Editorial

(c) Diseño de portada - Paula Pappalardo



Número 22

QUERIDOS PASAJEROS:
Es una alegría reencontrarlos. Este trencito viene medio demorado últimamente pero siempre es fiel y nunca falla.
Y en este viaje se ha movido bastante, ya verán.
Quiero abrir este nuevo encuentro con un soneto que me enviara uno de los lectores de las Letras... escritor el mozo y asiduo participante de los foros de Bitácora Global: José Luis FERNÁNDEZ ERRO. ¡¡¡Me encantó!!!

¿Qué puedo yo decir? ¿Qué copla espera
en antiguos andenes solitarios
el paso de tu tren? Son necesarios
auxiliares de gorra de visera.

Se pide que el telégrafo no muera,
que cargue el changarín objetos varios
y que el cambista sepa los horarios
del adiós, del regreso y de la espera.

Una patria sin trenes todavía
sueña con los andenes y el secreto
del horizonte al que llega la vía.

Hoy me subo a tu tren. Voy sin boleto
colado en un vagón de poesía...
Que llegue a tu estación este soneto.

¡Y arrancamos nomás! En primer término, como estaba detenido por estos pagos piquenses, ascendió una pasajera, amiga de años de esta escriba: ROSA LACAVA. Ella es abogada, y se encuentra jubilada como Jueza en lo Penal. Poeta, cuentista y novelista; también se dedica a la traducción. Reside en General Pico aunque es amiga de viajar con rumbos diversos en cuanto puede hacerlo. Comenzó su labor literaria en La Pampa, previa iniciación en los talleres literarios de la Sociedad Argentina de Escritores-S.A.D.E.- Allí gestó sus primeros cuentos como el que hoy acompaño; el mismo fue publicado en la Anales SADE 1981 y fue finalista en los certámenes "Gabriel Miró-Caja de Ahorros de Murcia y Alicante" (España) y "Cine abierto" (Argentina). Entre 1981/82 publico en el diario local La Reforma cuentos y reportajes a autores contemporáneos. También se publicaron cuentos de su autoría en el suplemento literario Caldenia del diario la Arena de Santa Rosa (L.P.) En el 83' fue publicado por la Dirección de Cultura de la prov. de La Pampa su cuento "A la vuelta del Cine Pampa", el que había obtenido una mención por un jurado integrado por Isidoro Blastein, Ma. Angélica Bosco y Juan José Manauta. En esta provincia ha sido la fundadora de la Filial S.A.D.E La Pampa, y de las delegaciones de Eduardo Castex y General Acha.Actualmente ha vuelto a presidir la S.A.D.E local. Asimismo fundó y dirigió la revista literaria "Hojas Propias de La Pampa" y la Editorial "Hojas Propias", que le brindó la posibilidad a muchos escritores pampeanos de gestar su primer libro y acceder al público lector.Y les aseguro que trabajaba muchísimo en la editorial, pues en esos menesteres la conocí y colaboré con ella: todo era "a pulmón"  . Obras publicadas: "Juro decir la verdad" (novela que va por la 3ª reedición),"Nido de ánimas" (novela inédita), "El Remache y otros ... " y "Frente de Guerra" (cuentos ambos), "Fragmentos" Traducción de poemas del poeta alemán Alexander Ray, "Billetes de Lotería" traducción del libro del poeta griego Ghiannis Ritsos. Hoy les traigo de ella un cuento y un poema (este es un género al que no le dedica mucha atención pero me pareció bellísimo, por eso quise incorporarlo). Disfrútenla ... es mi amiga ... ¿qué más puedo decir?

NOCHE Y GLORIA

En el principio era él
y estaba allí,
verbo y luz,
noche y gloria: todo

Con él se completaron
las horas y los espacios
y con éstos, yo, su guía
en las venideras calles
de la historia.

Y a la luz en la noche,
cobijados de espacio y tiempo
multiplicados llegaron ellos.

Pasaron la luz, los espacios
y tiempos
ellos se fueron.
En la noche quedamos
él y yo.

ÚLTIMA PARADA, ¡FLORES!

