme con una mujer joven, linda, de buen pasar, etc. etc. etc.”.
        Eso, Sr. Sergio, no corre para mí.  He sabido aprender de la experiencia y todo lo que quiero es encontrar una buena mujer con un pasar digno como el mío, nada más. Ahora, si viene con lo otro, mejor, pero sino, igual me da. Yo no hago desprecios porque no me gusta que me desprecien.
            Soy afectuoso, colaborador y solícito. Quiero y me dejo querer. Atiendo y me gusta que me atiendan. Pienso que una mujer es una rosa que necesita cuidado y atención y estoy dispuesto a darle todo mi amor a cambio de cariño. Ah, y no soy de hacer problemas por zonceras. No me molestan, ni soy celoso de otras personas como hijos, hermanos, sobrinos, primos, nietos. Nadie. Lo tengo bien claro, cada uno en su lugar.
            Si alguna señora encuentra atrayente este mensaje, sepa que si llegamos a un acuerdo me comprometo a cuidarla, a velar para que se sienta protegida y a salvo al lado de este “hombre de antes” como me gusta definirme.
            Ustedes piden sólo datos personales. Sin embargo, para el caso de que alguna dama necesite mayores precisiones, agrego algo de mi historia y situación actual, así vamos ganando tiempo que, como todos saben, es oro.
                        Sin otro particular, lo saluda atentamente
                                                                                  Isidoro Ibañez
                                                                                  LE 0.235.445.

