Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 88

BIENVENIDOS AL TREN !!!!

En estos tiempos de discordia y violencia, de angustias e incertidumbres; en este tiempo donde las sociedades están convulsionadas buscando un futuro mejor, más armonioso y humano, es bueno tomarnos unos momentos para la reflexión. Pues somos los escritores quienes, en negro sobre blanco, podemos llevar una luz de esperanza con nuestra palabra. Somos capaces de mostrar nuestro entorno y hablar por quienes no pueden hacerlo ... somos capaces de iluminar con nuestra palabra los rincones oscuros y dar un positivo mensaje de amor. Los invito entonces a no bajar los brazos, a seguir luchando por nuestros ideales, a estar convencidos que un mundo mejor es posible.

En pocos días se celebrará el "Día internacional de la Mujer" (el 8 de marzo). Quiero entonces dejar mi sencillo verso para tantas mujeres anónimas que, sacando fuerza de flaqueza, transitan la vida y tienen el coraje de seguir pelando más allá de las dificultades.

UNA MUJER ...

Ella vivió los sueños de los otros.
Soñó vidas ajenas. Pasaporte
para huir de la cárcel cotidiana.
La ternura gastada. La mentira.
           Nunca supo en que punto del camino
           la verdad ganó alas. Ni el momento
           en que el alma cansada pidió tregua.
           Y el corazón recobró la iniciativa.
Ella puso candados a los miedos.
Encendió la esperanza. Cobró altura.
Recreó sueños propios, ilusiones.
                     Sabe, hoy, que no pudo ser vencida

CRIS FERNÁNDEZ

Y ahora sí !!!!! El jefe de estación hace sonar la campana, la locomotora humea y ¡¡partimos!! Nuestro primer destino se encuentra en la Provincia de Buenos Aires, pues en la ciudad de BAHÍA BLANCA recibiremos a un nuevo pasajero que allí reside: WALTER OSCAR SOSA. Lo dejo que se presente solito, en tercera persona y con mucha originalidad: “Nació casualmente en la ciudad de Mar del Plata un 24 de febrero de 1970, fecha que años más tarde alguien instauró como “día del mecánico”, y que lo hizo sentir orgulloso en su adolescencia, cuando desarmaba y armaba sus autos … Creció en una familia tipo y normal. Dijo que fue feliz durante su niñez, que lamentablemente creció, y que al niño lo llevó latente en eso de desafiar imposibles hasta el día de su muerte … Más tarde estudió carreras técnicas en colegios secundarios para recibirse de constructor de casa. Luego cursó ingeniería en una universidad de Bahía Blanca, ciudad donde vivía desde pequeño. Aunque no se graduó, recordó siempre que allí reprimió su veta sensible debido a que en los círculos que frecuentaba, se veía algo mal eso de mostrar alguna sensibilidad … Empezó a dedicarse a la construcción de casitas, casa y casonas, a escribir de las metamorfosis de los horizontes y a cambiarlos. Sin querer, los horizontes externos. Por instinto los horizontes internos …” Aquí les dejo poemas de su autoría para que lo conozcan.




Y LA VIO

Y el hombre vio entrar a la mujer.

El primer impacto fue sencillo.
Como hacen todos los hombre: observó
los ojos y sus entornos,
las manos, que delatan vidas,
la sonrisa que revela estados
Luego, de tanto mirarla, empezó a soñarla.
sus dedos despertaron a sensaciones
                                        desconocidas,
y sintió escalofríos,
al imaginar los relieves de sus costillas,
al imaginar enredarse en su pelo,
al imaginar la humedad de sus labios.

Volando por esos aromas femeninos estaba,
cuando ella se fue.
En ese momento comenzó a dejar los gozos
y a imaginar el desengaño.

Ella nunca supo que fue amada.
Él nunca supo si eso fue amor.
 

DEMOLICIÓN (Un drama del tiempo)

(La obra)

Es martillo.
Es neumático e insensible.
Es golpe e infalible.

