Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 12

QUERIDOS PASAJEROS:
Hoy nos jugamos y estamos no sólo interprovinciales sino internacionales. Es que este humilde tren pampa llega a los lugares más insospechados y recala en andenes nuevos.
Así presentamos en primer término a nuestro amigo venezolano HUGO COLMENARES. Este escritor y periodista ya nos acompañó en algún viaje anterior. Ahora viene con la alegría de haber editado un nuevo libro para niños. ¡Felicitaciones! Los dos cuentos muy breves que acompaña son imperdibles.

La cita

D
URANTE dos años Hilda y Jorge cruzaron mensajes comerciales por telefax, sobre comercialización de alimentos secos y enlatados traídos de España.
         Jorge fue ascendido a gerente general y debió visitar dependencias de la empresa y conocer directamente a sus clientes.
         Hilda se preparó para la ocasión. No hubo tiempo para verse personalmente... Ella lo llamó telefónicamente una semana después, y lo felicitó. En esos días, acordaron verse en la estación del tren de Puerto Cabello... Él esperaría, a las nueve de la noche.
         Jorge tenía en sus manos rosas blancas... Ella lo vio desde la ventana. Prefirió seguir a Valencia, con un recién conocido, quien por acto de magia, se apoderó de su emoción.
         Hilda al llegar a su destino se vio sola. Oswald, su nuevo conocido, bajó del tren y fue al abrazo de otro amigo.

Ojos profundos
M

ARLENE Cienfuegos llegó de La Habana el año pasado, vino como médico y el motivo de su visita, fue conocer a su amado de correspondencia, el arquitecto Agustín Ozal, viudo y ensimismado en viejas historias de la mitología celta.
         Marlene y Agustín se vieron por vez primera en el lobby del hotel Casa de Arena, rodeado de jabillos y ventas de flores.
         Sus miradas fueron de asombro, penetrantes, se abrazaron y allí quedaron convertidos en una promesa y un camino largo de vida.
         Agustín tocó con delicadeza el rostro de Marlene. Marlene dibujó en la frente de Agustín la palabra amor y lo besaba.
         Por la noche Agustín estaba acostado, pálido y de ojos profundos en un ataúd.

En segundo término también traemos nuevamente y desde Catamarca a CÉSAR NORIEGA con un poema. Les recuerdo que César es escritor, docente y, como si fuera poco, ahora se dedica a estudiar Psicología, lo que demuestra que quiere mantener intacta la capacidad de sus neuronas. ¡Bravo!

PRIMAVERA

La primavera del Valle de San Fernando
suele parecerse a una mujer flaca y mal comida:
pálida, de mirada triste y manos temblorosas;
esquelética, sin labios atractivos.

Ésta primavera viste de gris los cerros;
inunda de viento, tierra y soledad cada espacio que roza;
provoca lágrimas de tristeza y melancolía.
Y la ausencia de lluvia
puede transformarse
en ausencia de amor, de fe,
de solidaridad y de compañía.

(Ella llamó al mediodía.
Quedamos en encontrarnos a eso de las veinte
para tomar un café y fumarnos un cigarrillo)

Esa tarde,
la primavera del Valle de San Fernando
me pareció cálida, encendida.
El viento calmó.
Los lapachos vestían la ciudad de colores.
Los jóvenes, prestos al festejo,
caminaban abrazados por medio de la calle.
Los estudiantes danzaban por las veredas
camino al colegio…
Una brisa fresca anunció por fin la lluvia necesaria.
.... El mundo, entonces,
comenzó a girar al revés.

(A las veinte fui a buscarla.
Nos abrazamos fuerte y largo.
Nos enamoramos nuevamente de nosotros, de la vida,
como antaño.
Y nos fuimos abrazados por medio de la calle)

Bendita primavera.

Y la nueva presentación: directamente desde Rosario (Santas Fe) una nueva pasajera que se incorpora con sus poemas y su cálida juventud. Se llama MARÍA MILAGROS ROIBON. Es abogada nacida en Rosario, (1976). Es una de las creadoras del portal literario Poetas en la red (http://www.poetasenlared.com.ar). Ganadora del primer premio en poesía del Certamen Internacional de Poesía y Prosa "Azul" (http://www.artiquicia.com/azul/ganador.html).

Poesías

                                                                       Extranjera
Cuando venga a buscarme,
díganle:
                           “Se ha mudado”.
Oliverio Girondo


I
La soledad de este país se maquilla de girasoles blancos, de margaritas asomando a la azotea, o tal vez, sea la incongruencia del dolor mitigada por la tarde o por el anochecer de tu cuerpo.

II
¿Quién sabe que temprana actitud o qué destello aguarda bajo tu piel imperfecta, bajo el rasguño silente de tus pezones, de tus dedos mancillados por el viento o, tal vez, sólo se trate de alguna enfermedad en busca de su nombre?

III
Dicen que a tu tierra no llegan los barcos y que tampoco nevará en septiembre ni en primavera. La otra mujer, la que oxigena tus huesos, la que corroe tu carne, ronda fantasmas, atenta, acechando.

IV
A veces, sólo son pájaros dormidos, un páramo de narices frías o la sonrisa aún inmadura que, sin embargo, delata el paso del tiempo. A veces, sólo se trata de reinventar noches y de supurar falsos dioses de este lado de la cama.

 V
¿Acaso, fuiste invitada a dialogar con tu sombra, a cerrar todas las ventanas? Quizás, sea el momento de parir tu alma en cuotas para que comprendan la injusta necesidad de ser extranjera en tu propia tierra. 


Mujer de aire

No es lo que parece a mis sentidos
ni yo esta mujer de aire.

Mi alma no vive en este mundo.
Mi voz es la de un pájaro dormido.
Mi unidad es cuestión de maquillaje.
Mis bocetos se ilustran de novelas,
de soles vagando por sus lunas.

De mí huyó la tarde y el cansancio,
la triste muchedumbre del mercado.
Mis brotes no huelen a semilla,
mi lengua adolece de preguntas.

Me prolongo en un país de vegetales,
de manos astilladas por sus dedos.
De mí huyó la noche y la desgracia,
la misma costumbre de lo inerte.


Miseria

Especialmente,
no mirar, pero si mira,
hacer como si nada:
ojos, boca y manos
herméticamente
cerrados.

Como Uds. sabrán esta maquinista acaba de ganar un 1er. premio de poesía. Gracias a todos los que me enviaron sus plácemes. Como me han pedido el poema ganador aquí va para vuestro conocimiento:

MEMORIA DE PIEDRA
Existe una razón para que vuelva
a nutrirme de magia y de misterio.
Acaso sea un lazo que me une
a estas piedras desnudas y ancestrales
desde alguna otra vida que aún ignoro.
... Pero sé que la voz que me reclama
insiste sin descanso dentro mío...
En un vuelo de cóndores planeo
entre nubes de airosa consistencia
que dibujan sus formas en la piedra.
En aromas silvestres de algarrobo
me sumerjo buscando una quimera,
ese sueño constante que me acosa.
Y descubro la paz en los lapachos
fulgor rosa que incendia el viento leve
en las tardes calladas de setiembre.
... Hay un duende siestero que me llama.
¿Es su nombre "destino"? .....
                                               CRIS FERNÁNDEZ

Y será hasta la próxima ... recuerden que espero sus envíos a: millaco@ciudad.com.ar