Nombre y apellido: Isidoro Ibáñez, como queda dicho.
Nacionalidad: Argentino (hasta la muerte)
Edad: 78 años, pero represento menos.
Estado civil: Viudo
Dedicación: Oficinista jubilado.
Domicilio: Actualmente vivo en forma transitoria en un hotel de pasajeros en el Once, calle Catamarca 235. Teléfono no hay pero me puedo comunicar desde el locutorio de la esquina. Rento allí un pequeño apartamento que comparto con otros dos hombres jubilados de buenas costumbres que me animaron a escribir esta carta).
Observaciones: Estimo importante señalar:
             Estoy jubilado por invalidez desde los treinta y cinco años pero no soy discapacitado. Por un accidente me pusieron una prótesis en la cadera que acortó mi pierna derecha unos centímetros, pero camino sin dificultad y puedo estar de pie durante mucho tiempo; es más, subo escaleras y bailo sin ningún inconveniente. La articulación sólo fastidiaba cuando corría los colectivos, pero como ya no lo hago...
            Actualmente tengo una jubilación de cuatrocientos quince pesos por mes. Pago doscientos por la pieza y aunque no es mucho, con el resto me arreglo porque no tengo vicios Sr. Sergio. Fumo poco, juego al Quini o al Loto (nunca a los dos juntos) y sigo los mismos números hace diez años porque me daría un ataque si salieran justo el día que yo no juegue) Tomo cuando hay, vino tinto, y en fiestas y ocasiones especiales, poca bebida blanca.
            Leo cuanto diario y revista tenga al alcance, Me gusta escuchar la radio y ver televisión. El cine y el teatro no tanto, pero si la mujer quisiera, yo la llevaría sin chistar (Total, sino puedo aprovechar el oscuro para otra cosa, me hago una siestita)
            Salvo lo de la cadera, gozo de muy buena salud. Me hice los últimos análisis hace dos años y todo dio de primera. Tengo doscientos cuarenta de colesterol pero bajando; poco azúcar; nada de urea, ni ninguna de todas esas calamidades. De lejos veo perfectamente y de cerca con poco aumento. A pesar de los años tengo la dentadura bastante buena. Hace treinta años que conservo mis setenta y pico de kilos. Estoy un poco más chico, pero supe tener casi un metro ochenta (hice el servicio militar en Patricios).
            Lavo platos, ollas y lo que venga. Tengo poca ropa (una vida bohemia no tolera mucha valija) pero limpia y prolija porque coso y plancho como la costurerita. También sé cocinar, barrer, pasar la aspiradora y todo eso y no le hago asco a nada que sea trabajar mientras no ponga en riesgo mi cadera. Eso no porque si la prótesis zafa voy derecho al sillón de ruedas y para que me cuide quién.  Ahora digo yo: todos esos quehaceres son de otra época ¿no? Si no, ¿para qué se inventaron los electrodomésticos?
            Me gusta la buena vida, comer y tomar cuando hay y se puede. Platos preferidos no tengo; pastas, asado o lo que venga. Vino ya le dije, cuando hay, tinto y con los amigos.                  
            El tango es mi locura pero me gustan todos los ritmos de antes. Bailo perfectamente con corte y quebrada, pero ya siendo grande estudié zapateo americano y ando muy bien. También me defiendo con la danza centroamericana: rumba, meneadito, merengue, mambo y lo que se pida. Soy muy alegre y voluntarioso y por eso tengo a mi cargo la animación de las reuniones que hace el Centro comunitario para la “gente grandecita” como nos gusta decir a nosotros. ¿O no es peor ser “un joven viejo”?
            Familia tuve. Dos hijos que deben andar por los 50. Varón y mujer, en ese orden y seguiditos. Nietos tendré cuatro o cinco. Ya deben ser grandes. No sé bien porque hace rato que no veo a ninguno.
            Me dijeron que el varón vive en Berazategui y que la chica se quedó siempre en la misma casita que se compraron cuando liquidé la que teníamos en Quilmes. Era un caserón; ya no justificaba mantenerlo para tres pobres gatos. Además, sin el trabajo de Aída no había con qué. 
            Cuando empecé a sentirme sólo me di cuenta que necesitaba empezar de nuevo en otro lado. Así que les di unos pesitos y eché a volar a los pajaritos que aunque parezca mentira, también se querían ir. Será por eso que se las arreglaron mejor que yo.
            Parecían de poca pluma para largarlos solos pero se acomodaron enseguida. Una tía les hizo comprar una casita que sí, era una taperita, pero de ellos. Los dejé con ella y los veía cada tanto. Siempre que me pedían, si podía, les tiraba algún peso y así fue pasando  
            Después que crecieron no me dieron más pelota. Me parece que se enojaron aunque nunca dijeron porqué. No creo que tuvieran razón. Siempre traté de cuidarlos y a la madre también. Durante toda la enfermedad hice todo lo que pude por ayudar a Aída. Ella trabajaba en casas de familia y no podía dejar porque no alcanzaba para comer. Era una situación brava y ella luchó siempre por no entregarse. Hacía como si nada. Tenía una mala noche pero igual se levantaba para ir a trabajar; yo le decía “Quedate, no vayás que nos arreglamos” pero ella ni contestaba y le daba... siempre para adelante. Una joya la Aída ¿Y yo qué podía hacer? ¿Reemplazarla en la casa de familia? Imagínese la cara de la patrona si al abrir la puerta me encontraba a mí con delantal diciéndole: “vengo a hacer el trabajo de mi mujer porque no se siente bien”.     
            Igual hice todo lo que pude hasta que la internaron, pero allí sí ya perdí la fuerza y el coraje. No aguantaba verla consumirse en la cama esa. En fin, que enterramos a Aída y los chicos fueron con la tía. Después de todo, un acierto porque con ella se criaron cómo Dios manda. Yo no iba a poder alimentarlos ni ocuparme.
            Cuando empezaron con los reclamos por el resto del dinero de la venta de la casa terminamos sin vernos ni hablarnos.
            Creo que les llenaron la cabeza con eso de que yo no hacía otra cosa que andar con mujeres. Un infundio. No fueron tantas y sólo vivieron conmigo un tiempo porque me achicaba la soledad. 
            Como ahora Sr. Sergio. Por eso le escribo.
            De nuevo, lo saluda atentamente
                                                                       Isidoro Ibáñez

