Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 15

QUERIDOS PASAJEROS:

Papá Noel quiso subir al tren pero decidió que la compañía de tantos "locos" de las letras era demasiado para su paciencia... así que, simplemente, les dejó muchísimos saludos... Y algo de razón tiene ¿no?
Les cuento que este tren sigue recalando no solo en estaciones nacionales sino extranjeras, ya que acaba de incluirse gente linda de México ¿qué tal?
Para ellos y para todos el tren comienza su recorrido:

En primer término -por eso de que "las damas primero"- aquí les presento el trabajo de mi amiga, la ubicua LIANA EIRAS DE ORBEA. La niña es nacida en la localidad de América - P.Bs.As.- el 10-3-1.926 y reside en General Pico desde el 86'. Maestra normal nacional (¡¡¡sí!!! de las de antes que eran maestras en serio), profesora de francés, escritora (cuento y poesía), pintora, actriz de cine y teatro (actuó en dos producciones cinematográficas nacionales filmadas en esta provincia), narradora de cuentos en escuelas primarias. ¿Si se aburre? No tiene tiempo, de verdad, ya que además se dedica a las tarjetas artesanales, la cestería china, la cerámica  y toda otra artesanía que se les pueda ocurrir. Y con resultados espléndidos .... Ha ganado varios premios a nivel provincial y nacional y publicado trabajos de su autoría en 15 antologías nacionales. Colaboró con la primera época de Letras en el Andén (cuando era una revista literaria "tradicional" y no cyber), publica en Pa'l Abrazo (revista del grupo de Escritores Piquenses) y en Euskal Arima (revista del Centro Vasco de Gral.Pico). Los dos cuentos breves que hoy incluyo son emotivos, claros, denotan una sensibilidad a flor de piel. En realidad son como Liana: simple, tierna y afectuosa.

UGARI BAKE
(abundante paz)

    A veces estar informado cuesta desilusiones.
    Como confirmación de la paz luminosa de su vida, él, vasco y enamorado hasta el tuétano de Marixume Ortúzar se permitiría una ostentosa certificación pública antes de su boda; acompañaría el 24 de diciembre a sus futuros suegros a retirar a la niña de sus desvelos del exclusivo colegio donde estudiaba como alumna interna.
    ¡Cuánta seguridad la de ese establecimiento!  Se desposarían en seguida.
    En la corporación Ugari Bake estaban sólo con Dios, muchas monjitas y las inocentes niñas como su prometida ...
    Ni un solo hombre; allí no entraban proveedores, vendedores ni diareros ... pantalones ...¡nunca!
    Asistía espiritualmente el Padrecito Fermín Zarategui. ¡Santo Sacerdote! ¡Santo Confesor! ...
    Tan piadosa era Marixume que cuando dejaba el confesionario tenía los ojos brillantes y entraba en un prolongado misticismo.
    ¡Hasta la Madre Superiora se inquietó alguna vez por su indiferencia ante las cosas mundanas ...!
    ¡Evidentemente la dulce y rolliza vasquita había sido tocada por la mano del Señor! ...
    Entre rezos y rezos, Misa y Misas, confesiones y confesiones apareció como un tufillo por los patio del pensionado: porque sus padres no venían a visitarla tan a menudo como antes, que por qué Marixume se recluía tanto tiempo en su cuarto ...
    ¡Estará preparando en secreto tomar los hábitos! ... pensaba Sor Onorina su monja amiga ...
    Llegó el día del retiro de las pupilas.
    Los Señores Ortúzar y el novio de la chica estaban en primera fila. ¡La Reverenda despediría en momentos más a las alumnas!
    Nadie faltaba; solo no habían llegado aún el Padre Confesor y Marixume.
    Sor Onorina encargada de buscarlos no alcanzó a girar sobre sus talones cuando un berrido dulce, dulcísimo, llegó a oídos de la concurrencia.
    El Padre Fermín apareció radiante trayendo entre sus brazos un pedacito de vida nueva.
    Mostrándolo orgulloso dijo:
    “Es varoncito y se llama Fermín de Zarategui y Ortúzar”