    Le cortaron el boleto y subió al micro –asiento SIETE pasillo al medio- se acomodó, reclinó el asiento, arrolló la bufanda, y a modo de almohadilla la colocó bajo la nuca.
    En Quemú- Quemú, primera parada, ascendió ella. Alta, cabello lacio y rubio, con mejillas sonrosadas que evidenciaban su ascendencia ruso-blanca, quizá proveniente de aquellos que se asentaron en Villa Mirasol; pequeña localidad de La Pampa.
    Le tocó el hombro para despertarlo y así pudo ubicarse en su asiento número ocho, ventanilla derecha. Sonriente, él le dio paso. Para ello, encogió sus largas piernas y algo adormilado le preguntó:
    -¿Dónde estamos? Ah, ya veo, en Quemú.
    Sin esperar respuesta continuó:
    -¿Usted es de aquí? Yo conozco mucho este pueblo. Estuve en la inauguración del monumento a Kennedy. Yo era viajante de Federal ¿sabe? Y me tuve que quedar ese día en el pueblo; creo que fue el invierno del 67’. Claro, usted tendría diez años, supongo. Aquí tengo muchos amigos, quizá hasta conozco a su familia.
    -Puede ser ... – fue la única y lacónica respuesta, y ella inclinó la butaca, acomodó sus piernas también largas y cerró los ojos en el preciso momento en que arrancó el ómnibus.
    Hubo otras paradas. En una de éstas, él bajó a tomar un café y a estirar un poco los músculos. Ella, dormía y solo se movía para acomodarse mejor.
    Al cabo de unas horas de viaje, pareció como si entre ellos se hubiera logrado cierta armonía tácita en un juego que se repitió varias veces.
    El, recostado sobre su lado izquierdo, sentía un calorcito intenso sobre sus muslos, y eventualmente rozaba las nalgas de ella.
    Pero, en el preciso momento en que con su imaginación había consumado toda una conquista, ella bruscamente cruzaba su pierna izquierda sobre la derecha. Entonces él juntaba las rodillas en actitud de recogimiento y daba la impresión de un despertar sorpresivo.
    La llegada a Liniers le trajo un poco de sosiego. La claridad entró en su mente agitada; una bruma de realidad lo invadió y se quedó dormido. Lo despertó la voz del chofer cuando gritó:
    -¡Última parada, Flores! ¿Quién bajaba en Flores...?
    Nuevamente lo tocó en el hombro y requiriéndole paso, con una valija en mano que tomó del portaequipaje y una diminuta cartera, bajó en Pedernera y Rivadavia. Cruzó la bocacalle y él la vio detenerse en las gradas de la iglesia. Observó que desorientada miraba las puertas cerradas y luego dirigía su vista hacia ambas esquinas. El micro estaba detenido y el chofer descargaba un valijón y tres paquetes de un pasajero que también descendía.
    -¿Y si se me da? ¿Y si todo pasa como imaginé? ¿Qué pierdo?
    Decidido, tomó su maletín de los que usan los viajantes, anchos en la base y angostitos arriba; con más cavidad adentro que tamaño afuera, y se bajó.
    Dejó que el micro se marchara. Acercándose, con expresión inocente y tono ambiguo, le dijo:
    -Pero qué casualidad, yo también bajo aquí, tengo mi departamento en el pasaje, aquí cerquita, detrás de la Iglesia, y usted ¿va lejos o espera a alguien?
    Ella lo miró; cruzó por sus ojos una ligera chispa que pareció poner en movimiento todo su ser; pero con la misma displicencia que demostrara durante el viaje, contestó:
    -No, en verdad tenía que bajar en Once, vine a realizar diligencias en el centro, pero vi la Iglesia, y tuve ganas de conocerla. Siempre quise hacerlo y hoy me decidí. Lamentablemente está cerrada y la confitería de la esquina también. Honestamente no sé que hacer, tengo mucho frío y me estoy arrepintiendo de haber bajado del ómnibus.
    -¡Por favor! ¿Cómo va a decir eso? Permítame ayudarla. Yo debo trabajar todo el día, pero puedo disponer de media hora. La llevaré a buen resguardo, mejor dicho a mi departamento; está cerquita, como le dije, detrás de la iglesia. Allá se pone cómoda y cuando quiera devuelve mis llaves al portero y se va. Total, yo no soy de su pueblo, pero tenga confianza y créame, viajo tanto a La Pampa, que es como si lo fuera.
    La tomó, decidido, del brazo, y sin esperar respuesta comenzó a caminar hacia el pasaje.
    Iba rogando que como en otras oportunidades, estuviera Pepe en la conserjería. ¡Pepe sí que hacía bien su trabajo! Conocía a todos los clientes por sus nombres, era afable, miraba directamente a la cara a las ocasionales acompañantes, y sonriendo les decía: “¿Cómo está usted, señora?” Nunca supo por qué a todas ese gesto les producía una sensación de tranquilidad y distensión.
    Caminaron poco más de cien metros y se encontraron frente al edificio. Este no era un alojamiento común. Por fuera, la fachada de una casa de departamentos de la década del año treinta. Dos puertas grandes, de metal blanco, cerradas con vidrio, que permitían apreciar un ancho y profundo corredor. Otra segunda puerta vaivén, que siendo totalmente de vidrio, salvo su marco, tampoco impedía la vista del majestuoso reloj, luminoso, redondo, que por las noches parecía un gran ojo, atento y vigilante.
    Entraron, ella caminando imperceptiblemente forzada y él, locuaz, dando mil seguridades: “Siempre es bueno tomar precauciones, que en Buenos Aires abundan los avivados. Que esto, que aquello” y sin saber como se oyó decir:
    -Buen día, Pepe, tendrá que prestarme el juego de llaves que le facilité no hace mucho; parece que el mío lo olvidé en alguna parte. Y afanosamente buscaba en sus bolsillo, como si en verdad, lo hubiera tenido. Pepe, rápido y servicial, buscó en un tablero que solo estaba al alcance de su vista y como quien olvidara los detalles preguntó:
    -Tercero “A”, ¿verdad?
    Subieron en uno de los dos ascensores que correspondían a cada uno de los cuerpos en que se dividía la propiedad. Sin timbres, sin mucamas, sin avisos ni tarifas horarias, sólo Pepe; Pepe que ofrecía sus servicios de buen portero, tanto para llevar un desayuno como para comprar una botella de whisky, si las circunstancias aconsejaban, y todo a modo de favor.
    Abrió la puerta y se encontró en ambiente conocido, había estado en ese departamento en tres oportunidades y le eran familiares el moblaje y la distribución de los cuartos. Una salita con placares empotrados y simulados, una pequeña kitchinette, dos cómodos sillones y un gran espejo entre ambos. En frente a la puerta de la habitación, entrando, a la izquierda, formando “L” la puerta del baño.