El trencito se dió una vuelta por el Obelisco, paseó por la Costanera y al fin puso rumbo a la localidad de MANUEL OCAMPO, en la provincia de BUENOS AIRES, para que ascendiese allí nuestra siguiente pasajera: MARTA SUSANA SICILIANO.  Vive en la localidad de M. OCAMPO desde 1.965 y es nacida en la zona rural de Pergamino; vivió siempre en el campo y viajaba a Pergamino para estudiar. Allí egresó como Maestra Normal Nacional y Maestra de E. de Adultos. Fue Directora de E.G.B y maestra de Adultos y en el año 2.007 se jubiló luego de desempeñarse durante 20 años como Directora de a Escuela Nº 3 de M. Ocampo. Ha realizado cursos en: Taller de Estela Torres Erill ( 10 años)- Conservatorio Literario de Rosario ( 2º Año) y  con el Prof. Daniel Mastroberardino en Bs. As. Integrante del Grupo Literario HOJARASCA de Pergamino. Coordina Talleres Literarios en Bibliotecas Pop. de M. Ocampo y El Socorro. Ha publicado“Como lo siento” (Poesía, 1999), “Sueños de Mujer” (Poesía, 2000) compartido con Marta Calderón y Marisa Posincovich,  “Siete Mujeres” (Poesía, 2004), “Siete Mujeres II” (Poesía, 2007). Tiene para publicar cuento y cuento infantil. Aquí les traigo sus poemas, expresión de sentimientos profundos y claras emociones.
DESDE LAS SOMBRAS

Con versos sentidos embriago mi llanto…
y vuelan mis versos como ojos sin luz,
cual pájaro herido que amarra su canto
me elevo en silencio besando mi cruz.

Qué amarga tristeza me envuelve en abismo,
me siento perdida, extraño aquel beso,
no tengo una guía, ya nada es lo mismo,
tan sólo soñando vuelvo a tu embeleso.

No quiero perderte, siento que te pierdo,
mis horas se queman hoy sin esperanza
tan sólo me queda tu hermoso recuerdo
que siembra en mi frente surcos de añoranza.

Me amarro al delirio que ulula en mi mente,
tu esbelta figura, ante mí danzando;
y aunque estés con otra y en mi vida ausente,
yo desde las sombras, te sigo adorando.


DESDE  HACE TIEMPO

No puedo sonreír desde hace tiempo
ni contemplar la luna y las estrellas
ni quiero ya encontrarme con tus ojos
para no herirte, amor, con mi tristeza.

Yo sé que en mí hace nido la nostalgia
y parece que allí estuviera presa
pero siempre hay motivos de alegría
que disipan, por instantes, las penas.

Desde hace tiempo veo en el espejo
que la risa en mi rostro es una mueca,
la ha sembrado un dolor incontenible
que no se marchita y va dejando huellas.

Hace tiempo sólo pienso y no escribo,
la obsesión es más fuerte que el poeta,
pero hoy retorna el sol a mi existencia
porque hoy me reencontré con el poema.


BALANCE

Cuando al final, tu llegues a la meta
y te encuentres de frente a la partida,
reciclarás errores de tu vida
y aciertos, de tu agenda ya completa.

No habrá tiempo para cambiar receta,
ni tampoco para cerrar herida,
beberás la última copa, encendida
con fuego de tu lira de poeta.

Desfilará en tu mente lo sembrado
en la senda iniciada con la vida.
Con esfuerzo, tu pan habrás ganado,

toda la mies que hubieres cosechado,
 no quedará ya en tu alma compungida.
¡Tus actos, la mochila habrá cargado!


AMARTE EN PRIMAVERA

No sabes por qué te amo en primavera;
no preguntes, no quiebres lo que siento:
el otoño obnubila el pensamiento
y un perfume de lilas reverbera;

cuando el gris del paisaje se apodera
y la nieve perturba el sentimiento,
yo pierdo la mirada en un momento
y el invierno se torna primavera.

Ya sabes que mi amor de ayer perdura;
por amarte he perdido la cordura.
Así, una tarde de estío cualquiera

con esta mi locura de poeta,
me invade un suave aroma de violeta,
¡pues vivo en una eterna primavera!.