AMOR DE VASCO


    Martín Oteiza demostró siempre un empeño desmedido por la libertad y el trabajo. Desde muy joven su norma era “mucho tiempo en el molino y poquito en el camino”.
    Su vida consistía en doblar y doblar el lomo en sus ocupaciones diarias. Pero eso sí, una vez al mes iba al pueblo a cumplirse como hombre. Luego apuraba el regreso a su casa porque con juventud perezosa la vejez es trabajosa ...
    A fuerza de escuchar decir a sus mayores que para el afecto siempre hay tiempo, esperaba ser más viejo para curiosear ese sentimiento que le era desconocido: el Amor.
    Pasaba sus días bajo la lluvia, con sol, con vientos sólo sumando ... ¿acaso esperas? porque su abuelo Nicomedes repetía que es bueno tener una mujer, pero mejor es esperar a dos.
    Un día ... Andaba ya por lo cincuenta y la vió. En su inexperiencia amatoria, creyó que con sólo mirarla ella entendería su estado de ánimo. ¡Qué va! ¡Así no era la cosa! ...
    Al mes siguiente la cruzó frente al almacén; un hombre iba a su lado sonriéndole tiernamente.
    En otra visita al pueblo, preguntó por ella. Extrañaba no haberla visto más.
    ¡Pues hombre!, fue la respuesta. ¿No sabes qué le pasó a la Antoñita? Aquel guapo de Joaquín Arostegui la preñó y desapareció ... y ahí está la pobre viviendo de favor en el campo de los Iturralde que le cambian techo y pan por trabajo hasta que su panza desaparezca. Sólo eso escuchó Martín y sintió que algo muy hondo le creció dentro del pecho. ¡¿Qué sería de la muchacha?! ¡¿Y de su crío?!
    Pensaba constantemente en ella.
    En su visita mensual al pueblo escuchó decir que esa madrugada había nacido un vasquito que no tendría nombre.
    Ahí nomás tomó coraje y fue hasta el campo de los Iturralde. Desde la puerta entreabierta del puesto dijo simplemente: “Antonia, ¿me deja llamar a su hijo Martín Oteiza? No se arrepentirá”
    ¡Le había declarado su amor!


De allí nos vamos al Jardín de la República en compañía de NÉSTOR SORIA.  Nació en Nueva Baviera, departamento Famaillá, Tucumán. Reside actualmente en la ciudad de Tucumán luego de recorrer otras ciudades y otras provincias. Fue Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores -S.A.D.E.- Filial Tucumán. Se dedica a tiempo completo a su vocación de escritor, desarrollando el género poético y la investigación histórica. Redactor de la publicación mensual del Centro Cultural "Eugenio F. Virla" denominada "Inform Art" en el ámbito de la Universidad Nacional de Tucumán. Compositor de música folklórica, con temas grabados en Argentina, Venezuela y Japón. Los cuatro poemas hoy publicados pertenecen a su libro "ESTE PAISAJE ES MÍO - CANTO DE LOS OFICIOS". Su poesía me llega al corazón, directo como es para cantar el paisaje de su tierra y, por sobre todo, a su gente, su pueblo. Imperdible.

ESTE PAISAJE ES MÍO


Este paisaje es mío y lo reclamo
desde el delta del alba que se abre
balanceando en mis venas el follaje,
espesura vertical que va brotando.

Este paisaje es mío y lo presiento
como un padre que vuelve al mediodía,
y abrazando su altura con la mía
me le trepo a su paso y voy creciendo.

Un oscuro socavón sería mi sangre
si no fuera verdad este paisaje.

Este celeste intenso que me abarca
y regresa de amarillo por la siesta,
es la voz de la raza y de la tierra
y en color de paisaje sube y canta.

Este paisaje es mío y lo confieso;
su pausada cadencia me ha dejado
en los ojos un sol alucinado
y este verbo sencillo como un rezo.

Sin el alma debiera yo quedarme,
si negara que es mío este paisaje.


A VITAL PEDRAZA




Trajina en Pozo del Alto
quebrando vidrios de escarcha,
la sombra siempre despierta
de doña Vital Pedraza,
y es un tapiz medio-luto
la eterna flor de su falda.

Jazmines deja en sus manos
la espuma de la ordeñada,
y aroma su zapatilla
el beso de la lavanda,
loción que brota en el patio
emprolijada a pichana.
Por esos años de niña
fue un pañuelito de gasa,
rubor azul que entreabría
promesas por su ventana.
Y era su amor de rocío
mojando la serenata.

Hoy a su paso cansino
de ancianidad bien ganada,
el largo trago de un siglo
le acorta vista y distancia.
Pero en su boca la vida
sigue poniendo vidalas.

Cristo y rosario en las noches,
le va rezando a las almas
y en su retiro se nota
que ruega por despenarlas,
erguida sobre sus muertos
mi abuela Vital Pedraza.




TRISTEZA POR DON GIMÉNEZ




Carga Don Giménez brazadas de penas
y un turno vacío de muchas cosechas,
porque las cuchillas guapas del Baviera
mellaron su filo por moler la quiebra.
Y el cigarro negro de la chimenea
ya no da a los pitos su antigua ronquera.