    -Puede esperar aquí, descansando, bien sentadita y cómoda; ahora que si prefiere, éste es el dormitorio... Entró y la llamó:
    -Pase, pase, que le enseño el resto de la casa; no es muy grande pero para mí por el momento es suficiente. En cualquier oportunidad que se me presente, me mudo a otro departamento más grande. Aquí está el baño, mire, puede darse una ducha, pero permítame su abrigo y maletín.
    Diciendo esto le tomó la valija y la cartera, colocándolas sobre la cama, e hizo ademán de ayudarla a quitarse el tapado. Ella elevó las manos en actitud dubitativa. No se podía precisar si para protegerse de él o para sacarse el abrigo. Con reticencia acabó haciéndolo y él se fue al baño. Ya en plena actividad abrió la ducha y todo se convirtió en una vaporosa caldera. Salió y ante la duda de ella le dijo:
    -Desvístase tranquila, yo me voy. Usted, cuando quiera hace lo mismo. Eso sí, no se olvide de entregar las llaves al portero. No se moleste en acompañarme con un buen golpe la puerta del departamento se cierra sola.
    Diciendo esto, tomó su portafolios, se arregló la bufanda y se fue del dormitorio cerrando tras sí la puerta.
    Con ademanes de comediante apagó la luz de la salita, abrió la puerta de entrada y la cerró con un golpe estrepitoso, pero e quedó del lado de adentro.
    La salita quedó a oscuras y él arrinconado, conteniendo la respiración y la agitación de sus emociones.
    Al cabo de tres o cuatro minutos, despaciosamente, se quitó la bufanda y el sobretodo, se descalzó y al mismo tiempo que desabrochaba su saco y aflojaba la corbata, escuchó que su acompañante cerraba la ducha.
    Armándose de coraje entró al dormitorio quitándose el saco y la corbata y cuando sus manos llegaban al cinto que sujetaba sus pantalones, ella, desnuda, salía del cuarto de baño.
    -Perdone, querida, pero ,me arrepentí y pensé que me vendría bien, muy bien un bañito. Pero usted se va a enfriar, aquí tiene toalla y toallón. Rápido, los tomó de la mesita de noche y cruzando la pieza, colocó el segundo sobre los hombros de ella. Y luego, mecánicamente, ya fuera de control sus actos, con la izquierda sostenía ambas puntas del toallón a la altura de su garganta y con la toalla de mano comenzó a secarla: la frente, las mejillas, los ojos, un pecho, otro ... Vio los pezones erectos y deslizó su mano hasta el vientre blanco y lleno de gotas.
    Ya no pudo más: tiró la toalla.
    La alzó en sus brazos y la llevó hasta la cama. Con palabras tibias, dulces, comprometidas a un mismo tiempo, la depositó y con mano rápida desabrochó su pantalón. Luego, tal cual lo soñara una y mil veces en sus viajes, la penetró como su fantasía lo había imaginado hasta que colmado y pleno, cayó en un blando sueño.
    Cuando abrió los ojos, la vio vestida y peinada. Parada cerca de la puerta con su valijita en la mano.
    -¿Te vas? ¿Así nomás? ¿No querés desayunar aquí? – le preguntó todavía entre incrédulo y ansioso.
    -No gracias, prefiero tomarlo en la esquina, aún debo visitar la Iglesia.
    Dijo estas palabras con acento neutro, sin exteriorizar sentimiento alguno. Y mientras abría la puerta, desde el pasillo, le gritó quedamente:
    -¡Ah! El dinero que te falta de la billetera es mi tarifa.