(La protagonista)
La historia
desesperada,
se esconde en los poros de las paredes simples.
Y chorrea en las grasas,
de los azulejos verdes
de la cocina vieja.

Se expone.
Se refugia.

(Actores de reparto)
Aún en la ignorancia
los últimos protagonistas
suman al acerbo.
Escriben
en su insignificancia ante lo que vendrá.

(La situación)
El círculo es vicioso,
y cerrado.
No hay ecos en lo redondo.
El ruido,
que es silencio,
queda ahí.

(Los espectadores)
Los antiguos moradores hablan,
y solos se escuchan.
Entre las maderas de las añejas pinoteas,
se apagan sus soliloquios.

Es mentira que los fantasmas
se quedan luego de la demolición.
No existe el mito.

(El telón)
Yo los veo.
Uno a uno
se acomodan entre los escombros.
Todos
dentro del contenedor.

MATAREMOS A LOS POETAS

A los poetas
hay que matarlos a todos.
Porque imaginan cosas,
hablan raro,
y escriben incomprensiblemente.

No entienden que sangrar en palabras, no sirve.
No entienden que si no hay amor, amor no hay.
Que no tiene sentido por eso llorar.
Que las pasiones son efímeras.
Que las carnes son putrefactibles.
Que los corazones no piensan.
Y que las mentes se apagan, mientras otras siguen.

Los poetas no entienden
que las creencias tienen signos.
Y que los pensamientos,
a la larga, coinciden en símbolos.

Los poetas no entienden …
que si no claudican,
que si ellas los siguen leyendo,
tarde o temprano,
los mataremos a todos.

