Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 58

QUERIDOS PASAJEROS:

Otra vez en camino ... para reencontrarnos con tantos amigos dispersos por variadas geografías, pero unidos en el amor hacia la literatura. Quizá el humanismo y la palabra se vean "atropelladas" en esta era de tanta ciencia y tecnología, donde la máquina parece imponerse al hombre y la palabra ser vacua y carente de contenido. Pues, entonces, es nuestra obligación rescatar su sentido primordial: el de comunicar y comunicarnos, el de hacer de la palabra ese maravilloso puente que nos permita comprender, sentir y emocionarnos con el otro.  

La locomotora largó su humito, la campana sonó ... y emprendimos la marcha hacia las serranías para encontrarnos con un entrañable amigo: OSVALDO GUEVARA. Nacido en RÍO IV, desde el año 1.975 reside en VILLA DOLORES, ambas localidades de la provincia de CÓRDOBA. Trabajó en la docencia secundaria en Almafuerte, fue periodista en el diario “La Calle” de Río IV, donde asimismo hizo periodismo gráfico y televisión. Es periodista en la Radio Champaquí  y se desempeña en el área de Cultura de la municipalidad de Va. Dolores, entre otras actividades. Su vocación literaria incluye la poesía, la crítica, el ensayo y el cuento. Participó del grupo “Trapalanda” (Río IV) y en la revista “Cristalomancia”. Durante sus años de residencia en la capital cordobesa integró el grupo LAUREL-Hojas de Poesía- uno de los más relevantes de la literatura poética cordobesa. Participa desde 1.963 en los Encuentros de Poetas de Va. Dolores. Podría añadir muchas cosas más de su currícula pero prefiero dejar que él mismo hable. “Llevo sobre las espaldas y en el corazón medio siglo de afanes y obsesiones. Pero soy un ser esperanzado. Creo en la civilización, en la cultura, en el amor al semejante, en el porvenir de la humanidad. Siempre me falta tiempo para leer y para estudiar. Dicho de otra manera: todo tiempo me parece poco para seguir aprendiendo. Mi necesidad de expresarme … arranca desde la infancia … después lo fui desarrollando luego de haber transitado una etapa de bastante espontaneidad, de bastante irreflexión en cuanto a los que hacía. Prácticamente en el secundario cobré una conciencia crítica, o al menos técnica, de la palabra en función de belleza, y desde entonces, he sido a la par que un escritor inspirado, emotivo, manejado por impulsiones primordiales, un escritor analítico de mi propio texto ... Se supone que un poeta tiene un don, ha recibido un don. La responsabilidad es ... usar ese don con responsabilidad. No ponerlo al servicio de intereses subalternos, no mercar con la poesía y no utilizarla para traicionar aquellos valores que constituyen la razón de ser de su vida.” Libros publicados: Oda al sapo y cuatro sonetos (1960), La sangre en armas (1962), Garganta en verde claro (1964), Los zapatos de asfalto (1967), Niña Carmen (1988), Diario de invierno (1975), Solo sonetos (1990), Primera persona (1998), Poemas en verso y prosa (1998). Su último libro es “Sin pena en la palabra”. Los poemas que acompaño han sido incluidos en “Poemas en verso y prosa (inventario de una obra completa inconclusa)” Editorial de la Fundación Universidad Nacional de Río IV (1998). Me resultó dificilísima la elección y espero disfruten la palabra armoniosa, cálida, emocional de Osvaldo.


 LOS OJOS AUSENTES

Yo estaba solo. Entonces –con sus aguas, sus leguas-
me llegaron tus ojos en la noche de invierno.

Los pusiste tan cerca, que hasta mi corazón
pudo lamer su sal, respirar su silencio.

Hacia ellos tendí las manos en desuso
y sólo un aire frío se escurrió entre mis dedos.

Con las manos en sombra, regresé de tus ojos
preguntando a la luz y a los rostros por ellos.

Ahora miro el mundo con tus ojos ausentes.
Los míos sólo existen para verte de nuevo.

                                                   Del libro “LOS ZAPATOS DE ASFALTO”


YO PESCADOR

Bajo la tarde de aire espeso y breve
cimbro mi caña y el anzuelo tiro
adonde el agua en mórbido retiro
se embosca insomne como un saurio aleve.

Acechante el instinto, el alma leve,
como una vena mi silencio estiro.
Pienso en sordina, como en clave aspiro
y ni la tarde a pestañear se atreve.

El corcho late. Monologa el hilo
un vibrátil rencor de olfato en celo.
Y ahora el aire breve es como un filo.

Y escapa el pez azul –chispa de cielo-
y mi alma en alto es una caña en vilo,
pero mi instinto, abajo, es un anzuelo.