Siente Don Giménez que lo espanta el tiempo
si le desentierra su ayer jornalero
cuando corajudo, con el cuero nuevo,
más de media vida le alquiló al ingenio;
desagradecido corazón de fierro
comedor de brazos, patronal y ajeno.

Porque el hombre es poco cuando no trabaja
conchabo a destajo lonjea su espalda.
Con el diente roto de su vieja pala
hurga la mezquina moneda que gana.
Bajo de su gorra, pájaro sin alas,
viene diligente buscando una changa.

Solo y triste un día morirá sin nombre,
sin papel escrito, como muere el monte.
Más que un apellido fue herramienta torpe
y hasta de Giménez poco lo conocen.
Vuelta hacia la tierra su osamenta pobre
tal vez suba erguida nombrada en el brote.

Oiga Don Giménez, que este canto austero
vaya despenando su ayer jornalero.




ESTE QUEHACER DE QUEHACERES



Hilos de agua forjaron
el nudo blanco que teje
y la araña de sus manos
parece que nunca duerme.

Un puro pañuelo cubre
las arrugas de su frente
y recoge en su vestido
madejas que desenvuelve.

En la varilla de mimbre
(crisol de sus menesteres)
la randera va dejando
con movimientos tan leves ...
ya un pañuelo, una mantilla,
ya un mantel o algún tapete.
Y cuando duerme su pueblo
para que nadie se entere
a su viudez va tejiendo
negro mantón de muerte.

Este idioma de su abuela
este quehacer de quehaceres
se irá con ella algún día,
ya no tendrá quien la herede.

Porque su vida es “antigua”
tal el decir de mujeres,
porque no tiene sentido
crear puntillas de nieve.

Ay, randera tucumana
que por el tiempo te pierdes
bórdale una siempreviva
a mi canto que te tiene.



REFERENCIAS:

BAVIERA: ingenio azucarero de Famaillá (Tucumán), cerrado por el gobierno nacional en 1.966
POZO DEL ALTO: localidad del depto. de Cruz Alta - Tucumán


Y por último les traigo un relato de MARIO AISCURRI. Nacido en el porteño barrio de Mataderos reside en Capital Federal ¿o Ciudad Autónoma de Buenos Aires? De su pertenencia emocional al club Nueva Chicago da fe el cuento que incluímos, y que es un testimonio personal. Mario es Licenciado en Historia y trabaja actualmente en la Legislatura porteña. Cito sus palabras en cuanto a la razón que lo lleva a la escritura de índole política, que es el género preferido de sus textos: "Sé que fue esa sensación la que me incitó a escribir, como creo que le ha ocurrido a muchos argentinos de nuestra generación (hablábamos de sentir que hemos vivido "en otro país", que hay demasiadas cosas "que nos pasaron por arriba" sin saberlo). En mi caso, más de treinta años de militancia en el justicialismo, complicó mi búsqueda con la angustia de sentirme, de alguna manera, responsable" De esa experiencia política surgieron: "La Patria ... un dolor que se lleva en el costado" y "¡Vivan los perejiles!" libro éste que acaba de presentar el pasado 17 en la Legislatura de Bs.As. Asimismo otros textos que están incluídos en Bitácora Global, página web de la cual es creador y responsable.  "La Dolfina" es una excelente síntesis de los "dos países" que conviven en este país y que, a veces y por gracia del Destino, se unen en una pasión común.

La Dolfina en 2002.