Nos dimos una vueltita para ver el mar y disfrutar de la brisa salina .... pero ... nos estaban reclamando. Y allá fuimos, a la localidad de FLORIDA (prov. de Bs.As.) para recibir a la más joven pasajera de este tren, que ya nos acompañó en el Nº 70: CARMEN ROSA BARRERE. La muchacha tiene 88 jóvenes años y aquí la presento. Nacida el 10 de abril de 1923 en Posadas (prov. de Misiones) reside actualmente en la localidad de FLORIDA (prov. de Bs.As.). Es Maestra Normal Nacional y como tal ejerció en su provincia natal. Cursó dos años de la carrera de pedagogía y ciencias de la educación en la Univ. de Olivos. Recibió instrucción del sistema Fitzgerald usado en el Instituto Oral Modelo de Bs. As. para niños hipoacúsicos. Es martillero público y corredor. Se entrenó en el Instituto Silva de Control Mental (Bs. As.) y perfeccionó su entrenamiento en Laredo (USA), España y en seminarios de Argentina y América Latina para instructores. Se desempeñó como instructora en el Instituto Silva Mind Control de Bs.As. y luego dictó cursos en nuestro país, Chile, Ecuador, México., Paraguay, Colombia, Venezuela y EE.UU. En 1980 viaja a España y Francia y recibe instrucción en técnicas que enfocan la relajación desde la terapéutica. Entre 1962-1975: funda y dirige el instituto Marcelo Torcuato de Alvear (en Don Torcuato, prov. Bs. As.)(enseñanza pre-escolar, primaria y secundaria. secretariado comercial nocturno). En 1980 funda y dirige el Instituto de Relajación Dinámica en la capital; dicta cursos en dicha sede y en el interior del país, actividad en la que continúa; aplica técnicas de relajación terapéutica. En el 2001: dicta seminarios para estudiantes en diferentes colegios primarios y secundarios del país (técnicas para aprender a aprender). En el 2006: graba 4 dvd y 4 cd con el seminario de relajación terapéutica completo. Actividad Literaria: 1947-1962: colabora como cuentista en diversas revistas femeninas de Bs. As.: Damas y damitas, Estampa, Vosotras, Ellas y las estrellas, Leoplán. 1982-1984: colabora en la fundación de la revista ”Vivir en armonía”, (Posadas-Misiones) y se desempeña como secretaria de redacción. 1995: resulta finalista en los certámenes literarios de la editorial Argenta, Nubla, Avon. 2do. premio en el concurso organizado por Fatsa. y finalista en Concurso Municipalidad de San Isidro.1996: Mención de honor Club de Leones de Bs. As. con el cuento “Como vuelan las aves”. 1997: 2º premio Ed. Henna de Salta por novela “Alas de cera“ 1998: colaboradora de la revista Mujer de la provincia de Corrientes. 1999: publica “Abc de la relajación y sus beneficios” y “Abc de la reprogramación positiva” 2000-2003: colaboradora del diario “Punto y aparte” de Florida (prov. de Bs.As.) 2001: editada y premiada en Granada (España) Premio “Rocío y miel” por el cuento: “Los dragones del etílico”. 2003: presenta en la Feria del Libro de Bs. As. su novela “31 cuentos de amor rosados y no tanto” (Ed. Dunken) 2005: premiada y editada por Ed. de los Cuatro Vientos: cuento “La plaza de los dos congresos”. 2006: seleccionada por el Portal Arcoiris de Paris (Francia) que presenta dos cuentos en su portal web. 2007: premiada por editorial Letralia (Venezuela) le publican en internet totalmente ilustrado “31 cuentos de amor rosados y no tanto.” 2007: libro de autoayuda ”Mi hijo bipolar”. El portal Arcoiris de París traduce al francés su novela ”El primo de Londres” y es editado por Arcoiris Editorial en francés y castellano. 2008: premiada por su cuento “Amores sobre el Ponte Vecchio” traducido al francés y editado por Arcoiris. 2008: edita su novela sobre la vida de los pilotos fumigadores titulada “Alas de cera”. 2009: premiada en España por su cuento “Abuela ata”, editada en pagina web.: info@gotasdetinta.es. 2009: premiada en España por revista literaria “Gotas de tinta” por su cuento ”Pasajero del tren blanco”. 2009: mención de honor VIII Certamen internacional de cuento y poesía Junín País por su cuento ”Guiso de zapallo”. 2010: editada en revista virtual de Norma Segades Manías (prov. de Santa Fe) cuento: “En la otra dimensión”. 2011: editada semanalmente en “El Belianís” (Sevilla –España). No puede uno menos que felicitarla por una vida tan productiva … que no cesa más allá de los problemas cotidianos. ¡Bravo Carmen! Les sugiero, asimismo, que relean su presentación en el Nº 70, personal y reveladora de una vida de luchas. Y aquí les dejo para su deleite un cuento de su autoría.

 