                                                 Del libro “ODA AL SAPO Y CUATRO SONETOS”


TERNURA NÁUFRAGA

Y anda otra vez la lluvia por el techo
con su ternura náufraga y ruidosa,
y el frío de la ausencia, el frío, esposa,
se me viene a las sábanas y al pecho.

Sin tu voz todo está como deshecho,
sin tu mano es un hueco cada cosa,
sin tu pisada duele esta baldosa
y es otro mueble sin tu aroma el lecho.

Llueve. Pienso en la sombra. El cuarto es grande.
La soledad, como un hollín se expande
por este aire de cal y ropa muerta.

Si estuvieras, no sé que te diría,
pero creo que no me importaría
tanta lluvia en la noche tan desierta.

                                             Del libro “LOS ZAPATOS DE ASFALTO”


RURAL

Campesina con siesta en la pollera,
olorosa de surco y de semilla.
Tienes la voz soleada, y amarilla
se te ha puesto la sombra con la espera.

Ya en el aire y tu piel es primavera.
La mariposa con rumor de trilla
raspa en la luz su rápida cerilla
y se empieza a estirar la enredadera.

Y tú, absorta, desatas tu cabello
que te rodea codicioso el cuello
con un dulzor de mano y nicotina.

Duele la tarde, lentamente larga.
y al pasar, blasfemando, el tren de carga,
sueltas tu adiós como una golondrina.

                                                      De libro “LA SANGRE EN ARMAS


Y ESTÁ LA TARDE SOLA

Y está la tarde sola.
Y su avenida.
Un grillo tiene sed.
Las piedras cantan.
Y yo pienso tu amor, distante mía.
Tibios nervios del aire.
Son del agua golpeándose la boca.
Silencio azul colgándose del cielo.
Pura violencia de agridulce aroma.
Y tu vestido,
barco fantasmal
y entre adioses.

El río asoma vacilantes árboles.
peces
buscándose
prenden fuego al crepúsculo.
Mi amor arde también,
llama espinándose.

Pero cantar.
La piel husmeando nubes.
Encordada la sangre.

Obstinada garganta en verde claro.

                                                  Del libro “GARGANTA EN VERDE CLARO”

LA NÁYADE

De piedra en piedra el sol
busca tu sombra fina.
También mis ojos, con el río adentro,
siguen tu piel esquiva.

Es una tarde de alargados sauces
y ocultas peperinas.

Mi perro oscuro, como yo te intuye
sumergiendo en el agua la sonrisa.

De la montaña brota un humo verde.
Es la arena en mi mano una mejilla,

una paloma tibia entre mis pies,
por mis cabellos un dulzor de sílabas.

Presiento el río tiernamente ondeándote.
Tiro una rama que aletea y brilla;

con la fuerza del músculo impotente
tiro una rama al agua bailarina.

Pero el perro esta vez no me la trae.
Burlón, piadoso, incrédulo me mira …


TERMINAL
                               a Carmen

Estás partiendo con tus gestos suaves
mientras la luz se encoge en la arboleda.
Tu aroma triste entre mis manos queda
como un anuncio de memorias graves.

Pasan pájaros fríos como naves.
El ómnibus, meciéndose, ya rueda
con un crujir quejoso que remeda
un solitario tintinear de llaves.

Inmóvil, permanezco entre la gente
contestando al azar algún saludo
sin descubrir un rostro que me aliente.

Y de pronto el invierno es más agudo.
Como en la margen gris de una corriente
oigo temblar mi corazón desnudo.

                                              Del libro “SOLO SONETOS”


Cargando nostalgias de tantos encuentros de poetas que esta maquinista ha frecuentado, de los amigos, las charlas y el afecto, el trencito arrancó hacia su nuevo destino, también cordobés ... pero al sur. Pues allí nos esperaba ADRIANA KHOURY. Nacida en Villa Huidobro (Córdoba), cursó sus estudios primarios y secundarios en Realicó (La Pampa). Egresada en 1984 del Profesorado en Letras en la Universidad Nacional de Santa Rosa (La Pampa). Desde 1982 reside en HUINCA RENANCÓ (Córdoba). En 1983 ingresó en la docencia, actividad que continua desarrollando en el Ipem 141 "Dr. Dalmacio Vélez Sársfield" de Huinca Renancó. Actualmente se desempeña en tareas pasivas, da clases de apoyo a los alumnos que presentan dificultades en el aprendizaje y colabora con el gabinete psicopedagógico de la institución. Se dedica a escribir desde hace 2 años y algunos de sus trabajos resultaron finalistas de concursos literarios y fueron publicados en antologías: El Decir textual (Ed. De los cuatro vientos, 2008); Homenaje a Alfonsina Storni (Ed De los cuatro vientos, 2008) y Lunario (Ed. Dunken, 2008). Los cuentos allí publicados fueron: "El tio Enrique" (El Decir textual); "Deudor moroso" (Lunario) y "El llamado de la selva" (Homenaje a Alfonsina Storni). Aquí les dejo el segundo, un cuento que me pareció muy bien logrado.