Y andaba por la zona otro nuevo amigo, por ello la locomotora se despidió pitando y se arrimó a la ciudad de PERGAMINO (provincia de BUENOS AIRES) para encontrar allí a ADOLFO "VASCO" ZABALZA. Nacido en el 36 en Pergamino, donde actualmente reside, en el año 1954, egresó como Maestro Normal en la Escuela Normal Mixta de Pergamino. Es Visitador Médico jubilado. Actuó por muchos años en el deporte del BasquetBall como juez de dicho deporte, y es Juez Honorario de la Confederación Argentina de B.Ball. Según nos cuenta, sus dotes de trovero con reminiscencias payadoriles tal vez sea un legado paterno, ya que su padre anduvo por esa huella. Libros editados"Recuerdos y Añoranzas", "Nunca podre ser poeta", "El viejo tronco y su gajo" y "Por huellas de la amistad". Todos los libros han sido prologados por el Dr. Edgar Di Fulvio. Actualmente tiene en carpeta unos cien temas que no han sido editados. Su temática es variada y por ello, del abundante material que me ha enviado, seleccioné (por razones de espacio) letras de temas folklóricos y poemas. Verán que sabe combinar la gracia y la picardía junto con la profundidad de las emociones. 

PA LAS MUJERES

La mujer que es querendona
al hombre lo tiene preso,
lo olfatea y se acomoda
como laucha junto al queso.-

Yo he conocido mujeres
querendonas y excitantes,
algunas eran golosas
y ardientes como el picante.-

Otras en cambio son frías
con más púas que un abrojo,
si un criollo la mira fijo
ahí mesmo baja los ojos.-

Que desgracia para el hombre
tener mujer fría y tuerta,
es mejor el no pensar
pa no amargar a la “muerta”.-

                    segunda

Mujer morocha y ardiente
difícil quéde soltera,
siempre habrá un criollo esperando
en la puerta e´su tranquera.-

Una rubia coqueteando
se fue camino al maizal,
y un criollito la seguía
en busca del “madrigal”.-

Rubias, morochas, rosillas,
todas tienen en común,
un saborcito salado
como lomito de atún.-

Que desgracia para el hombre
tener mujer fría y tuerta,
es mejor el no pensar
¡pa no amargar a la “muerta”!


SUEÑOS DE AMOR

No quisiera que me apartes
de tus sueños amatorios
porque son el reservorio
del amor que quiero darte,
ya nunca podré olvidarte
porque te llevo en mi piel,
y habré de beber la miel
de tu boca tan sensual,
cuando te pueda besar
como el amante más fiel.-

Bésame mujer amada
y envuélveme con tu amor,
para sentir el calor
de tu sangre enamorada,
quiero sentir en tu almohada
el perfume de tu pelo,
ahogar todos mis desvelos
entre tus carnes de lirios,
y amarte en feroz  delirio
¡bajo un estrellado cielo!


                                                                           
LAS CUARENTONAS

Me gustan las de cuarenta
porque son desprejuiciadas,
no me importa si son viudas
solteronas o casadas.-

Si a esa altura están solteras
andarán con muchas ganas
de darle comer al pavo
tres veces a la semana.-

Las viudas que ayer quedaron
solitas y abandonadas,
hoy del muerto ni se acuerdan
ni lo extrañan para nada.-

Se acaba la chacarera
de la mujer cuarentona,
por ellas me juego entero
aunque muera en la intentona.-

                   segunda

Solteronas de cuarenta
son cariñosas y amantes,
siempre buscan carne joven
pa entretenerse bastante.-

No tienen horario fijo
ni siquiera las casadas,
salen de tarde y de noche
y vuelven de madrugada.-

Que vivan las cuarentonas
si son casadas mejor,
pa dormir cuando hace frío
donde otro dejó el calor.-

Se acaba la chacarera
de la mujer cuarentona,
por ella me juego entero
aunque muera en la intentona.-