MÁS ALLA DE LA PIEL

            Cuando cursaba el colegio primario al día del estudiante lo esperábamos con verdadera ansiedad. El colegio religioso donde crecí nos proporcionaba escasas diversiones. Nada de correr riesgos con las pupilas. La confianza de los padres se depositaba en la severidad de la educación, que venía tomadita de la mano de la letanía de los hábitos religiosos, preservando nuestra casta juventud hasta que maduráramos. Mas tarde, o recibíamos el título de maestras, o nos uníamos para toda la vida —sin ningún tropezón ni caída — con alguien aprobado por la familia entera. Dentro de aquél férreo tapial socio— hogareño- no existía un solo resquicio por el cual huir. Lejos estábamos de sufrir como víctimas porque no conocíamos otros modelos. No existía la televisión, las revistas impresas en papel brillante, nos contaban qué rey famoso había sido coronado, qué tipo de sombrero de copa usaban los argentinos para visitar París y lo que Corín Tellado colocaba como ensueños dentro de nuestras cabecitas púberes. Nuestras familias eran creyentes, piadosas y muy, muy cuidadosas del qué dirán.  Debido a ese presente en calma, sin oleaje, la alegría imperante de ese amanecer especial de septiembre, bullía en el corazón de todas las chicas de mi grupo. La Municipalidad de la ciudad mandaba tempranito a la puerta del colegio los camiones que habitualmente usaban para levantar ramas u hojas de las calles. Vestidas con ropa de gimnasia, cada una portaba su canasta con la comida y la botellita de agua con cítricos exprimidos al amanecer. Trepábamos a la caja del vehículo, gritábamos las canciones de moda y saludábamos a los pocos caminantes de la ciudad, que se desperezaba. Las monjitas viajaban adelante, con el conductor. Si el bullicio excedía las normas preestablecidas, la hermanita que iba del lado de la ventanilla, golpeaba el techo para hacernos callar. El viaje desde el colegio hasta las Ruinas de San Ignacio duraba casi dos horas.  Encerradas entre los muros altos, sometidas a la rigidez de los claustros de aquellos tiempos esta escapada nos parecía tan emocionante como un viaje al corazón del África. Mirar con libertad el mundo desde arriba de un viejo camión, nos transformaba en el personaje preferido de las historietas. Esas que leíamos a hurtadillas, indefectiblemente los miércoles. Una compañera que tenía la fortuna de ser solamente medio pupila, recibía la revista los martes. El miércoles una dulce viejecita nos enseñaba con imponderable tesón a bordar innumerables muestras en punto cruz. Era menos rígida que las otras, se desentendía mirando el crucifijo, mientras la revistita era manoseada por el grupo. Recuerdo esta época, no obstante la austeridad, como el tiempo mejor aprovechado de mi vida. En ese colegio me enseñaron, un poco a presión, a leer y escribir, y pudieron inculcarme el respeto que debía sentir por mí misma y por el resto del género humano. En el paquete venían incluidos valores, responsabilidad…y la excomulgada matemática, que jamás pudo penetrar dentro de mi dura cabeza. Mi infancia fue soberanamente pobre en dinero, pero millonaria en lo que es perdurable: Resistencia para vivir con respeto y amor a manos llenas para regalar. En aquélla época las Ruinas de San Ignacio no eran un lugar turístico. Por cierto, casi ninguna de las que bullangueramente participábamos en el paseo, conocía ni de oídas la historia o los hechos ocurridos en ese lugar. Las hermanitas lo elegían por eso. Nadie rondaba. A nadie le interesaban ese montón de piedras rojizas, ni el paso Redentor de los Jesuitas mucho antes de nuestro nacimiento. Un enorme espacio en el centro, con un pasto deliciosamente mullido. El esqueleto de lo que fuera una Iglesia. El cementerio que nos daba un poco de miedo...Pero la gloria de un día de libertad no condicionada por timbrazos ni por misas eternas, era un milagro que se debía aprovechar sin desperdicios antes del regreso. Por unas preciosas horas, los árboles, el ruido de los tucanes en el monte, la persecución de las maravillosas mariposas o la simple exposición de los brazos descubiertos al sol, nos llenaba de gozo. Reíamos tontamente, contagiadas de energía. Una energía misteriosa que se nos introducía por los poros de la piel sin que nos diéramos cuenta, sin sospechar siquiera lo que nos estaba sucediendo. Algunas amigas eran dueñas de una modernidad: la maquinita Kodak. Nos retratábamos haciendo morisquetas. Una que era experta en morisquetas, mostraba una larga lengua afuera, imitando a una víbora. Otra, trepada a una piedra, pretendía transformarse en estatua. Era tan poquito lo que teníamos, que aún siendo poquito, nos sobraba... Comimos como leonas. Muchas compañeras eran aficionadas al deporte. Tenían una pelota y armaron un partido, arrojándose el balón de mano a mano. De un lado las más chicas y dos monjas. Del otro, las mayores. Creo que desde que nací, uno de mis pies le pide permiso al otro antes de dar un paso. Tal vez nací cansada, o no heredé la pasión por la tea del Olimpo. Mi cuerpo es quieto y quieta deseo seguir. Tomé distancia del grupo de las jugadoras y me recosté sobre un verdor mullido y amistoso. Cerré los ojos cansados de tanto sol. No tengo sueño, aunque tal vez lo que pretendo es soñar. Todo comienza con una liviana modorra, en cuanto acomodo la oreja sobre mi alfombra verde. Un instante después empiezo a percibir esos cambios que con el correr de los días, no estoy segura de haberlos vivido, o si fueron solamente el producto del calor del sol sobre mi cabeza, predispuesta desde siempre a meterse en imágenes donde son reales enanitos con ropaje de color café, o la percepción de sonidos musicales exclusivos cuando me relajo. Me desconecto de la realidad. Siento que la tierra dejó de ser plana. Hace un nidito confiable que asila mi cuerpo, como un vientre acogedor. Algo líquido me acuna. Un elemento que se integra a mi cuerpo. Me afloran sensaciones de amistad con líquidos. Algo muy antiguo. No tengo miedo. Me dejo llevar. Dentro de una malla imperceptible, me unifico con un universo que nunca visité. Paso a ser la tierra. La tierra y yo tenemos la misma consistencia. Soy líquido, polvo y estrella, simultáneamente.