DEUDOR MOROSO


    Llegué al pueblo porque tenía una deuda que cobrar y alguien me dijo que por  estos lugares andaba rondando el Colorado, el tipo que me tiene que pagar.  Hacía un frío de los mil diablos, así que me levanté el cuello de la campera, las orejas me ardían, mire, rojas las tenía… y encaré para el lado del hotel. Alguien también me dijo que el Colorado estaba ahí.  Caminé para el hotel, un hotelucho vio y cuando la Gorda me vio entrar dejó el trapo y se secó las manos, porque estaba lavando el piso. Y me dijo “qué quiere” y yo le dije “una cama pa´descansar” “bueno venga” y ahí nomá me dio la llave, subimos la escalera, toda floja la escalera vio, la Gorda pesaba toneladas, por eso estaba floja. Me abrió la puerta de la pieza y se fue. Yo dejé la cajita arriba de la mesa, ésa que está al lado de la ventana, corrí las cortinas, llena de agujeros vio, y me planché en la cama. Dormí como dos horas, calculo, porque no tenía reloj.
“Aja. ¿Y después?”
Y después agarré la cajita y salí. Ni me bañé mire. Tenia que encontrar al Colorado porque si vuelvo con las manos vacías mi mujer, la Delia, me mata y yo le prometí que el Colorado me iba a pagar. Yo le dije al Colorado que hoy pasaba, pero pensó que le iba a dar más días, una prórroga vio.  Bueno y como le digo, salí a buscarlo y se me hace que  alguien le dijo que yo lo andaba buscando, porque se hizo humo, se lo tragó la tierra en segundos, mire. Seguro que estaba escondido ese miserable. Sinvergüenza, ventajero, estafador, cobarde…porque no es de hombre no dar la cara… el Colorado sabía que se la tenía jurada, me tiene que pagar. Hace un año que quiero cobrarle y el atorrante se escapa. Entonces me escondí yo. La Gorda pensó que me había enfermado, me golpeaba la puerta y me gritaba con voz de gorda… porque las gordas tienen una voz… una voz… bueno voz de gorda uste me entiende. Bueno, y la Gorda me preguntaba si necesitaba algo y me traía un té, re caliente el té de la Gorda, eso sí, con limón. Y al mediodía cocinaba unos guisos bien picantes que la boca me ardía. Me arde todavía.
“Aja. ¿Y después?”
Y después de tres días salí de la pocilga, del hotel digo. Y lo vi al Colorado. Muy pancho estaba en una esquina fumando, con una mano en el bolsillo. Charlaba con otro tipo. A mí no me vio, mejor dicho no dejé que me viera porque sino lo perdía otra vez. Entonces me metí a la pieza otra vez, agarré la cajita, me la mandé abajo del brazo y cuando el Colorado quedó solo encaré. Despacito encaré para que no sospechara.
“Aja. ¿Y qué tenía en la cajita?
¿En la cajita? Las cuentas que le tenía que cobrar al sinvergüenza ése. Qué iba a tener. Bueno, y cuando lo tuve cerca, abrí la cajita, vi en el fondo al rubiecito lindo de rulos, saqué la hoja bien filosa y brillante y se la metí hasta los huesos y me salpicó la ropa. ¿Vio que tengo la camisa manchada de rojo?
“Aja. ¿Y después?
Y después nada, comisario. Me vine  a la comisaría. Métame preso, para eso vine. Se la tenía jurada al Colorado. Hace un año que quería cobrarle la deuda. Sinvergüenza, pervertido, demente, asesino, ladrón. Estoy muerto en vida porque me robó la vida de mi hijo.