Entre la maquinista y la pasajera, ambas tan "pata e'perro" (como decimos por aquí) el trencito decidió andar mucho y puso proa al sur para hacer la primera etapa. Y allí se encontró con RUBÉN EDUARDO GÓMEZ. Nació el 14 de noviembre de 1965 en Comodoro Rivadavia, provincia del Chubut. Es técnico superior en publicidad.         Fue jugador de handball, fútbol, volley y basketball. y jugador de bridge, mus, ajedrez, t.e.g., 1914 y estanciero, también empleado en atención al público, repartidor, empleado municipal, locutor, data entry, empleado bancario, vendedor de afjp, redactor publicitario, redactor free lance, mozo, adicionista, sub-secretario administrativo del concejo deliberante, editor, vendedor de muebles, empleado en recursos humanos, y actualmente es empleado administrativo y productor radial. Amén de tantos y variados trabajo también es variada su actividad, así que aquí va un resumen de la misma: publica el poemario "El pecado de soñar" (Filofalsía, Bs. As.) en colaboración con Andrés Cursaro; "Géiser" (poemas, Filofalsía, Bs. As.);  publica poemas en la revista Clepsidra (Bs.As.) poemas hasta hoy inéditos son incluidos en la revista Sr. Neón (Bs. As.); es electo segundo vocal titular de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Escritores, siendo el miembro más joven de la misma; es el propulsor y coordinador del Primer foro binacional patagónico de poesía joven en el marco del Primer Congreso Internacional de Escritores, organizado por la S.A.D.E. Comodoro Rivadavia, el cual tuvo una repercusión impensada; se crea a partir de dicho foro el grupo literario Nueva poesía a la calle, del cual es miembro hasta el día de la fecha; obtiene la segunda mención en el certámen literario regional de poesía de la Sexta feria del libro de Rada Tilly por su poema «ella-hechizo»; logra mención de honor en el Concurso Nacional de poesía Neruda ’98, en Buenos Aires, por su poema «isla»; logra el tercer premio en el Concurso Binacional Literario, género poesía, realizado en Coyhaique (chile) que convocó a escritores de la patagonia chileno-argentina y del cual fue el argentino mejor ubicado, por el poemario «sastres del ojo», obtiene el primer premio del concurso literario aniversario de canal 9 de Comodoro Rivadavia, con el poema «albatik»; en junio del 2.000 crea y dirige la revista literaria «bardo de comodoro»; ese mismo año es elegido entre los ciudadanos de Comodoro Rivadavia, como uno de los 100 ciudadanos notables en el marco de el centésimo aniversario de la ciudad; publica poemas en diversas revistas virtuales y páginas web culturales; la S.A.D.E.filial Comodoro Rivadavia, le otorga una mención por su poemario “radazul y otros poemas sueltos”, editándose en un libro conjunto con todos los participantes premiados; forma parte de la movida de artistas autoconvocados que procura un centro cultural para Comodoro Rivadavia, conformándose la asociación civil y cultural El Puerto, de la que es el secretario;  en el 2003    compone junto a Javier González “maría viento” una “chacarera inapresable”, “ojos de luz” una “canción de ella”, y encara el proyecto de filmación de una película de dibujos animados sobre un cuento propio para niños: “Un pingüino llamado kempes”; obtiene el primer premio en cuento, del concurso literario 102 aniversario de Comodoro Rivadavia, organizado por la municipalidad de la ciudad, con su obra “el libro”. también encara la filmación de esta obra en video junto a cineastas y músicos locales, proyectando un largometraje; junto con la asociación El puerto, genera y organiza la feria de la palabra (junio de 2003) con singular éxito; realiza el segmento cultural “Bajo palabra” en el programa “La ciudad perdida” que conduce Santiago Sánchez y que emite Fm Bizarra, 91.3 en Comodoro Rivadavia; auspiciado por la Biblioteca Popular Municipal “Asencio Abeijón” de la ciudad de Rada Tilly  brinda el taller de “creatividad literaria”;  escribe las obras de teatro “los amantes” y “que cosa”; en el 2004 se hace cargo durante 6 meses del segmento cultural del colectivo radial autogestionario “El cielo por asalto” conducido por los periodistas Marcelo García y Andrés Acevedo y que emite la radio local Fm Klara, generando a partir de dichas intervenciones un boletín virtual de alcance internacional; escribe el cuento “Chenquelias”; junto con la asociación El Puerto y el colectivo radial autogestionario “El cielo por asalto”, organiza la segunda edición de la Feria de la Palabra, (julio de 2004); forma parte del proyecto “Bogavante”, una cooperativa de autogestión artística mediante la cual se edita el libro “Siega”; forma parte de la antología federal realizada por Julio Carabelli y Ricardo Rubio que reúne a una veintena de poetas de distintos puntos del país con su poemario “Libro del ojo” (La luna que, Bs.As, 2004); la revista virtual “Verbo copihue” de Puerto Madryn publica un adelanto de su libro “Siega”; finaliza la obra de teatro “de parte del arte” sobre una idea del actor Marcelo Vázquez y la obra de Shakespeare, “Hamlet”. Como verán este joven poeta no pierde el tiempo ni se aburre. Los poemas aquí incluídos forman parte de "Siega"