A mí alrededor percibo la pisada de cientos de personas que caminan. Repercute en mi oído la fuerza de los talones, que hacen vibrar el pasto. Se mueven diligentes. Apresurados. Obedecen órdenes dadas en un español que no descifro, mezclado al guaraní. La vida entera de lo que fuera en otro tiempo La Misión, vibra dentro de mí. Escucho el ruido acompasado de la mano que, dentro del mortero, trata de partir el grano. Algunas risas y enseguida, el sonido de un violín, que cambia las oscilaciones del aire. No conozco esa música. Sin embargo, la dulzura del ejecutor es casi mágica. Ese violín también me pertenece. Resuena en mi cabeza. Se instala en mi corazón. Crece o decrece con mi respiración.

Yo soy el sol. Soy los árboles y las nubes del cielo misionero. No quiero abrir los ojos. Cuando al fin decido optar por la conciencia, lo hago con dolor. .La grandiosidad de mis sensaciones me demuestra que existe un camino para conseguir la paz y la felicidad que perseguimos cada día de nuestras vidas. Mi descubrimiento es una revelación: Puedo obtener estos bienes cuando me silencio. No puedo describir la luminosidad, la sensación de totalidad que me rodea, porque no conozco palabras adecuadas.

Llevo las manos a mi cara flacuchenta, de niña de doce años. Me pellizco las piernas. Me reconozco.  Soy la de siempre... ¿O no lo soy? ¿Y qué fue lo que pasó conmigo?

Una de las monjitas agita los brazos atrayendo mi atención, que vaga indecisa entre la realidad y esta inesperada amplitud de mis sentidos.

— Niña...venga a jugar un rato con nosotras.

Tengo una sonrisa cómplice conmigo misma. Tanto luchan en el colegio y en mi casa para enseñarme sobre la existencia de Dios. Los milagros del catecismo. La lectura de los pasajes bíblicos, que provocaban bostezos y ganas de evaporar mi cuerpo de la Iglesia para pasear con amigas por la plaza. El descubrimiento de esta realidad aparte, entre el verdor del pasto de este 21 de septiembre memorable, cambia mi óptica aniñada sobre el real sentido de la vida. Instante de fugaz revelación, donde me sentí fuera de la piel logré, por primera vez, la certeza del Creador Solitario de un Universo multitudinario, transparente e irrepetible para la conciencia de los simples mortales. Nunca conté a nadie esta experiencia. Los niños tienen miedo de parecer diferentes ante padres, maestros y hermanos burladores.