Ya nos habíamos dado el gustazo de saborear ricos mates con peperina y comer incontables criollitos (de hojaldre...claro...) más nos esperaba nuestra última pasajera. Así que al tranquito corto la locomotora encaró para la ruta 188, y dejando atrás campo, vacas, eucaliptos y algún maizal venido a menos arribó al sur del Gran Buenos Aires, con precisión a BERAZATEGUI (provincia de Buenos Aires) para reencontrarse con ELISABET CINCOTTA quien ya nos acompañó en el Nº 45. Y recuerdo algunos datos: nació en Quilmes en 1947, hace 36 años que vive en Berazategui. Docente de profesión y por vocación, trabajó como tal en Berazategui durante 24 años, de los cuales 10 fueron en el cargo de Directora de Escuela. Estudió Comunicación Social, carrera que no finalizó por diversos motivos personales. Se autodefine como hacedora de versos, que reunidos se los llama poemas. Su poética intenta ser reflejo de sentimientos que acompañan al hombre en su andar por la vida. Su pensamiento: la poesía es la traducción más veraz de la historia del hombre. Obtuvo entre otras distinciones: Tercer Mención en el Certamen Nacional e Internacional Poesías y Cuentos del Mundo, organizado por C.E.N. Ediciones/ 2003. Tercer Premio del Primer Concurso de Poesía y Relato El Fausto/2006. Tercera Mención del Certamen de Poesía Almafuerte 2006, organizado por el Grupo Almafuerte, con el auspicio de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Berazategui (Buenos Aires- Argentina) y declarado de interés municipal/ 2006. Primer Premio en los Juegos florales de Poesía del Café literario "Almafuerte", con el auspicio de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Berazategui (Buenos Aires- Argentina) / 2007. Ha participado en diversas antologías, siendo participe en “Duendes del Sur II”, antología del Grupo Almafuerte, presentada en la Feria del libro/2007. Su primer poemario editado se titula “Bordando la despedida”, Ediciones Mis Escritos (2007). Sus poemas se difunden en diversas radios de Argentina, en programas dedicados a la poesía y al tango. Fue diseñadora y editora de contenidos de la revista virtual Estrellas Poéticas, participa en varias revistas virtuales literarias. Su poesía es difundida en diversos sitios de internet además de sus sitios personales. Nos deja hoy sus poemas.


DE ESPALDAS


De espaldas al futuro arrinconaste mi deseo.
Las manos buscaron, al tanteo,
la rosa de este invierno.

El cuerpo venció el pudor con gemidos
cuando redondeaste cada ángulo, perverso,
y miré la sombra de la luna
mientras palpabas a Rigel en mi nuca.

De espaldas al universo
capturé el placer entre pupilas
y amanecí violetas en tus palmas.

Descubierta.

GENUINA

Genuina.

Aplastada.

La corola gime entre las palabras.
Inicia sujetos.
No sujeta el habla
y la pluma marca la nada sin trazos.

Sepulta el ayer.
Repite el mañana.
La ilusión destaca lágrimas.

Anochece.

Despedaza lustres.
Encarna marañas sin pedestal.

Valeroso fango acorrala el tiempo,

el reloj, la llama.

Y se oscurece el patio.
Atavío gris,
hondonada azul.

La rutina urge.

Bebe la esperanza.

Genuina.
Turgente.
Desenredada.

AZUL NOSTALGIA


Amaneció flores
en la estatura de lo incierto.
Insistió su abrazo recurrente
y donó azahares de novia al sol
-requiebre de palabras-

Desnudó el cenit tras la ventana,
transigió el llanto por la risa,
bebió del manantial el canto
y fue jirón de angustias pasajeras.

Por ser audaz, privada del recuerdo,
caminó violetas su cabello
y más dorada la mirada
rió al amor para anochecer
azul en la nostalgia.


DESDE EL AMOR


...............¡Garúa!
Solo y triste por la acera
va este corazón transido
con tristeza de tapera.
............................
Enrique Cadícamo

Me fui desde el amor con desparpajo.
Abandoné el día sin mirada,
acoplé el adiós a los silencios
y no olvidé tu mano en mi cuerpo.

Me fui y te amaba con la furia
del rojo y la nostalgia del azul.
Rondé las esquinas de tus naves,
alcé los puentes del pasado.

Y te amé en la llovizna del sol
que aplacaba mi poesía.


Moldeé la semilla en cada verso.

Y hoy garúa el ocaso en la ventana,
golpea la silueta en la barbilla
que empaña la noche donde
un tango esfuma el recuerdo
para predecir tu aliento.


INAUGURAL


después de soslayar nubes
y horadar misterios
la magia del beso corrió el riesgo
de sentir pleno el cuerpo

y fue mariposa/ calandria/ lucero
que estremeció caderas/ muslos/ cielo

vislumbró hondonadas/
la piel fue más que piel/
el sudor más que sal -deseo-
el contorneo vibración/ espejo

los suspiros realzaron la gloria
y fue mujer inaugural en el encuentro


                                              Del PoemarioDESCUBIERTAEd. Muestrario/2008


Había que retornar al pago ... que el paseo estaba lindo pero las obligaciones reclamaban. Por eso el trencito se llama ahora al reposo mientras espera vuestras colaboraciones (recuerdo: obras y minibiografía) para alimentar su caldera y emprender futuros viajes. Los espero en: millaco@ciudad.com.ar
Un abrazo fraternal

                                                           CRIS