         YO QUISIERA……

Quisiera ver tu sonrisa
para sentirme feliz,
posar mi mano en tu hombro
y en una noche sin luna,
caminar sin meta alguna
bajo un cielo oscuro y gris.-

Quisiera sentir tu mano
abrazada a mi cintura,
tu voz trémula y amante
juguetear en mis oídos,
y en tus besos tan queridos
¡contagiarte mi locura!.-

Quisiera oír de tus labios
la dulce palabra ¡amor!
ver en tus ojos la perla
que por amor se derrama,
y ver llegar la mañana
¡en la luz de tu candor!.-

¡Tantas cosas yo quisiera!
pero nunca las tendré,
son sueños que se truncan
en mis tristes despertares,
y esos sueños son cantares
¡que a los cielos llevaré!

                                                          

PERGAMINO ¡¡PAGO CRIOLLO!!

Pergamino es el fortín de una pampa maloneada,
en tiempos de las patriadas, gestadas por San Martín,
sus campos son el jardín, con tapiz de trebolares,
sus ranchos son los altares donde se rezan plegarias,
y en las viejas araucarias, vierten trinos los zorzales.-

En la bruma del recuerdo por las cosas de mi tierra,
la historia pampa se encierra y en su silencio me pierdo,
voy montao al paso lerdo del bagual de la nostalgia,
y el olor de la fragancia de los tiernos pastizales,
hoy se adentra en los umbrales, de ésta criolla y noble estancia.-

Sus extensos pastizales alimentaron las tropas,
que en victorias o derrotas cruzaron por éstos lares,
sus potreros seculares donde el cardo azul florece,
fue guarida de las reses y de baguales cerriles,
que al sonar de los clarines ¡para la patria se ofrecen.!-

Por estos pagos se oyeron ruidos de guerra intestina,
y a la bandera Argentina en jirones la rompieron,
cientos de criollos murieron en los frentes de batalla,
y hoy sus nombres son murallas que iluminadas de gloria,
rinden culto a la memoria de quienes la historia calla.-

Después de los entreveros que nuestra historia ennoblece,
el gaucho siembra las mieses de los tiempos venideros,
ya dejó de ser matrero pa ser un buen arador,
y es también embajador de la honradez y lealtad,
de un pueblo que en libertad, ¡¡te da las gracias Señor!!
                                                                      
                                                                                                                                                            
MI GATITO ZALAMERO

Tengo un gato muy mañero
que las vecinas aterra,
si alguna lo mira fijo
¡enseguida quiere guerra!

A veces si está mimoso
busca que alguien lo acaricie,
si la mano es femenina
le pido a Dios no se envície.-

De mañana, tarde y noche,
mi gato está muy despierto,
por si aparece una laucha
tiene los ojos abiertos.-

Así es mi gato peludo
que cuido con tanto esmero,
es el terror de las lauchas
¡mi gatito zalamero!

                   segunda

De mañana al levantarme
le acaricio la cabeza
el lomo se le levanta
y ahí mesmo se despereza.-

A veces ando cansado
y me olvido de que existe,
no lo acaricio ni miro
y entonces se pone triste.-

¡ Ah gato criollazo ahijuna!
nunca jamás me fallaste,
de tanto andar tras la laucha
su madriguera encontraste.-

Así es mi gato peludo
que cuido con tanto esmero,
es el terror de las lauchas
¡ mi gatito zalamero!


Estaba lindo el paseo pero las obligaciones en el pago nos reclamaban. Al tranquito corto el trencito se despidió de los amigos prometiendo regresar. Y regresaremos, claro está, con los trabajos que uds. quieran enviar. Agradezco a los escritores que me han hecho llegar sus trabajos y que iré publicando en próximos números. Invito a quienes aún no se han puesto las pilas para recibir su obra en: millaco@ciudad.com.ar Les recuerdo que adjunten una minibiografía ¿sí? Un abrazo cálido y afectuoso
                                                           CRIS