Años adelante, tratando de descifrar los descubrimientos en psicología, me enteré que había vivido un fenómeno llamado Transpersonal. Ahora tiene un nombre. Fui beneficiada con el regalo de un momento de magia, al que recurro cuando por el vaivén de lo cotidiano, tantas veces penoso, soy arrastrada a la negrura del escepticismo.                         

Degustamos con Carmen un tecito con scones y charlamos ... y charlamos ... Pero el trencito debía proseguir viaje. Y allá fuimos a recrearnos la vista con las serranías cordobesas. Que en la ciudad capital nos aguardaba una nueva pasajera: MARÍA TERESA ARCHINA. Nació en la ciudad de CÓRDOBA, donde reside. Realizó cursos de computación y es Analista Programadora. Estudió italiano. En el 2005 publicó con el taller Campanarios y Voces “Seis para los sueños”. En el 2006 “En búsqueda del sol por el horizonte”. Desde el 2007 integra el Grupo poético El Ático e integra la antología “Jueves”. En el 2009 obtuvo una mención en el “III Encuentro de Arte y Literatura de Puente de Palabras del Mercosur” con su poema “Una mujer”, publicado en la antología “Puente de Palabras VI” por el ciclo de Narradores y Poetas de Rosario. integró la Comisión Directiva de E.C.A. (Escritores cordobeses asociados) y participó en varias antologías de la institución. Con el grupo Abrapalabra participa en la edición de “Bitácora de duendes II” Es socia de S.A.L.A.C. (Sociedad argentina de letras, artes y ciencias) y de A.P.I. (Artistas y pensadores independientes. Los poemas que hoy les dejo pertenecen a su libro “Cristales” (2009). Que los disfruten …



RECETA

Toma un puñado de tierra.
Retírale toda impureza.
Espárcele rayos de sol.
                                        Haz de la masa
un diáfano cielo donde abran
                                todas tus ventanas.
Agrega un poco de agua
                                       para ahogar los recuerdos
                                       que obstruyen tu mente.
Enciende, mientras tanto, una fogata.
Que el ímpetu de los leños
                                        vierta pasión a manos llenas.
Fusiona todo,
                          añade tu propia luminosidad.
Espolvorea con esencias del alma.
Moldea todo
                     de un modo consistente.
Obtendrás un talismán,
                                duro como un diamante,
recubierto de energía
y sólo ocupará
un pequeño lugar en tu bolsillo.


TARDE LUMINOSA

Una tarde luminosa,
                              -en ese camino empedrado-
                                                         se encontraron.

Él murmuraba. Ella reía.
Cruzaron la vereda.
Atravesaron el pórtico.
La habitación y el mundo
                           se esfumaron.
paso a paso
descubrieron sus cuerpos,
la muerte y resurrección
                               en un instante.
Después,
               la sensación
                                  quedó tatuada
                                                       -todo fue desacuerdo-
                                                                                   en el alma.
Ya no eran los mismos
                                   en el crepúsculo.
 

NADA ES LA LLUVIA

Nada es
la gota cristalina que emana del cielo
y moja tu cuerpo.

Nada
la lluvia crecida en los manantiales.

Pero la gota
que brota desde la soledad interior
y humedece el espíritu
desdibuja el camino trazado por el destino.

Los seres que generan
una lluvia ácida
-difícil de digerir-
instauran la culpa.

Soledad
es no saber adónde guían los pasos.
 

AHORA, RECLINADA

Ahora, la mujer reclinada
en una silla
                    fuma un cigarrillo.
Está viendo
                  un antiguo rodaje
                  fascinante
                                pero melancólico.
La soledad arde en su vientre.
Busca palabras que justifiquen
      el deseo. El no verse
                                          florecer. 
Alza la mirada
                           y se consuela
                           con trazos en el papel,
                           como si un nuevo horizonte
                                                fuera a sorprenderla.
 

CRISTALES

En todas las edades del tiempo
                                                anochece.
El meridiano
                      trasciende lo fatal del mundo.
Llegará el momento
                                en que los cristales
                                                          se tornen transparentes
y los sentidos veraces recomiencen.