Es la primavera de 2002. El campeonato se ha puesto difícil y a Chicago no le está yendo bien. Por cuestiones de diversa índole, este campeonato he ido poco a la cancha; pero esta tarde de sol no me puedo perder este partido decisivo frente a los Tatengues de Santa Fe. La fiesta empieza, la hinchada hace su entrada festiva en el estadio. En el centro del campo de juego, el presidente del Club entrega una plaqueta de homenaje al mejor polista del mundo, Adolfo Cambiaso. La Dolfina, su equipo, ha ganado el campeonato de Hurligham, la plaqueta lo recuerda. Dolfi y los muchachos la reciben con otros regalos, una camiseta oficial de Nueva Chicago para cada uno y una bandera de la hinchada. Entonces ocurre un sueño, un deseo casi imposible que siempre tuve: Chicago campeón en primera. Allí van Cambiaso, los hermanos Merlos y Castagnola, empiezan a dar la vuelta olímpica y los hinchas coreamos “¡Dale campeón! ¡Dale campeón!” ...y es verdad. Es Chicago que ganó un campeonato de primera.
Cuando La Dolfina decidió utilizar la camiseta de Nueva Chicago (no una verde y negra, sino la camiseta de Chicago) para disputar los torneos despertó adhesiones pasionales y aviesas suspicacias. Si, obvio que hay un negocio detrás de todo esto. No es un pecado que así lo sea. Todos sabemos que, en este siglo XXI, no hay buenos negocios, si no se accede afectivamente a la sensibilidad de la multitud... Y Nueva Chicago es una marca que representa los dos términos: sensibilidad y multitud.
Me voy a detener a hablar de un solo aspecto de este negocio singular: intentar que un deporte de elite, y extremadamente bello por añadidura, sea seguido por el público masivo es una gran idea que trasciende lo estrictamente económico. Podrá producir grandes dividendos en la comercialización de entradas, los objetos de mercadeo y los derechos de televisión; pero provoca un acercamiento de enorme trascendencia cultural. Nuestra elite, nuestra vieja oligarquía, se ha privado por más de un siglo de transformarse en una verdadera clase dirigente (burguesía nacional o como lo quieran llamar) por su afán social excluyente, por su vocación de diferenciarse del resto de la sociedad. La popularización del polo es una oportunidad para torcer ese sino... ¿La aprovecharán?
Algunos argumentan que el polo no puede ser popular, porque se trata de un deporte caro... ¿Cuánto hace que el automovilismo dejó de ser un deporte de mecánicos de la Pampa Húmeda? Hace falta mucho dinero para sentarse en un auto de carreras en la Argentina... Sin embargo, las carreras son seguidas por verdaderas multitudes, sin contar la gran audiencia que tienen las carreras de la Fórmula Uno, categoría decididamente inaccesible.
Es diciembre de 2002. El campeonato ha terminado y Chicago quedó bastante mal. No importa, la fiesta continúa. Me pongo una camiseta verde y negra y me voy con mis hermanos y nuestros hijos al Campo Argentino de Polo. Se juega la final del 109° Campeonato Abierto de la República Argentina. Es el torneo de polo más importante del mundo y Chicago está en la final. Dieciocho mil persona desbordan las tribunas. Entre ellos, somos más de mil los que venimos desde Mataderos para alentar a la Dolfina. Me cruzo con vecinos que no he vuelto a ver desde la infancia, llevamos la inexplicable pasión de Nueva Chicago a dónde vamos. En un rincón más de doscientos hinchas de la barra brava despliegan su folklore de banderas y bombos, fuegos artificiales y humo verde y cantitos futboleros. La fiesta es grande como siempre que está la hinchada de Chicago. El resto nos desparramamos por todo el estadio luciendo nuestras remeras y colgando los trapos que domingo a domingo llevamos a la cancha.
El partido da comienzo. La barra de Chicago está ubicada junto al palenque de la Dolfina. Ellos no hacen lo que el resto. Ven el partido de pie, cantan todo el tiempo, agitan banderas y saludan al número uno del mundo con aplausos cada vez que termina uno de los siete entretiempos y se dirige a la cancha por delante de ellos. Solo gritan los goles de la Dolfina. El resto del público aplaude los buenos goles de ambos bandos, ven el partido sentados y se paran en los entretiempos. Todo diferente, pero ofrecido allí para propiciar un ritual de intercambio fecundo entre argentinos que aman los caballos. Las petizas de polo, los percherones del Mercado de Hacienda. Caballos, siempre caballos para los criollos de las más diversas procedencias sociales.
Adolfo Cambiaso domina la bocha y empieza a gambetear con una yegua que lo obedece con extraordinaria docilidad... A mí me parece que es extraordinario, que nadie más que él puede hacer esas cosas con un caballo... Yo no conozco casi nada de este deporte, pero los que saben confirman mi impresión, es un genio... Elude a un defensor, luego a otro y convierte el gol más lindo de la tarde... Un sol radiante le sonríe y la voz de la hinchada sentencia “Maradó... Maradó... Maradó...”
El partido se pone difícil y se llega al octavo chucker con el score igualado... La hinchada se entusiasma y profiere el último aliento con lo poco que queda después de más de dos horas de cantar y cantar... Todos pensamos “no puede ser, Chicago siempre tiene que sufrir, aunque tenga el mejor equipo del mundo.” La Dolfina reacciona al aliento y gana por cuatro tantos de diferencia. La multitud estalla y la fiesta adquiere su mayor colorido.
Caminamos por el campo de juego... No lo podemos creer. En el crepúsculo me voy acariciando el sueño de haber vivido un día histórico para la Patria de los argentinos.


¡¡Nos vamos!! Les recuerdo que me agrada recibir noticias de los pasajeros lectores, opiniones, sugerencias, colaboraciones. 
Un abrazo afectuoso y mis deseos mejores para el 2.004 que se inicia prontito.
¡¡Bye bye!!
CRIS