Primera parte : siega

siempre caigo donde crece la poesía
a buscar otra cosa detrás de las palabras
“blues del regreso”

jorge spíndola
a mateo
a mauro

Raíz


Bienvenida al ras,
raíz mía,
lo que sobra se corta
y lo que no
es indescriptible.


Hábitat


Sentado
en la tierra,
rincón del mundo,
un cuarto.

Caños


Agua levita.
sangre escapa.
grises mezclan.
guitarra grita.
caños flotan
en la sábana
tierra negra.


Orange juice


Corazón se fosiliza.
todo pinar es efímero.
las osamentas dibujan
un otoño de paraísos.
perdón.
todo está pintado
naranjo escarlata.
orange juice,
la tormenta
ha comenzado.


Mece


De la luz nace
y nace de si
la que no es
sombra va
puente
y mece
al que llega y va
y mece


Siega


El perfume gira
natural
náufrago
mientras ella
siega
sin ver
polvo
el viento obliga a cerrar los ojos
y no pasa rápido a las cenizas
sino que se hace tierra
y más tierra
y más tierra
sobre tumba
de lo hecho
polvo.


Belén


Abrigo la mísera pena
moja los versos
de viernes en belén.
el misterio baja
y se ahoga
allí.


Somos


Somos azules
brazos solos
tierra en pose
poses de barro
agua envasada
envases sin sangre
vuelcos somos
solo eso

Desobediencia


Suenan
flautas
a contrapelo.


¿La verdad? Hacía frío por el sur ... y el tren temía resfriarse....¿Qué mejor, entonces, que poner rumbo al norte cálido? Pues allí fuimos hasta Tucumán, para encontrar a RUBÉN AMAYA (este es el viaje de los Rubenes). Escritor tucumano. Vivió la mayor parte de su vida en Buenos Aires. Desde el año 90 radicado en su provincia. Obras publicadas: Simple como el pan (poemas - 1982); Para no decir adiós (poemas - 1985); Las palomas pueden ver más de cerca el corazón del hombre (cuentos y poemas - 1986); El viejo compromiso y la mejor tristeza (poemas - 1986); El arte por la vida (ensayo - 1987); La calesita no se rinde (cuentos y poemas); Sur... el olvido ¿y después? (poemas - 1992); Crónicas del regreso (poemas - 1994); Viaje en cuento (cuentos - 1996); ¿A cuánto se cotiza la cultura? (ensayo - 2001). Dos obras de teatro puestas en escena en Buenos Aires: Detrás de la ventana (1984) y Señores pasajeros (1987). Alrededor de cincuenta canciones con músicos de distintos lugares del país. Diversos premios municipales,nacionales e internacionales. Copresidente del Movimiento de La Nueva Canción, en su segunda etapa. Presidente de SADE Tucumán en tres períodos no consecutivos.Aquí les incluyo cinco poemas de su autoría ¡hermosos!

Porque no soy más que un viajero
que se embarca en la noche
y descubre que indefectiblemente
el silencio habita en los andenes
debo partir y no hay regreso
sólo llevo mi sombra de equipaje
suelo ser un repetido forastero
que ejerce el breve oficio
de ser una distancia
puedo imaginar que alguien me extraña
desde una carta que nunca será escrita
puedo ser una fecha un saludo
una fotografía una canción
pero una luna oscura golpeando en el cemento
se lleva hasta el recuerdo
y mi insomne memoria me lleva
ya no digo por los cuerpos
apenas la epidermis
de rostros ciudades juramentos circunstancias
tan repetidamente iguales
que ya no sé si es cierto
que alguna vez estuve
o algún funesto viento
me dejó sólo la ausencia.

Los poemas que jamás escribimos

Como un presagio
juguete de una rueca delirante de urgencias
alguna noche reclamo en el incendio
refugio en la voz de un amigo
frente a su puerta aspiro una grave alegría
que ronda la tristeza
expiro las vergüenzas las muertes sin rescate
las sombras que me acechan al dorso de mis sombras
atravieso sus puertas
y me envuelve un fuego de caminos
un diálogo de sueños un múltiple monólogo
un silencio de música un coro de silencios
la casa se llena de luces y fantasmas
Miguel Hernández pasea por la sala
las mujeres que amamos golpean las ventanas
los poemas que jamás escribimos
y la sangre que vuela astillada y filosa
al tuétano del hombre
Confesión
¿Cuándo nació este amor
que me danzó en la piel  como urgentes campanas?
que dibujó el proyecto de tu idioma nupcial
en mi garganta aterida desnuda de tus nombres

sé que fue un relámpago como un paso geológico
en el enorme espacio  desde el sístole al diástole
en realidad te amé sin saber de tu magia
del asombro insondable de tu cuerpo de cobre
te amé doncella vegetal de húmedos cabellos
como una catarata de lágrimas salvajes

hoy por fin te conozco y no es fácil nombrarte
tu universal identidad América
me fue cubriendo como un follaje espeso
libertad es el eco de tu nombre
y todas mis palabras se inundan con tu aroma

en el último instante amor América
quiero yacer en vos y no como un descanso
sino como semilla brote germen raíz
como el amor en llamas que encendiste en mi pecho