Miraremos con ojos que saben
derrotar la apatía.
Iluminaremos
                        el renacer del mundo.
 

IMÁGENES

Las imágenes que comenzaste a trazar,
                                                             no las deseches.
Retornarán
                   como las gaviotas,
                                              fugaces
                                                        taciturnas.
déjalas entrar.
Detrás de las brumas
                                  hay un cielo luminoso.
 

LA PASIÓN

En las cavernas del alma
hay un fuego
                       que arrasa.

Puedes elegir.

Que la pasión
                       te destruya
                                        o te fortifique.
Que esa energía niegue
                                   o reafirme tu voluntad.
 

HABITACIÓN

Aquí
habitan los duendes,
pero la sombra de mi madre
                                          los perturba.

La bruma
que se adueña de sus ojos,
                                     instaura la melancolía.

Aquí
          se esfuman los duendes.

                                    del libro “Cristales”
 

La maquinista aprovechó la ocasión para aprovisionarse de criollitos (de hojaldre) y la locomotora se puso en marcha. Iba silbando bajito mientras trepaba hacia el noroeste cordobés, mezclando su humito con las nubes. Y llegamos a VILLA DE SOTO (prov. de Córdoba) pues nos esperaba en el andén una amiga: MARÍA SILVIA PASCHETTA. Ya ha viajado con nosotros pero les recuerdo sus datos. Se crió en San Antonio Oeste, Río Negro, en la costa patagónica. Se radicó en Córdoba Capital en 1978 (luego de vivir en el exterior), y la pura buena suerte la llevó a Villa de Soto, en el norte cordobés, en el 2003. Es psicóloga gestáltica y estudiosa de la Criminología y la Victimología. Escribe cuentos, poesías y otras yerbas. Le gusta andar narrando por ahí. Es miembro estable, desde sus inicios en 1992, del grupo de narradores y poetas “El Caldero de los Cuenteros”, y publicó en las cuatro antologías del grupo. Participó regularmente de las reuniones de “El Café de los Poetas” y de los encuentros del “Venique Tecuento”, habiéndose presentado en numerosos eventos narrativos, incluyendo actuaciones en las Ferias del Libro Córdoba, los Encuentros de Cuentacuentos de Alta Gracia, los Córdoba Cuenta, las Ferias del Libro de San Juan, Río III y Río IV, la Universidad de Río IV, escuelas, y en muy diversos ámbitos de la provincia, así como con unipersonales, también en otras provincias. Obras: “Una ceniza apenas de naranjos, poemas de amores, broncas y tristezas” (1999) poemas (agotado), “Mas cerca de la Sangre que de la Tinta” (2000) cuentos (agotado). Durante 2002 y 2003 editó tres libros de cuentos en ediciones artesanales (Artesalibros) y una revistita interna para el Trueque de Córdoba, “Madurando Sueños”, con MS Editora. En septiembre de 2006 publicó su libro “Esto de Ser Índigo. La Nueva Humanidad. Una aproximación desde la Ciencia”, con el apoyo del Fondo Estímulo Municipal de Córdoba. Tiene varios libros inéditos de poesía, cuentos y narrativa, una novela testimonial y trabajos científicos. Ha escrito las letras de más de 40 canciones con diversos músicos y tiene varias canciones propias. También una “Cantata para el Che Guevara”. Les dejo para que disfruten sus hermosos poemas.



ATARDECER

La belleza del atardecer me conmina

 Pocas ganas de estar
y esta tristeza
hilachita de nada y sinsentido
ninguneada y feroz
redonda y quieta
sombrita de la sombra
acurrucada

La belleza me apura
me conmina
(atrévete a mirar desde lo ciego
a través de la luz
atrás del ojo
en el filo de miedo)


Yo no quiero mirar
Hoy no me encuentro

Hoy me quedo feroz
como si nada
 

GELATINA

La palabra se escurre
sucia gelatina aguada
incapaz de sabor
o de firmeza

Yo no tengo cuchara
no tengo trapo viejo
que limpie los espacios
pegajosos de grumos
no tengo agua caliente
que la ponga a correr
hasta lavarme

La palabra se obstina
tapona mis desagües
gomosos
impotentes
pegoteados de pena
incapaces de abrirme
a la tristeza.
 

MASCANDO ARENA

Ya no hay agua en la acequia
El temporal
                   sólo ha traído tierra
Las ventanas se entregan
                                                 sin embargo
                                                 abiertas e inocentes
a la ilusión del viento
                                     arenado y caliente
                                     que sacude los sueños
de rezar por el agua

Alguna bicicleta desafía la tarde
                            y compadece
                                                    firme
a la pobre cortina
                                sacudida
                                indefensa
porque la casa busca
                                       acaso
                                       algún respiro
por detrás de la arena

En la Iglesia del pueblo
las viejas inocentes siguen rezando
Rezan
           pidiendo por el agua
a su dios implacable
                                  sordo
                        desamorado
                        que no ve la miseria
los hombres sin trabajo
los chicos desnutridos
la jodida violencia
                         desatada
el agua que no llega

El temporal
                     sólo ha traído tierra
Ya no hay agua en la acequia

El pueblo
                resignado
sigue mascando arena.
                                                     del tríptico “Poemas de tristezas”


ACASO FÉNIX

En la mañana verde
plumoncito que asoma
                            sobre el alón desnudo

No se si pueda el vuelo
Me basta este aletear
recién nacido
                          entre tanta ceniza.
                                                                  del tríptico “Poemas de tristezas”



NIÑAS MADRE

Casi niñas aún
En sus negrísimos ojos azulados
                                           llamaradas febriles
desde ojeras violetas y sombrías
Ya han perdido algún diente
y han ganado lo que no buscaban
                                                       un destino en el vientre …
Pequeñas madres-niñas de miseria
                                                         creciendo por pobreza
                                                         alimentadas tan solo de ignorancia
                                                         menos que animalitos
porque ellos tienen al menos casa y comida aseguradas
Están creciendo en mi país
Lo están llenando
Pequeñas madres-niñas de pobreza
                                                         fecundadas por carencia de futuro
                                                         sin más remedio que parir llanto
                                                                                             y tristezas
Viejas a los catorce
Sin tiempo de muñecas
¿Habrán oído hablar de feminismo?
¿Les dijo alguien que son seres humanos
     con derecho a vivir y a la protesta?
¿Habrán oído hablar a los políticos de paz
                                                                de libertad
                                                                de democracia?
¿Qué hay detrás de los ojos opacados
de las pieles cetrinas
de las bocas sin dientes
de sus pechos vencidos
y sus manos curtidas
de su mirar sombrío?
pequeñas niñas-madres de miseria

Van pariendo dolor
                                  futuro
                                  y patria
                                  la patria dolorosa del hambre
                                                             y la vergüenza.
                                                                            del tríptico “Poemas de mujeres”


OJOS

En el ojo derecho de la noche
tengo la lágrima
 
en el izquierdo
el mar
de luna amarga.


CENTRO

Justo en el centro del dolor
la chispa
agrietando lo gris
que se desgaja.

Entonces lo recuerdo
es en el justo centro de la oscuridad
donde la luz se anuncia
necesaria.
                                         del tríptico “Poemas de arena y sed”                               


Daba pena partir… endulzamos el adiós con unos matecitos con peperina y prometimos regresar… Al tranquito lento de la locomotora retornamos al pago chico.  Y aquí estos esperando sus trabajos y minibiografía en: millaco@ciudad.com.ar
Les recuerdo que todas las revistas se encuentran incorporadas en la página web para que puedan releerlas.
Un abrazo a todas las damos escritoras y lectoras y ¡¡¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!!!

CRIS FERNÁNDEZ

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