I
Los poetas del Olimpo
ejercen la poesía como un sacerdocio
es comprensible que se sientan alarmados
por nuestra irreverente presencia
ateos incorregibles del Olimpo
eternos anarquistas de la palabra
si hay que llamar a la cosas por su nombre
somos los concubinos de la poesía
los amantes ilegales de la palabra
ella baja de los castillos de cristal
frágil y danzarina como una gacela
nosotros la acechamos desde el viejo bodegón
donde solemos amanecer con nuestras sombras
allí a pleno sol la desvestimos
hasta descubrirle cada poro del sonido
hasta sentirla abandonada a nuestra sangre
después la echamos a caminar el mundo
a entregarse bravía a cada pueblo
a sumergirse en la fogata
donde el hombre muere y resucita
a tatuarse la piel de tierra mar acero
cielo con la contradicción humana
a ser abeja reina para ser fecundada
ser colmada de vida por la vida
a parir una y mil veces cada día
y echar su cría al viento
para que se transformen en susurro gemido
inundación de voces en la tierra
por las noches cuando vuelve
temblando en sus caderas una sílaba
cansada de beberse tanto idioma
con maldiciones y juramentos de amor
hasta en el pelo desfloramos su verbo
hasta hacerlo canción
finalmente emprende su regreso al Olimpo
inexorablemente preñada de nosotros.

II

Quiero escribir un poema que no tenga descanso
ni escalera ni nubes que oscurezcan el cielo
quiero escribir un poema de pie a los gritos
porque estoy harto del silencio de los silenciosos
sediento del estruendo de los que nunca hablaron
quiero escribir un poema que no tenga descanso
porque me empujan los fracasos
los desencuentros en toda esta armonía
ya no soporto el orden universal y magno
quiero hacerlo pedazos
quiero unas piernas de mujer abiertas al milagro
y un corazón verde donde sembrar un mundo
porque el que me dieron está amarillo y seco
y no alcanzan mi ilusión ni tus ojos
para regar un surco
quiero escribir un poema sin reglas ni medidas
porque no se si voy a terminarlo
entonces que importa si guardamos las formas
un poema que no tenga continente
porque hace mucho tiempo no se de donde vengo
mejor dicho lo se pero me olvido
son muchos años de volver y nunca llego
ya no se si estoy o quedé en el camino
y esta sombra de mí mismo quiere soltar el llanto
por mi propio olvido
quiero escribir un poema y nunca empiezo
comenzar todo de nuevo ya es un discurso viejo
un poema que alguna vez te lo prometo
comenzaré a escribirlo
con tu boca y mis dientes con los desaparecidos
con los pechos en flor de aquella antigua mujer
que me enseñó el otoño
quiero escribir un poema como un animal salvaje
que hunda sus pezuñas en las buenas costumbres
en la palabra iluminada y docta
oronda y satisfecha de sus propias verdades
un animal sediento de sus límites
que busca en los escombros
una gota tan sólo de la sangre ultrajada
entera en su impureza
quiero escribir un poema que pase por las calles
como un toro furioso embistiendo los miedos
para que la buena gente se esconda en sus cárceles
y salgamos a pecho descubierto los locos
los suicidas de sueños los incurables de amor
los expulsados de todos los paraísos
este poema me busca me acosa me rodea
tengo que enfrentarlo o tirarme al vacío
aquí me quedo descalzo y solo
con el asombro por escudo
que nadie se me acerque
a menos que quiera arder conmigo
inmolarse en el rayo que reconstruya el mundo
el día en que por fin escriba este poema.

¡Chufff ... chuffff.... chufff ...!!! Llegamos al fin del viaje -por esta vez- y el trencito se irá a descansar.
Para quienes quieran hacer su aporte literario, o de sugerencias o de opiniones les recuerdo el E mail: millaco@ciudad.com.ar
¡Nos estamos encontrando! Un fuerte y prolongado abrazo

CRIS FERNÁNDEZ